"... Yo nunca dije que Mourinho fuera un entrenador fácil; exigente sí, meticuloso y perfeccionista sí, obsesivo probablemente también... fácil no, fácil nunca. Lo que yo he dicho es que Mourinho me sigue pareciendo el mejor entrenador del mundo, no el más simpático ni el más diplomático; y lo que repito es que, pese a que ahora pretendan borrar su nombre de los libros de historia, aquí demostró sobradamente su capacidad.."
El erial de Mourinho
Gran contradicción: José Mourinho, cuyo nombre iban a olvidar para siempre de golpe y porrazo los diez o doce periodistas deportivos (no más) que se conjuraron para hacérselas pasar canutas mientras permaneciera en el Real Madrid, no para de ocupar portadas un día sí y otro también. Y no en Inglaterra, que también, sino aquí, in Spain. Mis amigos de Marca, sin ir más lejos, le están dedicando un serial aprovechando el parón liguero y las vacaciones navideñas. Echando la vista atrás no cabe la menor duda de que Mou acertó yéndose de la mejor-peor Liga del mundo. Se la tenían jurada y, para cuando se ausentara, hacía mucho tiempo que habían confeccionado un par de trajes a la medida del entrenador portugués. Si a Ancelotti le iba mal todo se debería sin lugar a dudas al erial dejado por Mourinho y si, como afortunadamente ha sido, a Ancelotti le iba bien todo quedaría inmediatamente explicado por su ausencia. Hiciera lo que hiciera, siguiera aquí o se fuera, Mourinho no tenía modo de acertar.
Aquí, para qué negarlo, acabó mal con varios jugadores de la primera plantilla. O, lo que no es desde luego lo mismo, varios jugadores de la primera plantilla acabaron mal con él. Las relaciones personales son así. Yo nunca dije que Mourinho fuera un entrenador fácil; exigente sí, meticuloso y perfeccionista sí, obsesivo probablemente también... fácil no, fácil nunca. Lo que yo he dicho es que Mourinho me sigue pareciendo el mejor entrenador del mundo, no el más simpático ni el más diplomático; y lo que repito es que, pese a que ahora pretendan borrar su nombre de los libros de historia, aquí demostró sobradamente su capacidad: no hay más que echar una ojeada por el retrovisor para ver de dónde venía el Madrid, eliminado cada dos por tres en los cuartos de final de su Copa de Europa, y en qué situación lo dejó. Tampoco cometeré la falacia de decir que si el Madrid ha ganado La Décima ha sido por Mourinho. El Madrid ha ganado La Décima gracias a sus jugadores y a su actual entrenador.
Sinceramente y por mucho que lo intento no logro imaginarme a ningún jugador del Real Madrid exclamando eso de "!Ojalá nos veamos con Mou en la Champions!"... Me parece que el Madrid está en una situación ideal para convertirse en el primer equipo de la historia en lograr dos Champions consecutivas y continuar así batiendo récords, pero el Chelsea es sin duda alguna el peor rival que le puede tocar. Peor que el Bayern. Mucho peor que el Atleti. Infinitamente peor que el Barça. Sí me imagino a un futbolista del Real Madrid exclamando "¡Ojalá eliminen a Mou de la Champions!", y más que nada porque el erial que dejó aquí el portugués y del que sería incapaz de recuperarse el Real Madrid así transcurrieran cincuenta años está reproduciéndolo ahora, piedra a piedra, en el equipo londinense. Ojalá no nos veamos jamás con Mou en la Champions, ojalá caiga eliminado. Ojalá.
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