Adame, Castrillón y "Guerrita". Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
El coraje del caleño, la compostura del paisa y las alegrías del mexicano se opusieron a la falta de raza y emoción en los santabárbaras.
Jorge Arturo Díaz Reyes
Tres negros, un retinto, un castaño claro y un jabonero. No fue lo variopintos la única disparidad. También la exhibían en tamaño, peso y cuajo. No tanto en talante. Los uniformaba su mansurronería. Su falta de prontitud, codicia y repetición. Su carencia de combatividad, de eso que hoy llaman “transmisión”. Sosos y negados, los del capitán Barbero apagaban cualquier atisbo jaranero. Los cuatro primeros aguafiestas, entre ellos los más serios, segundo y cuarto, lo consiguieron. Ya tenían la esplendorosa tarde ahogada en la desilusión, cuando, como dice la canción “de cualquier valla salta un ratón”. Y saltó, el quinto, negrito, terciado, en el mismísimo borde reglamentario de sus increíbles 440 kilitos. Cifra cabalística de la fiesta en Colombia.
Entonces, Joselito Adame, que había pasado de agache con el respetable segundo, se abrió en verónicas contentas, y tras la pía varita de Ochoa, encimó tres zapopinas bailadas y una larga donosa. Rugidas por la masa. Con ello, volteó la tortilla, y prendió fiesta a la mexicana. Para más, llegó el obeso “Popis” con dos pares acertados celebrados a la chacota y al grito de ¡Gordo! ¡Gordo!. No se apagaba el estruendo cuando sentado en el estribo volvió José a centrar en sí toda la atención distraída por su banderillero.
En tandas cortas, de a tres y cuatro, algunas no muy ortodoxas, no muy hondas, no muy templadas, en especial la única por la izquierda (zarrapastrosa). Así fluyó una faena comercial que el negrito digirió con un avispamiento que desdecía de sus hermanos. Y que fue sabiamente rematada con una estocada al encuentro, como dicen que las prefería “Frascuelo” (Salvador), cuando las embestidas vinieron a menos y la desvirolada petición de indulto se insinuaba ¿Habrase visto? Los orejicidas apostrofaron a Don Luis Bernardo Gómez Upegui por la segunda, pero él se mantuvo como justo varón.
“Guerrita Chico”, se las vio con un soso de solemnidad y con un manso de contrariedad, el más cuajado de la corrida, dicho sea de paso, y con el cual su cuadrilla, embelesada en las relaciones públicas, lo desamparó durante el brindis, teniendo que hacerse el quite a sí mismo arrojando los trastos y escapando a carrera tendida. Gajes de la saludadera de banderilleros en esta plaza (los hicieron siete en los primeros cinco toros). Pero el caleño echó coraje para borra ese desaire, como lo había derrochado con el primero dando vuelta al ruedo. Buscó la cara para ofrecer el cuerpo como un obseso, contra la mismas tablas conde se atrincheró el manso antes de que dos pinchazos y una espada oficiosa y delantera le hicieran eutanasia. Las palmas pagaron la entrega.
El paisita Luis Miguel Castrillón, pinchaúvas y avisado con el mal tercero. Le salió al jabonero sexto que traía fondo de nobleza bajo su descastamiento y flojera. Pata quieta, temple, ligazón, sobriedad, compostura fueron sus apuestas. Dos largas cambiadas, cuatro verónicas y media a pie junto, seis chicuelinas para poner en suerte, otras tantas para quitar y la flor de una revolera. Todo con aseo, serenidad, lentitud, buenas maneras. Pegó los mejores muletazos de a tarde, los más limpios, en especial aquellos naturales de los cuales uno, le salió para el recuerdo. Pero la insubstancialidad del animal desleía todo, embotaba, quitaba pasión, y ni siquiera la estocada de la tarde (volpaie) pudo encenderla. El mejor toreo pasó sin premio. Así es la vida.
FICHA DEL FESTEJO
Martes 6, enero 2015. Plaza Monumental. 2ª de feria. Sol y calor. Tres cuartos de entrada. Seis toros de Santa Bárabara (Domecq), bien presentados, pero dispares de volumen y romana, descastados y sosos.
“Guerrita Chico”, vuelta y palmas.
Joselito Adame, silencio tras aviso y oreja con petición de otra.
Luis Miguel Castrillón, silencio tras aviso y palmas.
Incidencias: Saludaron: Jaime Devia y Héctor Fabio Giraldo, tas parear al 1°, Jairo Procuna tras parear al 2°. Ricaro Santana, tras parear al 3°. Alex Benavidez y Héctor Fabio Girado, tras parear al 4°. Hernando Franco “El Popis”, tras parear al quinto.
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