miércoles, 29 de abril de 2015

La moda “antimanzanares” llegó hasta los jurados de Sevilla / por J.A. del Moral



"...Visto lo visto, debería haber sido José María Manzanares el premiado sin discusión posible. Pero en los jurados la hubo. ¿Por qué? Pues porque, a la hora de votar, empataron a votos los que querían que fuera Manzanares y los que se negaban a votar a su favor..."


La moda “antimanzanares” llegó hasta los jurados de Sevilla

Los cada día más escasos aficionados “normales”, es decir, los buenos de verdad y de hueso colorado, se han quedado de piedra al enterarse de que los jurados de los premios que se conceden a los mejores de la Feria de Abril en Sevilla dejaron desierto el que distingue al triunfador del ciclo.

Visto lo visto, debería haber sido José María Manzanares el premiado sin discusión posible. Pero en los jurados la hubo. ¿Por qué? Pues porque, a la hora de votar, empataron a votos los que querían que fuera Manzanares y los que se negaban a votar a su favor. Por lo oído sobre los comentarios que hubo entrebastidores, nadie votó a ningún otro diestro como triunfador de la feria. Y como el único que salió a la palestra fue Josemari, apareció la discordia. Puesto el tema tal y como parece que sucedió, lo cierto y verdad es que se votó entre darle el premio Manzanares o no dárselo. O sea que se votó entre Manzanares y Manzanares. Lo cual quiere decir que, aunque en esta última votación se desempató en su contra por poca diferencia, quien ganó moralmente el premio fue el joven maestro alicantino. ¿Quién iba a ser?

El solo hecho de haber tenido el gesto de echar sobre sus espaldas el peso de la feria, merecía un gran respeto. Haber sido con hechos el único disidente de las figuras que habían puesto el veto a la plaza de La Maestranza y en ello siguieron, también lo merecía. Mas, vamos a ver: Si este ejemplar comportamiento y asunción de la máxima responsabilidad lo hubiera tenido Morante y hubiera hecho cuatro excelentes faenas, ¿le habrían birlado el premio al triunfador? Por supuesto que no. Hasta le hubieran paseado bajo palio como a la Vírgenes sevillanas.

Esta fue por tanto la solución de la disputa por el ridículo empeño de los que vienen negándose a reconocer los extraordinarios valores de Manzanares. Si digo ridículo es porque negar que quien en la pasada feria logró hacer las mejores faenas, tanto las dos más importantes a los toros malos que le correspondieron como las dos maravillosas que cuajó a los buenos – los de Núñez de Cuvillo fueron los únicos merecedores del calificativo buenos – es porque no saben de toros ni de toreo o portan mala leche en cantidades industriales.

Tampoco le dieron a Manzanares el premio a la mejor faena. De acuerdo que fue magnífica la de Antonio Ferrera al cuarto toro de Victorino Martín. Pero desde el punto de vista del arte, nada que ver con la de Manzanares al de Cuvillo.

Desde hace ya tres o cuatro años, se ha puesto de moda decir que torear como torea Manzanares es torear de mentira. Claro que, por tantas mentiras, en su cuarta corrida habría terminado a hombros por la Puerta del Príncipe de no haber fallado con la espada. Y esto no ha podido negarlo nadie, incluso sus más encarnizados detractores de la prensa. Por cierto que, hablando de estocadas, las más difíciles de lograr en toda la feria, dadas las malas por muy mansas condiciones de las reses y el lugar donde tuvo que ejecutarlas, al hilo de las tablas, también fueron dignas de un privilegiado en la suerte suprema.

Sin embargo y aunque parece que al de Alicante no le quieren algunos jurados, el resto de la afición bética sigue adorándole en demostración colectiva de de buen gusto. La vuelta al ruedo que dio tras ser arrastrado el último toro que le cupo en suerte, fue la más apoteósica de toda la feria con enorme diferencia a las de los demás. Solo comparable con las que dieron Espartaco el Domingo de Resurrección y la de Eduardo Dávila Miura en el cierre ferial con la corrida de Miura aunque ambas fueron circunstanciales, dado el caso que los dos reaparecieron por un solo día. Se conoce que todos los que aplaudimos con tanta fuerza e insistencia a Manzanares esa tarde, todavía no sabemos que toreó de mentira. Vamos, que somos tontos de remate. Seguro que lo mismo hubieran dicho de Espartaco y de Dávila si no se hubieran retirado del toreo. ¿O no? Vean los videos.

De paso quiero decir que la feria de Sevilla de 2015 fue bastante mejor económica y artísticamente que la de 2014. Es verdad que algunos toreros locales que actuaron al principio no debieron ser contratados. Pero de eso a decir como se ha dicho que en vez de los que actuaron – Manzanares y Ponce incluidos – deberían haber llamado a Diego Urdiales, a Jiménez Fortes y a Juan del Álamo, es de cachondeo. O de pitorreo, como prefieran. O sea, que al ínclito que escribió esta lúcida y ácida sugerencia, lo que querría para el año que viene es que estos tres actuaran en cuatro tardes cada uno…Pero se me acaba de ocurrir una idea mejor. Los tres en tres corridas con el mismo cartel. Negocio redondo. Vaya una manera de defender la Plaza de la Real Maestranza. Esto como lo de “Podemos”…

Si la feria no fue mucho mejor es por la mala suerte que tuvieron varios toros buenos por caer en manos de quienes sufrieron la desgracia de desperdiciarlos. Pero con todo y con eso, el ciclo quedó más que salvado y con creces. Fallar lo que se dice fallar, cuatro corridas de toros en el cuerpo central del ciclo y algunas contra pronóstico como las de Victoriano del Río y Torrestrella por culpa de los veterinarios que desecharon varios toros con el tipo ideal y los cambiaron por gayumbos, junto a las de El Pilar y Parladé aunque en esta salieron dos toros de gran triunfo que no le tocaron a quien seguro lo habría conseguido. No hace falta que de su nombre.

Al final también hubo discrepancias con la elección de la mejor corrida y del mejor toro. Para un servidor, la mejor corrida fue la de Núñez del Cuvillo, no la de Miura que no fue mala, resulto muy manejable, pero ¿la mejor…? Seamos serios, señores. Y el mejor toro por más completo en los tres tercios el de Fuente Ymbro que echó dos más bastante buenos. No el encastado y estupendo para el toreo de Victorino porque, ¿no se acuerdan?, manseó en varas. Pero claro, el nombre de Victorino continúa hechizando..

Pero vayamos por donde empezamos este artículo. Eso de torear de mentira no es solo de ahora, La patraña viene de lejos aunque desde que los medios de mayor difusión e influencia en la opinión pública se han multiplicado por millones gracias a los adelantos tecnológicos, la fuerza que tiene cualquier noticia o acontecer y las discusiones que surgen al respecto de lo que sea en un incalculable todo vale – pasa lo mismo en política, en los deportes y en cualquiera otra manifestación pública – es prácticamente imposible parar las mareas negacionistas de lo mejor en beneficio o en detrimento de intereses varios cuando no de lo peor.

Esta moda antimanzanres se parece a la que padeció su señor padre durante muchos años. No pocos de cuantos se han volcado con José María padre a raíz de su prematura muerte, le han venido negando e incluso poniéndole a parir cuando estaba vivo y en activo. Hasta ha podido ocurrir, incluso, que este encarnizado antimanzanarismo con el hijo sea también producto un desahogo de esta misma caterva de cínicos, finalmente arrepentidos tras haber elogiado sin medida y para ellos sin sentirlo al difunto maestro.

Pero yéndonos más lejos, yo viví muy cerca la carrera de Antonio Ordóñez y también padeció feroces campañas negacionistas que le recriminaban torear separado aunque entonces todavía casi nadie hablaba del “pico” de la muleta y menos de “cruzarse o no cruzarse” en los cites. Hubo críticos que le persiguieron hasta que se retiró y que prefirieron dedicar los máximos elogios a Andrés Vázquez y hasta a Dámaso Gómez…en detrimento del grandioso maestro rondeño. A uno de estos cronistas, entonces compatibilizando tribuna en dos diarios importantes de Madrid, uno matinal y otro vespertino, le vi muchas tardes en varias plazas chillar a grito pelao contra Ordóñez levantado de su localidad de sombra: “Vete de una vez, gordo”, “que pareces un vendedor de corbatas” cuando Antonio extendía su brazo izquierdo al dar redondos a pies juntos mientras giraba con su cintura… En fin… para qué seguir…Seguro que si Ordóñez resucitara y fuera una de las actuales máximas figuras, los mismos que ponen verde a Manzanares, también atacarían al rondeño tanto o más. Claro que, en los años de Antonio Ordóñez, faltaban muchos años para que llegara internet, los ordenadores, la telefonía móvil, facebook y twitter…

Y por hablar de otra gran figura que le ha tocado vivir todo lo habido y por haber dados sus muchos años en activo ininterrumpidamente, ¿qué me dicen de la constante e inagotable perra del “pico” y de torearseparado que ha perseguido a Enrique Ponce durante casi toda su vida profesional? En cuanto se ponía delante de un toro, empezaba el coro a gritarle la misma matraca. Aún durante la pasada temporada en su actuación sin suerte en Salamanca al valenciano le dijeron de todo menos bonito…

Que no se preocupe José María Manzanares y que siga toreando como torea aunque cuando comparezca en Las Ventas el próximo San Isidro – ha hecho bien contratándose una sola tarde – dé ya por seguro que no le dejarán ni respirar. Pero la plaza de Madrid hace tiempo que no quita nada a los que son buenos de verdad. Sigue dando mucho. Incuso demasiado a esos toreros malos y vulgares que premian y miman para nada porque apenas les contratan en otras plazas.

Ya falta menos para la tortura Venteña de cada año. La aceptaremos con paciencia y con buena cara. La ciudad de Madrid es mucha ciudad. La mejor y más divertida del mundo. Allí estaremos todo el mes que nos aguarda.

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