domingo, 3 de mayo de 2015

Aguascalientes. Sobre la triunfal tarde de José Tomás




03/05/2015
Aguascalientes. Sobre la triunfal tarde de José Tomás


Escritos y titulares más que exagerados sobre su triunfo como los siguientes:


Pero es de suponer que Dios no debería torear así ni a estos toritos tan poco toros


<<‘EL ECO DEL SÉPTIMO DÍA’>>

<<Quién es JT. Un loco, un mito, su propia leyenda, un mago, un contador de cuentos, una prórroga de la esperanza, una chistera a la que no le envejece la paloma. El día de antes y los días después. Loco. Genio. El orden que se alimenta del caos, un mapa de cicatrices por las que le regresó la vida, un tótem exiliado, un hombre sin nombre, un ser normal que es superior. Lo contrario a lo que de él se dice, pareja de mus de Lucifer. El personaje que le falta a un cuento. O puede que sea el eco del Séptimo Día, el que, dicen, Dios descansó. Pero sucedió de otra forma.Dios miró lo Creado y dijo: me falta algo. Y creó el toreo. Creó el dos de mayo de José Tomás en Aguascalientes.>>

Pues anda, que si llega a ser el décimo día…. Vean como lleva la muleta de “baja” y cómo despide al toro para afuera. Como un cualquiera

Vistos los vídeos publicados en los medios de siempre muy favorables, lo mejor de su actuación que han seleccionado para los vídeos permitidos por la organización, no es de chocar que prohibieran las filmaciones completas aunque, quien sabe, al final alguien lo habrá conseguido. A la espera de que se publique, es lo que nos han dejado ver por el momento. Todos hemos visto faenas bastante mejores y hasta infinitamente mejores, no solo de J T, sino de las demás figuras del toreo actual. La sobrevaloración de todo lo que hace J T es cada vez más que escandalosa. En cuanto editemos los vídeos los pondremos…
El contagio fue prácticamente total, tal y como sucede en sus contadas tardes europeas. Veamos lo que cuentan nuestros habituales corresponsales, asimismo entusiasmados aunque sin mentiras estratosféricas ni celestiales:

8ª de Feria de San Marcos en Aguascalientes (México). José Tomás, tres orejas y salida en hombros 


Por: Adiel Armando Bolio
El ambiente estaba dado, era una tarde de cielo casi despejado, calurosa, con un lleno a reventar en el coso Monumental de la ciudad de Aguascalientes, con las puertas abiertas desde las 15:00 horas para que el público que fuera ingresando a la plaza disfrutara de las brillantes interpretaciones de un estupendo mariachi, destacando los pasodobles y el que precisamente escribió para el torero el popular cantante y torero retirado Napoleón en su propia voz, lo que ambientó aún más el cotarro para dar paso a la que fue la octava corrida y noveno festejo del abono de la 187 de la Feria Nacional de San Marcos 2015. Y a pesar de las absurdas restricciones ordenadas por el matador José Tomás, quebrantando así la libertad de prensa y de expresión, todo era un inédito ambiente de expectación y de algarabía. Llegó la hora de partir plaza y se presentaron los alternantes en mano a mano, Eulalio López “Zotoluco” y José Tomás, acompañados por el sobresaliente y también diestro de alternativa local Víctor Mora.

Todo era glamoroso, de fiesta grande ante la presencia de importantes personajes de la política y reconocidos empresarios taurinos, matadores y ganaderos que ubicados entre los tendidos del gran coso de Aguascalientes, repletos de un público ávido, quien al final de cuentas respondió a las expectativas y logró tener empatía y revivir su idilio con la afición taurina de la “Tierra de la Gente Buena”, esa que con sus donaciones de sangre posibilitó que el torero salvara la vida hace cinco años en esta misma plaza y así remachara su querencia aquicalidense. El triunfo fue de tres orejas y así salió en hombros por la Puerta Grande Sanmarqueña. Así pues, ante ese llenazo, se lidiaron tres toros de la ganadería hidalguense de Fernando de la Mora, siendo el primero bueno, el cuarto fue mejor, mereciendo el arrastre lento y el quinto que resultó complicado. Y otro tanto de la dehesa queretana de Los Encinos, siendo difícil el segundo, regular el tercero y bueno el sexto.

Al toro que abrió el festejo, de la divisa de Fernando de la Mora, el espada mexicano EULALIO LÓPEZ “ZOTOLUCO” lo recibió con una comprometida larga cambiada de rodillas cerrado en tablas para de pie luego veroniquear con temple y buen juego de brazos. Su labor de muleta, después de iniciar con pases vaciando por alto y rematar la serie con el de la firma, un molinete y el del desdén, se dio a torear con lujo de talento por ambos lados, sabiendo esperar las embestidas nobles del astado y hacer el toreo largo, atemperado, suave y sin forzar al astado. Más series derechistas y naturales obligándolo más al “socio”, con evidente empeño y torerismo. Mató de dos pinchazos, otro hondo y seis golpes de descabello para ser aplaudido cuando pudo haber cortado una oreja. En su segundo, de Los Encinos, veroniqueó con calidad y suavidad para rematar con torera media. Llevó el toro al caballo por chicuelinas caminándole y su labor muleteril, luego de brindarle a su alternante, fue a base de comenzar de rodillas por alto y de pie largar tela de la buena con temple y buen mando a un astado que se empleaba bien de principio pero conforme avanzaba la faena fue perdiendo fuerza y cambiando de lidia. Sin embargo, tras pedir que cesara el pasodoble que tocaban en su honor pues hubo un bache en el trasteo, “Zotoluco” reinventó la faena por derechazos majos, aguantando y pudiendo con la cobardía del encinero. Le pisó los terrenos, se metió en la cuna de los pitones y así todavía le arrancó importantes muletazos diestros. Naturales valientes y toreros, incluyendo desplante para cerrar. Finiquitó de tres pinchazos y estocada caída para recibir aplausos cuando igualmente pudo haberse hecho de un apéndice. A su tercero, de Fernando de la Mora, lo recibió con una larga cambiada de hinojos al hilo de las tablas y en los medios ligó ajustadas chicuelinas. Su trasteo de muleta, brindado a don Alberto Bailleres González, lo ejecutó por medio de toreras y templadas series derechistas y de la misma manera por naturales a un astado sin clase y deslucido. Terminó de dos pinchazos y estocada para recibir palmas.

El diestro madrileño JOSÉ TOMÁS en el primer astado de su lote, de nombre “Guantero”, de Los Encinos, dio algunos paroncitos y otros lances a pies juntos, incluidos dos achuchones y bonita media, además de un ceñido quite por chicuelinas. Con la sarga, tras brindarle a todo el público, a un ejemplar soso, con tendencia a irse a las tablas y con dificultades, le plantó cara para realizarle una faena sufrida por ambos lados, con algunos tropiezos y ensuciando el trasteo, evidenciando así que sentía la presión de todo el compromiso. Inclusive por momentos se le vio falto de recursos pero si logrando muletazos de buena factura por el lado derecho para matar de estocada trasera, siéndole concedida una oreja.

A su segundo, llamado “Pollo Querido”, de Fernando de la Mora, lo lanceó con voluntad y mejor quitó por navarras y tafalleras, rematando con un vistoso manguerazo de Villalta. Su quehacer muleteril lo comenzó en los medios con cinco ayudados por alto sin enmendar el terreno, rubricando con un desdén. Vinieron entonces, ya más relajado, asentado y consciente de la expectación, series estupendas de derechazos yendo de menos a más y sin reponer el terreno, cuando le sonaron “Pelea de Gallos” y se dio a ligar de manera lenta, despaciosa y toreramente por los dos pitones, además de su intenso toreo en redondo muy pausado, deteniendo el tiempo de verdad. Adornos que salpicaron la gran faena para matar de fulminante estocada y serle concedidas las orejas y a los restos del buen astado se les concedió el arrastre lento.

Y en el que cerró plaza, de Los Encinos, lanceó toreramente flexionando una pierna y de pie abrió el compás para veroniquear con solvencia. En el tercio de varas el picador Ignacio Meléndez sufrió aparatoso tumbo. El de Galapagar entonces le permitió al sobresaliente, el matador de toros lugareño Víctor Mora realizar un quite y lo hizo de manera sensacional por gaoneras pasándose de verdad por la faja al astado para ser muy ovacionado. Con la franela, luego de brindarle a su banderillero de confianza, Miguel Cubero, José Tomás eslabonó toreros doblones como inicio de faena, misma que se fortaleció por el mando, el temple y el recio toreo de temple y largueza. De la misma manera lo hizo por naturales, inclusive hasta citando de largo para engarzar las emotivas series. La faena iba creciendo, la emoción en los tendidos era más que evidente y para culminar logró una serie de molinetes muy personales que remató con afarolados, un molinete invertido y el de pecho, todo realizado en un palmo de terreno. Se perfiló a matar y malogró la faena para que el respetable lo obligara a salir al tercio para escuchar una fuerte ovación y al final salir en hombros por la Puerta Grande Sanmarqueña.

FICHA: AGUASCALIENTES
Aguascalientes. Sábado, 2 de mayo del 2015. Octava corrida y noveno festejo del abono de la 187 Feria Nacional de San Marcos. Coso Monumental. Entrada: Lleno a reventar en tarde calurosa. 
Toros de Fernando de la Mora, siendo el primero bueno, el cuarto mejor, con arrastre lento y el quinto complicado. Y de Los Encinos, siendo difícil el segundo, regular el tercero y bueno el sexto. 
Eulalio López “Zotoluco”: Al tercio, palmas y palmas. El madrileño José Tomás: Una oreja, dos orejas y al tercio, con salida en hombros. El picador de toros Ignacio Meléndez sufrió aparatoso tumbo en el sexto toro y sin consecuencias que lamentar. (Fuente: extraído de “suerte matador”).

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LA OPINIÓN DE SERGIO MARTÍN DEL CAMPO
José Tomás, inaudita tauromaquia

Sí, esa fue la actuación del coletudo nacido bajo el sol de Galapagar. No tiene lógica, ha “destruido” lo que pudiera ser el código práctico de la tauromaquia que por tantos años han seguido los profesionales de los ruedos. Su proyecto torero resulta “imposible” y extraño. Y así es él. Será corrida, la vivida ayer, que habrá de quedar escrita con letras de fino metal en la imponente hoja de la historia de la Monumental de Aguascalientes. Reaparecía José Tomás en esta tierra de aguas termales, luego de haber estado en el umbral que divide la vida y la muerte por aquella brutal cornada que le infirió “Navegante” el 24 de abril del 2010 y en la que resultó con la femoral destrozada. Por esto causó la función una expectación que jamás se había sentido en toda la historia del toreo hidrocálido. Desde las tres y media de la tarde las rejas del inmueble taurino de la “Expo-Plaza” se abrieron y pronto las gradas se poblaron de emocionados aficionados entre que un buen mariachi, plantado en el ruedo, interpretaba lo más clásico de la música vernácula mexicana. Ya para las cinco, el lleno era imponente; no cabía ni el aire. Muchedumbre, mar humano antecedió en los alrededores de esta torera casa de Alberto Bailleres el hecho que se habrá de registrar como de sobre cupo.

Un par de criaderos pusieron el ganado: Fernando de la Mora (primero, cuarto y quinto) y Los Encinos el resto. Fue un encierro decentemente presentado, con algún ejemplar de juvenil aspecto, y en el que hubo irregularidad en su juego. El juez confunde la docilidad indigestante con la casta y ordenó el arrastre lento para el cuarto, cuando evidentemente le faltó raza… Un toro apuercado abrió plaza, y como pasara tras la capa suavemente, así le burló en buenas verónicas “El Zotoluco” (al tercio, al tercio y silencio), adornando la estación con inmejorable media. La mole de grasa desató algo de docilidad y buen estilo, y aunque por su exceso de romana le costaba embestir, fueron suficientes las virtudes acotadas para que el experimentado coleta le practicara una faena entendida, con paciencia, otorgándole tiempo y espacio al antagónico, llenada con suaves muletazos sobre los dos cuernos, sin poder disimular por instantes sus conocidas y antiestéticas posturas corporales y, lo peor, no completada en la suerte suprema, acción que logró hasta el tercer viaje dejando un pinchazo hondo y varios descabellos.

Un torito bonito más liberaron en tercer turno, y aunque tardo y débil tuvo fijeza y buen estilo, quedándose pronto adherido a la arena, el diestro mexicano Zotoluco le realizó cosas interesantes sobre todo al modo de derechazos templados y lentos en una faena, de inicio usando bastante el pico del engaño, que abrió toreando suavemente con el percal por verónicas y chicuelinas andantes. Cuando hubo de aguantar, ya la sarga en mano, lo hizo firmemente y con obstinación por el triunfo, no encontrándolo en orejas dado su mal empleo del estoque. Fino de hechuras fue el quinto; como embistiera claramente, el protagonista de la lidia le recibió con un par de largas de hinojos en paralelo a las tablas e incorporado con lances y chicuelinas de buena manufactura. La res mantuvo el buen comportamiento en la muleta pasando tras ella con clase y nobleza, no obstante el diestro se desentendió de ello –pese a que aparentó lo contrario- ahogándola en un trasteo aguado y sin ligazón terminando soso y saliendo de cada pase con la testa en alto. Nuevamente el de Azcapotzalco sacó del fundón estoques desafilados.

Hermoso toro cárdeno soltaron para la reaparición en Aguascalientes del madrileño de Galapagar José Tomás (oreja, dos orejas y al tercio), y éste emocionó dando al alma lances a compás cerrado, bellos, aterciopelados, y acaso, si se puede, opacados por un quite a la forma de “Chicuelo”, en el que hizo esfumarse los espacios entre él y el burel. Llegado el tercio mortal el bóvido sacó su lumbre, saliendo con la cornamenta tratando de hallar las lámparas del coso, lanzando la cuchillada y acabando por rajarse. El madrileño José Tomás le dejó demasiado a su aire, con un valor como que buscaba la cornada, se vio un punto torpe y hasta embarullado en algunos momentos comprometidos del trasteo. Como quien busca la muerte para encontrar la vida. De cualquier modo le trazó muletazos fundidos por ambos lados y bajando el telón a su desempeño con pases por alto en los que se quedó tan quieto cual estatua viviente de carne y hueso. Luego llegó un estoconazo pasado pero toreramente ejecutado. Oreja.
Aspecto de juventud manifestó a la simple apreciación visual el cuarto; José Tomás en su reaparición en esta Plaza Monumental lo saludó con verónicas cabales, dejando ver todos los tiempos de la suerte, y para doblar la capa no despreció la oportunidad de cuajar un breve pero brillante quite engranado por navarras y tafalleras, poniéndole el fin con un manguerazo de Villalta. Exactamente el centro del nimbo fue el sitio que eligió para iniciar su rara faena con un trágico ramo de ayudados por alto. El toro fue dócil y fijo al engaño, materia fértil que utilizó para labrar el gran hacer de la tarde. Hubo en él la variedad, la suavidad y el dramatismo en una mezcla única que hizo pararse a la abundante concurrencia. El mejor momento difícilmente se podría encuadrar, empero se observó como en magia imposible y fantasmagórica aparición un natural en el que quedó, previo a un adorno, demasiado cruzado en la raya imaginaria del rumiante, lo cual supondría que debía pasar el siguiente pase por el diestro lado, no obstante con un sutil toque lo obligó a seguir el trazo de la sarga para que se formara una pieza de natural nunca antes apreciado. Toro, diestro y muleta fueron uno solo… después mató gallardamente con un estoconazo hasta la cruz. Dos orejas.

Al cierra plaza José Tomás lo “recogió” primero flexionando la pierna de salida, para luego, erguido, interpretar verónicas bellas, templadas, acompañándolas con el cuerpo y el alma. Ahí entonces el sobresaliente Víctor Mora, en el centro del redondel, emocionó de verdad con un quitazo según el “Petronio del Toreo”. El bien armado bicorne arribó a la muleta embistiendo con poder notado, consecuencias del poco castigo en varas. Primero lo domeñó el de Galapagar con pases por bajo y nuevamente se entregó a dar sin regateos su tauromaquia, esa de quietud trágica, mandona y estrujante, en la que solo tienen permiso sus brazos de moverse con sutileza, que llevan la delicadeza de los vientos ligeros pero la fuerza de un huracán. Otro trasteo variado, con luz y calor, desintegrando, en aras del lucimiento y la gloria, las malas condiciones del adversario, de éste y muchos en otras ocasiones. No importó la potencia con que el astado pasó tratando de arrollar todo a su encuentro, ni que saliera con la cabeza en alto ni que se refugiara en la región de las rojas maderas, para que se viera su concepto taurómaco que, eso es justamente, lucir, emocionar independizado totalmente de las condiciones de los toros con que se entronque. Antes de otra entregada y buena estocada pinchó y esto evitó que en sus manos empuñara las orejas. Hace cinco años las arenas del coso aguascalentense quedaron bañadas con su sangre, hoy quedaron empapadas por su inaudita tauromaquia… (Fuente: extraído de “noticiero taurino mx”).

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LA OPINIÓN DE PEDRO ABAD CHUSTER
He estado en 5 ferias completas de Aguascalientes, en todos los festejos cada feria. Es un público bullanguero, escandaloso, apasionado el de Aguascalientes, no precisamente conocedor de los aspectos más rigurosos de la Fiesta; a diferencia del público de la Monumental Plaza México, o de Guadalajara, un público más conocedor con amplísima diferencia. El mismo público que vio al torero madrileño en 2010 a punto de morir en la Monumental de Aguascalientes, lo ha visto reaparecer 5 años después, pagando 60 dólares por la entrada en tendido sombra general (520 pesos). Ese solo hecho, de VERLO VIVO este 2 de mayo, en su reaparición, aunado al tequila que circula, a las mujeres bellas típicas de esta tierra que caminan la ruta entre los tendidos rumbo a los baños, sumado a la idiosincrasia, valoraciones, orgullo por su Feria Nacional de San Marcos de un mes de duración, (no solo toros, sino muchísimo más en el inmenso recinto ferial), de las personas de “la tierra de la gente buena”, Aguascalientes, que es el 80% del total de los asistentes, ha traído esta histeria y desenfreno, incluso en los comunicadores mediáticos, quienes son generosos de más con el madrileño, no poniendo mucho énfasis en criticar los toros mexicanos lidiados, los “toros artistas”, sino ensalzan sin limitaciones de más al madrileño más por estar vivo que por su tauromaquia, más por constituir éste un evento sui generis que hace resaltar a la ciudad de Aguascalientes, un torero que casi muere y que hoy está allí regresando y lo hace “por su público”, cuando la realidad es que regresa cobrando precios prohibitivos. Es el mismo público que a coro le dice ladrón a Morante, quien ensalza de más al llamado Divo de Galapagar, más por estar vivo y reapareciendo ante “su público preferido” en México. Pregunta, ¿reaparecerá en la Nuevo Progreso de Guadalajara con el ganado de lidia más serio de todo México y ante una afición más exigente, no tan campechana como la de Aguas? Si se atreve a ello José Tomás, me saco el sombrero, y si no, allá los villamelones.

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