"SAN ISIDRO": GANADERÍAS, PLAZAS Y CORRIDAS QUE YA NO EXISTEN / por Domingo Delgado de la Cámara

"...Escribano...tiene mucha afición y es muy voluntarioso. Y la experiencia demuestra que estos toreros tesoneros que nunca se rinden, acaban aprendiendo y siendo unos toreros muy poderosos..."

GANADERÍAS, PLAZAS Y CORRIDAS QUE YA NO EXISTEN

• el Rey Juan Carlos honró con su presencia el festejo, recibiendo los brindis de los tres diestros y el calor de los otros aficionados, porque el Rey es aficionado desde que vio en Lisboa torear a Carlos Arruza hace ya muchos años.

Domingo Delgado de la Cámara

Una amiga mía me ha regalado un libro que se titula: “Cosas que ya no decimos, no hacemos, no existen”. En este libro el autor Ignacio Elguero, nos explica cómo era nuestra vida cuando no existían ordenadores personales y ni teléfonos móviles. Asombra comprobar cómo ha cambiado el mundo en tan poco tiempo. Emulando este libro, podríamos hacer otro con el siguiente título: “Ganaderías, plazas y corridas que ya no existen”.

Con respecto a las ganaderías, en estos últimos años hemos asistido a una poda espeluznante en la cabaña brava. Atanasio, Sánchez Cobaleda, Guardiola, ya no existen. Y otras muchas, que harían la lista de defunciones interminable. Con respecto a las plazas, no sólo se ha dejado de dar toros en Cataluña. Tampoco hay toros en San Sebastián, Oviedo, Cartagena y Canarias. Pero es que son incontables las localidades del levante y Andalucía que han dejado de celebrar espectáculos taurinos en los últimos veinte años. Y en la provincia de Madrid también hay casos, Alcobendas y Torrelodones, por ejemplo. Ahora pasemos a las plazas que sí celebran corridas, pero han dejado de celebrar muchos espectáculos, tradicionales en su programación hasta hace muy poco. En Sevilla han pasado a mejor vida la corrida del día del Corpus, la de la Virgen de los Reyes y la del doce de octubre. En Bilbao, el festival del Club Taurino y la corrida extraordinaria de Junio. En Valencia y Zaragoza, todas las novilladas de la temporada. Hasta no hace mucho, había novillada en estas plazas casi todos los domingos. O sea, todas las plazas antaño de temporada, han dejado reducida su programación a la Feria. Y en Madrid han laminado el mes de marzo y casi todas las corridas de toros veraniegas.

Todo lo dicho son datos incontestables, que hablan claramente de la decadencia indiscutible de la Fiesta de los Toros. El optimista profesional (casi siempre con intereses en el negocio), con su palabrería hueca, no puede negar nada de lo expuesto porque es irrebatible. Irrebatible, preocupante y tristísimo para quienes amamos la Fiesta. Desastre que viene de mucho antes de la crisis y para el que, desgraciadamente, no se atisban soluciones. Entre las corridas que ya no existen, también hay que apuntar las corridas de la Prensa y la Beneficencia. 

La Prensa y la Beneficencia tenían su sentido como corridas extraordinarias después de San Isidro, donde toreaban los triunfadores de la Feria. Desde que están dentro de San Isidro, en realidad han desaparecido. Son dos corridas de toros más, y punto. No son un premio a los triunfadores, como siempre fueron. A dos corridas de la Feria se les pone ese remoquete y se cubre el expediente. O sea, nada. Otra cosa que muestra el abandono de estos dos festejos es que ya no se engalana la plaza de modo especial, las banderillas ya no son de lujo, ni ameniza la fiesta una gran banda del Ejército. Ahora son dos corridas normales y corrientes. La de la Prensa, por cierto, con un cartel bastante malo. ¿A qué se debe la desaparición de estas dos corridas, antaño las mejores de la temporada española? Fundamentalmente al abandono de las figuras, que no quieren pasar otra vez por Madrid después de San Isidro y exponerse a las malas pulgas del público venteño. Llegó un momento en que los organizadores, hartos de sinsabores, entregaron la corrida a la empresa arrendataria de la plaza, que la incluyó en San Isidro, acabando en realidad con los festejos extraordinarios.

Y ahora hablemos de la corrida de ayer, mal llamada de la Prensa. En realidad hay muy poco que comentar. La debilidad de los tres primeros toros de Jandilla hizo imposible cualquier lidia lucida. Sorprendentemente, y pesar de que no se tenían en pie, fueron muy poco protestados. Las protestas del Siete no pasaron de simbólicas y testimoniales. Seguramente, querían acabar cuanto antes por el frío que hacía y por lo poco interesante del cartel. Estos flanes en corrida de figuras, hubieran sido el pretexto perfecto para montar una bronca de padre y muy señor mío. Debían haber salido hasta cuatro sobreros y no salió ninguno. Además, estaban muy justos de presencia. Era una corrida más sevillana que madrileña, para entendernos. Supongo que el sector eternamente descontento estará cogiendo fuerzas para el viernes, que viene el play boy…

La corrida comenzó con el cuarto de la tarde. Este toro perdió las manos dos veces en los primeros compases del trasteo de muleta, pero después se vino arriba y acabó embistiendo con bravura y calidad. Miguel Abellán estuvo por debajo del toro. Sólo hubo una serie con la zurda, la última, y no fue nada del otro mundo. Con la derecha ligó los muletazos con la noria manzanarista. Es decir, empalmar varios pases sin rematar ninguno mientras se gira metido en la oreja del toro. Toreo de baratija y poca exposición. Y bien que lo lamentamos porque Abellán sabe hacer el toreo auténtico, como demostró el año pasado sin ir más lejos. El interesado argumentará que hacía mucho aire y esa era la única forma de ligar los muletazos. Pero en ese momento concreto, no hacía tanto…Me desquicia el empalme de medios muletazos. El muletazo hay que darlo entero porque como decía Rafael el Gallo, “lo bien toreao es lo bien arrematao”. Y después de rematar, dejar la muleta en la cara y ligar el siguiente pase. Eso es torear y lo otro es marear al toro. Después de media en lo alto, el presidente negó la oreja. Desde mi punto de vista, no hay nada que objetar a la presidencia.

El Fandi sí que peleó con un ventarrón en el quinto, que se paraba y se defendía por la justeza de fuerzas. Con los palos, puso dos pares excelentes. De acuerdo, no fueron ortodoxos, pero fueron muy buenos por su exposición y contundencia.

Ya he dicho otras veces que Manuel Escribano parece el candidato demócrata al Senado por el estado de Oklahoma. Su aspecto yanqui es total, solo le falta la banderita y el burrito del Partido Demócrata en la solapa. Como torero me desespera, es muy bullidor y su calidad es nula. Los toros buenos se le van por bruto y en Sevilla se le han ido unos cuantos. Sin embargo…tiene mucha afición y es muy voluntarioso. Y la experiencia demuestra que estos toreros tesoneros que nunca se rinden, acaban aprendiendo y siendo unos toreros muy poderosos. Espartaco es el vivo ejemplo de lo que estamos hablando. Se atisban en Escribano condiciones de torero muy dominador, cuando baja la mano a los toros, los puede muchísimo. Precisamente por bajar la mano a su primero en una serie muy mandona, terminó con él. El sexto jandilla manseó en el caballo y llegó a la muleta revoltoso y corretón. Escribano le bajó la mano y le llevó despacio, sometiéndole y enseñándole el camino. Lamentablemente, el toro sólo soportó otras dos series antes de sentirse completamente vencido. Con este toro estuvo bien y le mató bien. Hay que ver cómo evoluciona el torero.

Por último decir que el Rey Juan Carlos honró con su presencia el festejo, recibiendo los brindis de los tres diestros y el calor de los otros aficionados, porque el Rey es aficionado desde que vio en Lisboa torear a Carlos Arruza hace ya muchos años.