martes, 19 de mayo de 2015

"SAN ISIDRO": LA FERIA DE LOS TRES CUARTOS / por Domingo Delgado de la Cámara / Fotos de Andrew Moore


Posada de maravilla / Fotografías de Andrew Moore


"...Cuando el bicho salía suelto del peto, arrolló a Posada de Maravillas, propinándole un volteretón tremendo. Por esta razón, Posada hizo la faena de muleta en mangas de camisa, desprovisto de la chaquetilla. La faena fue de su estilo, con muletazos muy frontales y de figura muy compuesta..."


Novillada de "Conde de Mayalde"
LA FERIA DE LOS TRES CUARTOS

Domingo Delgado de la Cámara
Este año se confirma una tendencia ya apuntada desde hace dos o tres sanisidros, salvo en corridas de cartel muy fuerte, la entrada habitual es de tres cuartos de plaza. Aquellos llenazos de hace diez, quince, veinte años, torease quien torease, son historia. Dicen que la causa del descenso de los abonos ha sido la crisis económica, y dicen bien. El aficionado de a pie ha seguido sacando su abono, pero las empresas se desprendieron de los muchos que poseían. Abonos caros de tendido de sombra que servían para agasajar a clientes y compromisos y que fueron cancelados cuando la cosa se puso dura y hubo que suprimir gastos superfluos. También la reventa se ha desprendido de mucho abono, conservarlos suponía una ruina, porque la mayoría de los días no eran capaces de vender el papel ni al precio oficial. En realidad, la crisis económica ha desmontado una sinrazón. No era lógico que la plaza se llenara hasta los topes para ver un cartel de cuarta fila. Y este llenazo no se debía al interés objetivo del festejo, sino al trasiego de las muchas entradas regaladas por empresas, entidades bancarias y demás agentes económicos. También parece que está menos de moda entre la gente guapa ir a ronear y dejarse ver en el tendido. Aquellos llenos se debían a una coyuntura un tanto absurda que un día se tenía que acabar. Y se acabó. De todas formas, tres cuartos de plaza no está nada mal con la que está cayendo. Y Ahora hablemos de la novillada de ayer.

Me decepcionó mucho el juego de los novillos del Conde de Mayalde. El juego fue entre manso, blando y descastado. Eso sí, hubo una notable excepción, la del cuarto de la tarde, el único negro de un encierro de castaños. Este cuarto también manseó en el caballo, pero en la muleta fue excelente por alegre, repetidor y enclasado. El novillero afortunado con el premio gordo fue Posada de Maravillas, cortó una oreja a un novillo de Puerta Grande. En su primero poco pudo hacer porque el novillo, blandito y a menos, duró un suspiro. Posada hizo un buen quite por verónicas al tercero de la tarde y como ya he dicho, se llevó el premio gordo, el cuarto.

La lidia de este cuarto comenzó con un gran susto. Cuando el bicho salía suelto del peto, arrolló a Posada de Maravillas, propinándole un volteretón tremendo. Por esta razón, Posada hizo la faena de muleta en mangas de camisa, desprovisto de la chaquetilla. La faena fue de su estilo, con muletazos muy frontales y de figura muy compuesta. Series cortas rematadas generalmente con un ayudado por bajo. Los muletazos cortos, por echarse el novillo muy hacia adentro. Este es su estilo y este es el toreo que siente. Aconsejarle que dé los muletazos más largos para poder ligar más, quizá sea violentar su estilo. Pero llevando al novillo algo más largo, podía haber ligado series de más muletazos y en vez de una oreja, habría cortado dos. Faena de deleite para los que gustan de la foto sabrosa y el muletazo de cartel. Y faena menos buena para los que gustan de la ligazón y el muletazo largo y mandón. Estocada muy trasera y oreja sin una sola protesta. Esta vez en el Siete estuvieron más callados que en misa, cosa sorprendente, teniendo en cuenta lo defectuoso de la estocada y la calidad, aprovechada a medias, de este gran novillo. Quizás, el volteretón de los prolegómenos, por una vez, les ablandó el corazón.

No vi la salida a hombros de Andrés Roca Rey el pasado 19 de abril, pero de él me habían contado maravillas. Por los comentarios que todos me hacían, llegué a pensar que era Joselito el Gallo redivivo. Y no es para tanto. Es un novillero estimable, pero eso, un novillero. No es el torero cuajado y perfecto del que todos me hablaban. Esos elogios desmesurados a los que son tan dados en el mundillo taurino, en vez de beneficiar al interesado, le perjudican. Porque crean unas expectativas que luego son muy difíciles de satisfacer.

Dicho esto, consignar que Roca Rey estuvo muy por encima de un lote que ofreció muy pocas posibilidades de triunfo. Su primero, fue tan noble como blando y a menos. Solamente aguantó una buena serie de naturales. El sexto fue mirón y violento, muy difícil de templar. Roca Rey estuvo muy firme aguantando parones y cabezazos. También brilló en todas sus intervenciones con el capote, haciendo quites variados. Con la muleta me ha recordado a Sebastián Castella, por su trazo fácil y limpio.

Clemente tuvo un lote imposible por manso y brusco. Sólo pudo apuntar un trincherazo en su primero y algún natural en el inicio de la faena a su segundo. No hubo más, por la mansedumbre y feo estilo de sus oponentes. Con la espada tampoco anduvo fino. Es una lástima que un novillero de tan buen estilo, haya pasado tan de puntillas por Madrid, debido a su nula suerte en los sorteos. Pero el toreo es así, a veces tan frustrante como la propia vida.








1 comentario:

  1. Mi querido Domingo, lo del "trazo fácil y limpio" de Castelá debe ser una de tus finas ironías. Hace años que el de Béziers es el mago de los jalones, los enganchones y los desarmes. Un abrazo y ¡ARRIBA EL GRAN PANA! Gastón Ramírez Cuevas.

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