31ª y última de San Isidro en Madrid. Vuelta clamorosa de Rafaelillo. / por J. A. del Moral

 Vuelta clamorosa de Rafaelillo, valentísimo y lucido con el único toro de Miura que se dejó

J. A. del Moral

Madrid. Plaza de Las Ventas. Domingo 7 de junio de 2015. Tarde calurosa con rachas de viento y cielo crecientemente nublado. Casi lleno en apariencia.

Seis toros de Miura, bien presentados en el tipo y con los pelajes de la casa. Inválido, manso e impracticable el primero. Manso y peligroso en casi parado con la muleta tras dejarse banderillear el segundo. Con poca fuerza y mínimamente manejable por el lado izquierdo el tercero. Muy manejable dentro de lo que cabe en un “miura” el cuarto. Muy peligroso sobre todo por el lado izquierdo el quinto Engañoso el sexto.

Rafaelillo (rosa y oro): Pinchazo y más de media caída con vómito, silencio tras bronca a la presidencia por no devolverlo. Dos pinchazos y estocada, gran ovación y vuelta al ruedo.

Javier Castaño (blanco y oro): Pinchazo, estocada y descabello, aviso y silencio. Pinchazo, corta tendida y descabello, palmas.

Serafín Marín (cielo andaluz y oro): Pinchazo, media caída y seis descabellos, silencio. Pinchazo sin soltar, otro dos más y estocada, aviso y silencio.

Bueno. Pues se acabó lo que se daba con la corrida de Miura, impresionante de estampa aunque con un solo toro que mereció la pena destacar. De la terna de actuantes, Rafaelillo fue el único que pudo cortar oreja si hubiera matado pronto y bien al cuarto toro. No obstante, el murciano fue el único que pudo celebrar del rendido éxito, ciertamente clamoroso, dando la vuelta al ruedo con más fuerza de toda la feria. Lo mismo no hubiera sido tan grande de haber paseado el trofeo. Una cosa por otra. Lamentar profundamente la cogida y cornada de

Este toro cuarto de Miura y, sobre todo, dos de Adolfo Martín, fueron los únicos que se salvaron del petardo torista del ciclo.

Hagamos un repaso rápido y escueto de la feria antes de que se publiquen los premios de los distintos premios en lid.

En conjunto, una feria mejor de lo que muchos esperaban. Bien en la taquilla en líneas generales aunque la plaza solo se llenó del toro o casi del todo en las tardes con figuras. Como ocurría antes del largo periodo de bonanza económica anteriores a la crisis que todavía dura aunque es de notar en todo que estamos saliendo de ella.

Siguiendo con el juego de los toros una vez mencionado el petardo de las ganaderías toristas, señalemos como corrida victoriosa con mucho sobre las demás a la de Juan Pedro Domeq. Y como mejores toros, el segundo de la ganadería de Fuente Ymbro, en mi opinión el más completo de la feria. Y excelentes ejemplares un sobrero de Salvador Domecq a nombre de “Toros del Torero”, un fantástico por su inagotable clase de Alcurrucén, y otro de Núñez del Cuvillo.

Respecto a los toreros, destacar la total recuperación de Sebastian Castella que fue el triunfador del ciclo. La consolidación de Alejandro Talavante y de Daniel Luque. El alza notable de Eugenio de Mora y Morenito de Aranda. La forma y el fondo contra viento y marea en su contra de José María Manzanares. Y la revelación como gran artista del novillero Posada de Maravillas.

Con más pena que gloria, mal paso por Las Ventas de Morante, El Juli y Perera.

Relativa bajada con respecto a anteriores ediciones de Antonio Ferrea y Miguel Abellán.

Y fracaso de los dos toreros más queridos y mimados de Madrid, Iván Fandiño y Diego Urdiales.

Finalmente, me hablan muchos de López Simón. Pero como no lo vi, opinaré cuando le vea. Si es tan bueno, seguro que tendré muchas ocasiones de valorarle.

Y dicho esto, vayamos con la corrida de Miura. Con romana, pelaje y hechuras característicos de la casa y con solo un toro que mereció la pena destacar. Un desastre los demás. Entremos en detalles.

El primero, con 549 kilos, negro listón entrepelado bragado y meano. Salió distraído y suelto recorriendo todo el anillo y más en varios trancos tras salir suelto de todos los capotazos de Rafaelillo y de los de sus peones. No paró quieto una sola vez hasta tomar al relance el primer picotazo porque no le castigaron por su poca fuerza. Manso y sin fuerza pues para empezar. Al relance y manseando sin castigarle el segundo puyazo. Protestas para que lo devolvieran a los corrales. Caso omiso del palco. Lo banderillearon con pronta certeza pese a su mala condición. Y antes de que Rafaelillo empezara la faena, el toro siguió entretenido hasta que lo sujetaron en un burladero. Al tercer tanteo del murciano con la derecha, se derrumbó y la bronca fue de las gordas. Por inválido, no valió para nada salvo para matarlo. Pero Rafaelillo intentó pasarlo con la muleta. Intentos absolutamente baldíos. Macheteo y a pinchar. Uno y más de media baja con abundante vómito de sangre. ¡Qué dirían los chinos¡.

Cuarto.606 kilos. Cárdeno bragado. Larga cambiada de rodillas en tablas de Rafaelillo e intento de saltar al callejón el animal. Manos por delante. Poca fuerza en los remos que no en el cuello porque medio romaneó en el primer puyazo. No se empleó nada en el segundo por escupirse raudo al sentir el hierro. Esperó y se dolió en palos clavados misericordiosamente. Rafaelillo brindó al público entre exclamaciones de asombro. Empezó la faena de rodillas. Enganchón en el primer pase a derechas, cambio y de pecho. Fue el primero de la corrida que se dejó torear o al menos pasó por delante del matador por el lado derecho. Bien vendida la faena. Más a derechas con un estupendo cambio y de pecho. Era como entrar en el Cielo tras pasar horas en el infierno. Y como el animal fue noble por el izquierdo, muy bien por naturales sufriendo un acosón al dar el de pecho. Muy jaleados los naturales que siguieron y clamor en el desplante de rodillas. Confiado, siguió con la zurda y con adornos sin que faltaran los sustos entre el entusiasmo de la parroquia. ¡Pinchazo¡ Qué pena. Otro. Maldita sea. Cambio los terrenos para hacer la suerte natural en vez de la contraria y estocada a la tercera. Gran ovación y obligada vuelta al ruedo como si llevara las dos orejas en la mano.

El segundo, con 590 kilos. Cárdeno obscuro bragado meano corrido axilblanco. Llegó a tablas y remató doliéndose del choque. Muy corto, en el capote de Castaño que fue desarmado de inmediato a la vez que la fiera perdía las manos. Vaya prenda. Se dejó pegar manseando en el primer puyazo. En el segundo hizo lo mismo aunque sin pegarle. Ángel Otero se lució en sus dos pares, muy bien en el segundo por los adentros. Y Fernando Sánchez colosal en el segundo que puso yendo andando muy despacio. Gran ovación para ambos. A ver qué queda para el matador. Sacarlo fuera de las rayas, intentar dar naturales con viento molesto sin que el animal apenas pasara, enganchar el de pecho, intentar los redondos sufriendo muy peligrosos derrotes. Insistir con la izquierda inútilmente y al borde de la cogida en dos ocasiones. Pasarlo muy mal otra vez con la izquierda aunque gesticulando el valor en cada cite. Y matarlo de pinchazo y estocada gritando como un kamikace.

Quinto. Cárdeno salpicado con 588 kilos e impresionante seriedad. Muy corto en el capote de Castaño. Muy fácil y eficaz en la brega el salmantino para llevarlo al caballo. Se dejó en el primer puyazo aunque salió perdiendo las manos y se repuchó después. Marco Galán resultó cogido de lleno y corneado en un muslo al poner el primer par. Espeluznante la cogida, con la impresión de haberle atravesado. Fue de inmediato llevado a la enfermería. Gran par tercero de Fernando Sánchez. Muy valiente Javier aguantando peligrosos derrotes del animal por el lado derecho y casi cogido al intentar dar un natural. Pitón criminal como ya habíamos visto. De nuevo a derechas, volvió al aguante seco. No valió apenas el burel por ese lado. No merecía la pena seguir. Pero siguió. Fue jugársela para casi nada. O para nada de nada salvo para ser herido cuando volvió por el lado asesino. Pinchazo, corta tendida y descabello.

Tercero. 624 kilos. Cárdeno listón salpicado el tercero. Distraído de salida. Saltó echando las manos por delante cual delfín en los capotazos habilidosos de Serafín Marín, muy seguro en la brega posterior. Cumplió con cierto poder en el primer puyazo aunque salió perdiendo las manos. Le aliviaron el segundo. Esperó mucho en palos que colocaron los peones con distintos resultados. Mal los dos últimos. A la defensiva y perdiendo las manos en la muleta. No obstante, Marín lo intentó con la derecha entre los pitos de no pocos de los presentes. También con la izquierda. Uno y cuatro medios con el de pecho, pese a lo que molestó el viento. Grande el mérito del catalán. La fe mueve montañas, encomiable Serafín. Lo mató de pinchazos y estocada casi entera caída y seis descabellos

Sexto y último de la tarde y de la feria. 608 kilos. Negro bragado meano. Se asomó al callejón cada vez que llegó a tablas. Brega sin lucimiento de Serafín. No había más que exigirle. Primer puyazo al relance para salir y volver al caballo pegándole y otra vez igual. Pitos al picador que tuvo que aguantar una tercera arrancada. Hábiles los peones en palos con un buen par de Curro Robles. Altos con la derecha de Serafín e intentos de pasarlo en redondos. Lo consiguió en tres que ligó al de pecho. Medio dócil por ese pitón, se empleó a fondo con desigual temple. Muy corto de viajes y echando la cara arriba por el lado izquierdo, el trasteo no ganó enteros por ese pitón. Y encima, el viento. Injustas protestas. El toro no era tan bueno como algunos creyeron. Cuando volvió a la derecha, el toro ya se había parado. Pero para matarlo sudó mucho Serafín porque tras pinchar dos veces el animal se puso a gazapear y empeoró mucho al enganchar la muleta del catalán. Afortunadamente, agarró al fin un espadazo definitivo.