domingo, 28 de junio de 2015

La Fiesta no se defiende sola / por Rafael Comino Delgado



"...Quiero pensar que quien la pronuncia, en realidad, lo que quiere decir es que la Fiesta tiene muy grandes valores, pero también los tenía Jesucristo, que era Dios, y lo mataron. ¿De qué han servido en Cataluña esos valores? ¡Ante los liberticidas hay que defenderse!..."

La Fiesta no se defiende sola

Rafael Comino Delgado / 27/06/2015 /
La Fiesta corre un gran peligro, un enorme peligro en España. Independientemente de los problemas internos, que los tiene, es que muchos políticos ya en el poder quieren prohibirla y si no espabilamos la prohibirán.

Con demasiada frecuencia oigo entre los taurinos la frase: "La Fiesta se defiende sola". No sé quién la dijo por vez primera pero es verdad que resulta bonita, pegadiza, aunque en mi opinión totalmente errónea. En cualquier caso, si así fuera podemos asegurar que se defiende muy mal. A los resultados me atengo; nos están dando por todas partes.

Quiero pensar que quien la pronuncia, en realidad, lo que quiere decir es que la Fiesta tiene muy grandes valores, pero también los tenía Jesucristo, que era Dios, y lo mataron. ¿De qué han servido en Cataluña esos valores? ¡Ante los liberticidas hay que defenderse!

Los taurinos no nos hemos dado cuenta aún de que la fiesta de los toros corre un gran peligro, un enorme peligro en España. Independientemente de los problemas internos, que los tiene, es que muchos políticos ya en el poder, o lo pueden tocar pronto, quieren prohibirla y si no espabilamos la prohibirán.

La fiesta de los toros tiene muchos valores y como arte es único, grandioso; no hay arte que haya influido tanto en las demás artes como lo ha hecho el toreo, pero si queremos conservarla hemos de defenderla con toda nuestra energía, siempre dentro de los cauces legales. Se preguntarán: ¿Cómo? Pues así:

1) Exigiendo a los todos los profesionales (ganaderos, empresarios, toreros, etc.): Verdad, integridad y emoción. 

2) Exigiendo a las autoridades que velen por ella, haciendo que se cumplan las leyes y los reglamentos. No es tolerable que, a veces, los antitaurinos cometan desmanes, atropellos y fechorías sin que les pase nada. Los presidentes de las corridas están para velar por la Fiesta y no para erigirse en protagonistas, como alguna vez ocurre. 

3) Buscando fórmulas para abaratar costes, porque el toreo es un espectáculo caro. Los que vengan a llevárselo rápido y sin merecerlo sobran. Los propietarios de plazas no pueden exigir más de lo razonable, como han venido haciendo frecuentemente. Habrá que exigir a la Administración que no grave tanto estos espectáculos mientras subvenciona otros muchos menos productivos. 

4) Las plazas de toros suelen ser muy incómodas y en el siglo XXI, ya avanzado, los públicos piden más comodidad. Es anacrónico que el resultado de una corrida quede al albur de si ese día hace viento o llueve. Está bien conservar las tradiciones pero hasta cierto punto. ¡Desde Sevilla a Madrid ya no se va en diligencia! 

5) Hemos de tener en cuenta que actualmente la oferta de espectáculos es muy amplia y que la TV nos los trae a nuestra casa para verlos cómodamente. Frente a ello hemos de luchar con ingenio, suscitando interés, dando mucha calidad en condiciones favorables. 

6) El marketing debe mejorar mucho. Nos guste o no, lo que no está en los medios, especialmente en TV, no existe. Es la cultura de nuestros días y no querer adaptarnos a los tiempos actuales es condenarse al fracaso. 

7) En general hay que adaptar la Fiesta a nuestros días. La suerte de varas está pidiendo a gritos una reforma. El maestro Sebastián Castella ha hablado de ello hace unos días. 

8) Somos el único arte que tiene antis, pues no hay antimúsica, cine, poesía, pintura, etc., lo cual es un grave hándicap contra el que hemos de luchar y vencer. ¿Cómo? Pues siendo más activos que ellos. Asistiendo a todos los espectáculos que podamos, organizando actos culturales y asistiendo a todos los que haya, difundiendo la Fiesta cada uno en la medida de sus posibilidades, enseñando lo que es la Tauromaquia, su por qué, sus valores y sobre todo demostrando que la pretensión de los animalistas de humanizar a los animales irracionales es una falacia; manifestarnos, levantar la voz para que nos tomen en cuenta. Cada uno debemos aportar nuestro granito de arena porque muchos granitos hacen una playa. En definitiva hemos de ser mucho más activos. La actitud de decir, como he oído, refiriéndose a los antitaurinos: ¡Son cuatro y están pagados! o ¡A los antis lo mejor es ignorarles! es infravalorar al enemigo -lo que nos asegura la derrota- porque son más de cuatro y sólo están pagados los dirigentes. 

9) Que ni un solo voto nuestro vaya para un político antitaurino, o de esos que son taurinos o antis dependiendo del día, lugar y hora.

10) Parece mentira que lo tenga que decir, pero lo pienso y así lo expreso: ¡Aprendamos de Francia! Ahora hacen en Francia muchas cosas mejor que nosotros; no se nos deben caer los anillos por copiarles lo bueno. 

11) En definitiva, hemos de afrontar el problema como es y luchar para resolverlo; ocultarlo pensando que no existe o mirar para otro lado, es engañarnos a nosotros mismos. La fiesta de los toros tiene graves problemas y si no los resolvemos los taurinos nadie los resolverá.

12) A pesar de todo, pienso que el toreo es un arte tan grandioso por sí mismo y por lo mucho que influye en las demás artes, que mientras exista un toro bravo y un hombre dispuesto a ponerse delante, jugándose la vida para expresar su sentimiento, su arte, esta Fiesta perdurará, pero sola no se defiende, tenemos que defenderla.

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Rafael Comino Delgado es catedrático de la Universidad de Cádiz, humanista y escritor.


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