miércoles, 29 de julio de 2015

No cabrear a Perera / Ricardo Díaz-Manresa



"...Es uno de los toreros que siempre habla claro. Lo hizo en la entrega de las Oreja de Oro de RNE y en la feria de Roquetas. El uno valiente y oportunísimo y el otro cabreado y también por eso equivocado. Pero no cabrearlo, por favor, salvo cuando esté en el ruedo..."


No cabrear a Perera


Perera resurge en Roquetas y en Santander y tiene la boca tan fuerte como la muleta. Les voy a contar una historia.

Asistí a la entrega de la Oreja de Oro de RNE y hablé un poco con él, creo que la primera vez en mi vida cara a cara. De micrófono a teléfono en la distancia sí. Me impresionó lo contundente de su discurso tras recibir el galardón y oir a los jefes actuales de RNE. Dijo que le importaba menos el premio que ver que, en el futuro, RTVE cumplía las palabras de apoyo al toreo que acababan de exponer con convencimiento de la causa, aunque en la Casa de la Radio queda mucho que hacer. Por ejemplo, volver a los tiempos felices del boletín Clarín diario, del Clarín del sábado, del Clarín del domingo (en Radio 1) y del programa Fiesta (en Radio 5) cuando se machacaba a la competencia y éramos los líderes. Felices tiempos que recuerdo con cariño cuando era el jefe de la información taurina en RNE y director de Clarín. Felices también aquellos en RTVE, aunque con dificultades múltiples e increíbles, cuando había dos programas de toros : en la 1ª, Mariví Romero con Molés y, en la 2ª, quien esto escribe. Pues sí, Perera, parece que van a cumplir lo que tú le pediste contundentemente. Más información en todos sus programas y canales, firmado públicamente con luz y taquígrafos por José Antonio Sánchez y dos corridas en directo, que no es que sea mucho, pero menos da una piedras. Pero qué bien viene ahora y cuánta falta hacía.

Gracias a Tendido Cero (el líder es él ahora), a Javier Hurtado y a Federico Arnás por los dos planos que dieron de mi presencia en ese acto 2015 de la entrega de la Oreja de Oro 2014, premiados Perera, Manzanares padre a título póstumo y el ganadero Domingo Hernández. Radio Nacional sigue preocupándose por los toros, más o menos, pero sigue.

Me gustó mucho la contundencia de sus argumentos y la convicción y el cariño –y la necesidad- con que los exponía. Enhorabuena y a seguir así, torero de la Puebla del Prior y yerno del Niño de la Capea, que algo de mano izquierda, fuera de los ruedos, le enseñará. Dentro, poco.

Llevo tiempo dando vueltas al por qué este torero no está mandando de verdad y no atrae a las masas, toreando dónde y cómo torea. Lo encontré demasiado serio, lo contrario que a su mujer, la encantadora Verónica Gutiérrez. Puede que su falta de carisma personal tape su carisma de torero, que nos dejó asombrados en el 2008 y no digamos en el 14. Deben ser los años pares los suyos porque en ese 14 cumplió 10 años de alternativa.

Le dije que era uno de los pocos toreros con los que yo me había identificado totalmente queriéndome cambiar por ellos y que, de haber sido torero, me hubiera gustado torear así. Antes, Dámaso González, con sus defectos, y después Paco Ojeda con los suyos. Ya escribí que, cuando yo de niño toreaba mucho de salón con mis amigos, lo hacía como bastantes años después apareció y triunfó Francisco Manuel Ojeda. Los dos inmensos, creadores, abrecaminos. Ojeda superó a Dámaso, muy falto de estética, y Perera a Ojeda, el sanluqueño con más verdad que elegancia. Tres fenómenos. El seguidor y discípulo perfeccionó el toreo de los dos anteriores.

Lo que no quiere decir que no haya admirado muchísimo a otros grandísimos toreros y que mi preferido haya sido siempre Antonio Ordóñez, el valor de Diego Puerta, la belleza y técnica de Paco Camino y un torero tan completo como Miguel Mateo “Miguelín” que podía con todo cuando quería o le hacía falta. Los cuatro juntos, todo el toreo : solemnidad, belleza, temple, valor, sabiduría, espada muleta, capote…Todo. Pero no me veía haciendo el papel de estos cuatro monstruos. En cambio, el de Perera sí. Podría Perera subirse al tendido y yo bajar al ruedo y hacer de Perera (es un decir, claro). La identificación mía con su toreo es muy grande.

Me preocupaba la crisis Perera de este año, aunque en Málaga, el Sábado Santo, hizo un faenón de los suyos sin importarle dos volteretas. Después no ha estado en Perera hasta hace pocos días en Roquetas, donde dice que le birlaron un rabo.

Y ahí enlazo su buen discurso de la Oreja de Oro con el equivocado, para mí, de Roquetas. Señala que decide el público. Sólo una parte, una oreja. Sí, Perera, pero no el todo. Dar todo el poder es dictadura. Añade que hace falta triunfalismo para que el público salga satisfecho. Pues tampoco. Hay que vender las verdades del toreo, que son muchísimas. El triunfalismo consiste en exageraciones falsas, que no son buenas para nadie. Perera : el público quiere divertirse sí, pero no falsamente.

Dándote el rabo no se habría divertido más. Sólo se sentiría más satisfecho. Un capricho más. Pero no te cabrees porque un rabo de Roquetas, con todos los respetos, no va a ningún sitio. Y tampoco de ese toro.
No seas la repera Perera. El discurso de la Oreja de Oro sí mereció unas oreja especial que te otorgo simbólicamente porque me encantó y fue oportuno, valiente y verdadero, pero el de Roquetas no. La oreja de Perera sí en el Antonio Bienvenida de las Ventas y no en la feria emergente de Roquetas.

Y que me haga escribir artículos como “Coño con Perera” (2008) o “Impacto Perera “ (2014).

No cabrear a Perera que es un tío sincero y directo –me parece- pero que él no se equivoque –también me parece- y cabree a los demás. Lo que tiene que hacer es pasar por encima de unos pocos como, por ejemplo, con el Juli en Santander. Esos son los cabreos sanos que a mí me gustan del extremeño. Que eres grande Miguel Ángel.

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