jueves, 16 de julio de 2015

San Fermín de mi vida / por Ricardo Díaz-Manresa



Tan de moda en estos días, universalmente, es uno de los cuatro santos taurinos con San Pedro, San Pedro Regalado y San Isidro.


San Fermín de mi vida

Lo tengo en mi despacho junto a los otros tres santos taurinos, que son San Pedro, San Pedro Regalado y San Isidro. Lo de San Pedro muchos no lo entienden ni cuando digo que fue el primero que cortó una oreja y oyó los tres avisos, pues ¡qué quieren que huela más a taurino!, aunque sea traer los símbolos a nuestra idea y, además, quedan muy bien.

Y, si nos ponemos así ,San Isidro era labrador con bueyes pero no sé si tuvo experiencia con el ganado bravo, que ni había entonces supongo aunque algún historiador nos lo descubre algún día. 

Lo de San Pedro Regalado está claro porque amansó a un toro que estaba haciendo una escabechina. O sea, que toreó en sentido figurado y –eso sí- lidió y hubo milagro. El toro cayó a sus pies. Y por eso es el Patrón de los toreros

Lo de San Fermín es a pesar de su capotillo, pues en el siglo tercero tampoco habría mucho astado por ahí pero ser el Patrón de Navarra es ser mucho Patrón. Así que lo adoptaron pasado el tiempo y le dieron el nombre a la feria más universal y original que tiene España. 

Sí, España, con permiso de los Bildus and company, que la querrán liar como en todas partes. Y tiene el capotillo más famoso del mundo con el que ha hecho millones de quites –de quitar al toro- y salvar vidas aunque en su tiempo real nunca pensara en ser tan torero.

Los tengo a los cuatro y los veo todos los días –queridos santos taurinos- y os pido por el toreo y porque los locos antis, animalistas y antipolítica sensata no hagan como por ejemplo, el incapaz, dictador y despilfarrador alcalde de la Coruña.

A San Pedro, el mejor Apóstol, el que le dio la autoridad Cristo, lo encajo también en el toreo por cosas de mi tierra, Cartagena, que viví desde niño y que continúan. Y me dejan con la boca abierta. Resulta que allí, solemnemente, como en ninguna otra parte de España, se procesiona con especial cariño a los tres grandes apóstoles : San Pedro, Santiago y San Juan Evangelista. Es el único sitio en el que todos los años le tocan a Simón Pedro el pasodoble El Gallo, (el que le dio los tres avisos), en pleno Jueves Santo. 

Hay dos versiones. La primera y más popular y más bonita es que en la procesión del Miércoles Santo, San Pedro iba, como siempre, encima de una copia de la cúpula de San Pedro y a sus pies lleva un gallo. Durante el desfile, el gallo no debía ir bien atornillado pues se movía y parece que se iba a caer, hasta tal punto que el jefe de la banda –que allí va delante del trono- quiso avisar y dijo a voces ¡El gallo, el gallo, queriendo prevenir que se caía pero la banda pensó que le pedía el pasodoble y lo empezó a tocar.

Pues bueno, tras la estupefacción, se hizo costumbre, aunque nunca más en la procesión. Pero a la entrada, ya en Jueves Santo, se traslada a las tres o cuatro de la mañana desde la Iglesia de Santa María hasta el Arsenal Militar donde está todo el año el apóstol, primer Papa y entonces no paran de tocar el Gallo durante el recorrido entero.

La otra versión es que los milicianos, durante la guerra civil, que demuestra cómo es el pueblo español, impusieron a los músicos que lo hicieran para chotearse del santo y de la religión. Un verdadero escarnio.

Sea verdad la versión dulce y graciosa o la agria el caso es que San Pedro va por las calles de Cartagena, ya la procesión recogida, escuchando este pasodoble una y otra vez entre la alegría del personal que lo festeja mucho. ¿Es o no taurino el tema?

Volviendo al tema yo fui por primera vez a San Fermín hace 50 años, en el 2015 se han cumplido. Y me quede estupefacto en el estruendo del paseíllo aclamando a Diego Puerta. Era estudiante y se podía porque la feria resultaba barata entonces y prohibitiva ahora, y después seguí de profesional y también de enviado especial hasta hace algunos años. Soy de los pocos españoles que he visto todos los encierros, todos, desde hace medio siglo y no digamos desde los 33 años que los ofrece TVE. Volveré.

Ahora en Madrid dedico las tres cuartas partes del día a sanfermines : encierro completo de 7.15 a 8.30, visita a San Fermín de los Navarros y Misa todos los días del 5 al 14 para pedir por corredores, toreros y amigos con todo el calor que cae a las 13:15 (sobre todo este año), previo de la corrida, corrida y a veces repetición de la corrida y a escribir después.

Y es porque quiero mucho a San Fermín, me emociona desde aquel Diego, Diego del lejano paseíllo inolvidable y del primer encierro de Miura que viví. Resulta que el día anterior habían muerto dos mozos, se levantó la mañana del día siguiente con lluvia y lógicamente con el suelo mojado, y pensé que no correría nadie. Me quedé de piedra : igual o más que el día anterior tan trágico.

Hay cosas de ambiente que no me gustan, pero las de verdad, las auténticas, me cautivan. Por eso quiero a San Fermín, al San Fermín de mi vida. Como a San Pedro, San Pedro Regalado y San Isidro.

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