lunes, 17 de agosto de 2015

4ª y última de la Semana Grande en San Sebastián. Solo un buen toro de Victorino y le tocó a Urdiales / por J. A. del Moral



"...Fue una pena que Victorino no trajera una de sus corridas que tanta fama le han dado. Hubiera sido un gran colofón para esta feria que ha devuelto a Fiesta a San Sebastián. Felicitaciones a los empresarios y a los partidos políticos que, unidos en esta cuestión, han logrado que los aficionados podamos seguir viendo corridas de toros en esta bellísima ciudad..."


Solo un buen toro de Victorino y le tocó a Urdiales

San Sebastián. Plaza de Illumbe. Domingo 16 de agosto de 2015. Cuarta y última de feria. Tarde nublada y fresca en el exterior. Y agradable en recinto cubierto con algo más de media entrada muy repartida.

Seis toros de Victorino Martín, bien presentados. Excelente el bravo primero, sobre todo por el lado izquierdo. Fue ovacionado en el arrastre. Blando de remos y muy corto de viajes el segundo. Con problemas aunque terminó rompiendo por el lado derecho el tercero. Se oyeron palmas en su arrastre. Muy tardo y reservón el cuarto. Bravucón en el caballo y a menos llegando casi parado a la muleta el quinto. Y casi lo mismo el sexto.

Diego Urdiales (añil y oro): Dos pinchazos y estocada, ovación con saludos tras gran ovación al toro en su arrastre. Pinchazo hondo caído y descabello, palmitas con saludos.
Morenito de Aranda (tabaco y oro): Estoconazo trasero caído, silencio. Pinchazo, media tendida y descabello, aviso y silencio.
Paco Ureña (verdina y oro): Dos pinchazos, estocada baja, otra trasera y descabello, aviso y palmas con saludos. Dos pinchazos y estocada, silencio 
Ayer no había tantas prisas, ni tantos coches, ni tantas colas para subir a Illumbe en autobús. Y es que se acabaron los toreros con tirón.

De los tres actuantes de ayer, del que más se han escrito crónicas elogiosas es Diego Urdiales. Si fuera por lo que han dicho del riojano, seguro que habría más gente en la plaza. Pero la generalidad de los públicos pasa de crónicas y de críticas. Ese el el quid de la cuestión. El misterio del tirón.

Los toros de Victorino Martín lo tuvieron y mucho hace años y por sí mismos. Daba igual quien los torease. Los aficionados toristas hablan mucho de ello y propagan las excelencias, tanto de estas reses como de las demás ganaderías de esta clase. Pero los toros de Victorino son los más cantados con enorme diferencia. Y los más apetecibles también para los aficionados digamos normales. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, no tiran tanto. ¿Por qué? Ayer tuvimos la ocasión de saberlo.

Solo hubo uno bueno. Pero bueno de verdad. Completo en los tres tercios y noble en la muleta, sobre todo por el lado izquierdo. Diego Urdiales ganó terreno en sus aceptables lances de recibo. El toro cumplió sobradamente en varas pero Urdiales no quiso lucirse en el quite. Lo hizo y bien en su turno Morenito de Aranda. En sus verónicas descubrimos que el toro podría ser muy bueno en la muleta. Y también en el bien ejecutado tercio de banderillas. Había toro y Urdiales lo brindó al público que ya le había mostrado su simpatía desde que apareció en el ruedo. Tras tantear por el lado derecho, se llevó el toro a los medios, rematando con un bonito trincherazo. El animal lo tomó cantando el gran pitón izquierdo que iba a tener. Pero Urdiales prefirió empezar con la mano derecha. La primera ronda le salió limpia y bien. Pero en la segunda se agarró demasiado al costado del animal tratando de alargar los muletazos en redondo. Lo arregló con otra trinchera de cara factura. Y por fin llegaron los naturales que fue la parte más vistosa y aplaudida de la faena. Como antes, resultaron mejor los de la primera tanda que los de la segunda. Tras ligar dos molinetes, volvió a la derecha para agarrarse de nuevo al costado del animal. Fue el momento de entrar a matar y Diego pinchó dos veces antes de agarrar una estocada. Si hubiera matado a la primera y bien, seguro que le habrían dado una oreja. La gente estaba volcada con el diestro de Arnedo – muchos paisanos en los tendidos – y la cosa quedó en ovación con saludos desde el tercio. La faena fue en justicia de vuelta al ruedo. Y el toro, de dos orejas. Otra oportunidad perdida por Diego Urdiales.

A partir de este primer toro que fue muy ovacionado en el arrastre, la corrida de Victorino cayó en un largo bache del que apenas se salvó el tercer toro que tuvo un solo pitón posible, el derecho. Anduvo muy valiente el murciano Paco Ureña tras brindar la faena a sus apoderados, Pablo y Oscar Chopera que, por cierto, fueron muy aplaudidos por el público. Ureña lo había pasado mal con el capote, pero poco faltó para que cortara una oreja. Lo estropeó con la espada aunque antes ya había metido la pata insistiendo en torear por el imposible lado izquierdo del animal hasta ponerse pesado.

Y ahí acabó todo lo lucido del último festejo de esta feria, salvo las brillantes intervenciones de David Adalid y de Pablo Saugar en banderillas. Adalid escuchó la mayor ovación de la tarde. Porque lo demás, salvo como cumplieron los toros en el caballo, los dos últimos en bravucones, fue un querer mucho y no poder casi nada de la terna.
Urdiales se puso pesadísimo en su faena al cuarto, tan larga como llena de enganchones. El toro resultó muy tardo, muy corto de viajes y terminó acobardado.
También se puso pesado Paco Ureña en su derroche de valor con el imposible sexto. Hay animales como este que es mucho mejor matarlo pronto.

El peor librado de la tarde en cuanto a suerte con sus toros fue Morenito de Aranda que vino sustituyendo al anunciado Antonio Ferrera. Su primer toro fue muy blando de remos y muy corto de viajes. Lo mismo fue en la muleta el quinto. Con ambos, Morenito quiso mucho, logró poco que mereciera la pena– no había posibilidad de mejorar aquello – y lo suplió con aposturas aflamencadas tanto en los cites como en las salidas mirando al público como si hubiera dado lo mejores pases del siglo. Se pasó de metraje en los dos y mató mal a los dos. La tarde fue un desastre de la terna con la espada.

Fue una pena que Victorino no trajera una de sus corridas que tanta fama le han dado. Hubiera sido un gran colofón para esta feria que ha devuelto a Fiesta a San Sebastián. Felicitaciones a los empresarios y a los partidos políticos que, unidos en esta cuestión, han logrado que los aficionados podamos seguir viendo corridas de toros en esta bellísima ciudad.

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