"...Azpeitia. Otra Fiesta, otro toro y otro público. En el ruedo tres toreros entregados, seis toros bravos con cuajo, trapío y acometividad de los que tres fueron un lujo de bravura. Y todo ello ante la señorial manera de contemplar el toreo del público vasco..."
Otra Fiesta
En el ruedo tres toreros entregados y seis toros bravos con cuajo, trapío y acometividad de los que tres fueron un lujo de bravura. Y todo ello ante la señorial manera de contemplar el toreo del público vasco. Azpeitia. Otra Fiesta, otro toro y otro público.
Azpeitia. Otra Fiesta, otro toro y otro público. En el ruedo tres toreros entregados, seis toros bravos con cuajo, trapío y acometividad de los que tres fueron un lujo de bravura. Y todo ello ante la señorial manera de contemplar el toreo del público vasco. Eso es honrar el toreo y ayudar a que las fuerzas del mal no prevalezcan contra él. Y es que el Norte, el tan temido por las figuras Norte, rinde culto a la disposición de los toreros y sobre todo al toro como base esencial de nuestra tradicional Fiesta Brava.
Una tarde más, en la que López Simón ha brillado por su temple, valor, colocación y personalidad. Con más acierto con la espada en su segundo, el madrileño que asusta al miedo ha podido abrir la puerta grande también en la quinta de las corridas de toros que lleva esta temporada. ¡Cinco corridas, después del escándalo que montó en Madrid y del aldabonazo de Pamplona! Pírrico premio para quien es capaz de darle naturales templados, lentos y ajustados al expreso Madrid-Bilbao. Algo muy malo esta pasando en el toreo, y no todo hay que buscarlo en los enemigos de la Fiesta. Después de sus triunfos definitivos en Madrid y Pamplona, para López Simón se deberían haber abierto los carteles de todas las ferias de España. A alguien o a algunos no les conviene que surjan toreros que se la jueguen de verdad. Dejémonos de monsergas.
Castaño y Del Álamo han plantado también cara, a su manera, a los serios ejemplares de Pedraza de Yeltes y el salmantino-leonés ha estado muy bien con el cuarto, el de más calidad de la tarde, y de no ser por la tizona habría tocado pelo. Del Álamo ha bailado con la más fea, pero así y todo en el primero ha brillado mucho más de lo que hacía presumir el escaso número de corridas que lleva toreadas. Esto no hay quien lo entienda. Ya ni Madrid sirve para darles vía libre a los toreros que triunfan en su arena.
La situación de López Simón recuerda, y mucho, a aquel pacto de los empresarios taurinos juramentándose bajo la consigna de: “¡Nunca más un Cordobés!” Porque si no: ¿Cómo se explica que a este torero no le lluevan los contratos?
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