domingo, 2 de agosto de 2015

FERIA DE ISCAR (VALLADOLID) : JAVIER JIMENEZ, DAVID GALVAN, EMILIO HUERTAS Y EL NOVILLERO DARIO DOMINGUEZ ABREN LA PUERTA GRANDE.

Foto: Javier Martín

PRIMERA DE LA FERIA DE ISCAR
ONCE OREJAS Y UN RABO EN FESTEJO MIXTO TRIUNFALISTA

  • JAVIER JIMENEZ, DAVID GALVAN, EMILIO HUERTAS Y EL NOVILLERO DARIO DOMINGUEZ ABREN LA PUERTA GRANDE. 

Santos Garcia Catalán
El encierro salmantino de Hermanos Cambronell fue correcto de presentación, parejos de hechuras; algunos fueron bellos ejemplares y nobilísimos, pero carecieron de carbón y adolecieron de casta. No obstante la terna actuante, el festivo público iscariense y el dadivoso palco se encargaron de que el festejo tomara otras dimensiones que no fueron precisamente de aburrimiento.

El coso cubierto de la villa maderera acogió la primera de su feria que, con gran entusiasmo, organiza el jóven empresario sevillano José María Garzón; con esta son ya dos temporadas en Iscar y las cosas no han funcionado como él esperaba. La escasez de público es notoria en estas dos temporadas, a pesar de ofrecer abonos a 40€ cuatro festejos. Pero ni así. 

Iscar, otrora reina del mambo y de las puertas...tuvo momentos de esplendor industrial hasta que llegó la crisis para todos, los toros incluidos. 

En Iscar se montaron ferias que ni en plazas de capitales de provincia se atrevían a organizar por lo costoso de las mismas; hablamos desde los años 90 hasta 2005 donde Angel Gallego organizaba la feria con cartelería de autentico postín. Pero aquello se acabó y tras varios intentos por parte de otros empresarios, Iscar ofrece una feria con carteles modestos porque de otra forma la ruina es segura. No viene la gente a los toros.

Pero vayamos a lo que aconteció en la primera del ciclo donde intervinieron una terna jóven con ganas y hambre de triunfos que les permita salir del ostracismo.

Abrió plaza el gaditano David Galván; estilista, con personalidad y valor. Gran variedad en las suertes desde que se abre de capa hasta el "litrazo" que le endilgó a su segundo en un inicio de faena digno de mención.Maneja las telas con primor y se va detrás de la espada derecho como una vela. Los pupilos de Cambronell no le permitieron excesivo lucimiento y tuvo que lidiarlos al hilo de las tablas porque, todos - los seis- se fueron rajados a la puerta de chiqueros. Y allí, entre arrimones y cercanías, finalizaron ambas faenas. Destacar sobremanera la gran estocada del que hizo cuarto. Nos recordó a su paisano Rafael Ortega.

Tres orejas generosas para el de San Fernando que denotó ambición y ganas de subir más arriba. Brindó a Espartaco.

El manchego Emilio Huertas tiene repertorio y practica un toreo ortodoxo sin salirse de los cánones. Templa muy bien a los toros; al menos en el quinto con el que se pegó un arrimón junto a toriles. Mató de estocada entera con mucha rectitud y le concedieron las dos orejas.

Con su primero, un castaño berreón que se dolió en banderillas, estruvo aseado y voluntarioso. Mató de media lagartijera y obtuvo otro trofeo.

El trriunfador numérico fue Javier Jiménez que cortó tres orejas y un rabo, (hay que decir que fue un subalterno el que pedía insistentemente los máximos trofeos para su jefe de filas) pero la faena no fue para tal ni el público se desgañitó pidiendo el trofeo. pero así está el toreo.

Jiménez, que brindó su primero a su mentor y paisano Espartaco, puso todo él solito ante el soso salpicado. Alargó los viajes de la franela y luego se fue a cercanías y rodilla en tierra sacó pases en idas y venidas sin convicción del Cambronell. Lo peor fue el sablazo infame en los costillares. Oreja.

Con el sexto, un toro castaño que fue el único que se empleó en el jaco, estuvo variado en lances capoteros y toreó bien al natural hasta que su oponente le permitió, que fue bien poco; otro arrimón al hilo de las tablas y un estoconazo impresionante que tumbó patas arriba y sin puntilla al precioso toro de Cambronell Hermanos. 

Faltaba la guinda del pastel y era el debút en festejo con matadores del novillero local sin caballos, Darío Domínguez. Lidió y estoqueó un eral de Vellosino, muy noble, pero blando al que le instrumentó algún natural de mérito y una estocada tras pinchar.Le faltó al iscariense

la ambición que les sobró a sus compañeros de cuaterna; echar rodillas en tierra, molinetes que llaman la atención del público,etc. Mordiente en definitiva, pero quizás le pudo ir detrás de tres triunfadores, sus gentes, los nervios, en fin....Mañana más y de rejones.


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