martes, 11 de agosto de 2015

¿Hasta cuándo? / Por Rafael Comino Delgado



Es inconcebible que a estas alturas del siglo XXI, en un país que se dice del primer mundo, puedan pisotear nuestra libertad como lo están haciendo y aún no haya pasado nada serio.


¿Hasta cuándo?
  • Señores aficionados, señores profesionales del Toreo, ya es hora de unirse todos e impedir que toda esta banda de liberticidas, muchos de ellos inútiles, porque jamás han hecho nada verdaderamente productivo para la sociedad, continúen campando por sus respetos, destruyendo historia, cultura de España, y cercenando la libertad de los que no pensamos como ellos.

En su día fue San Sebastián y, más recientemente, con la llegada a los Ayuntamientos de los enemigos de la libertad, mezcla de ideologías rancias, aberrantes, han sido Gandía, La Coruña, Palma de Mallorca, Marbella, las ciudades que, de alguna forma, se han pronunciado en contra de la Fiesta de los Toros.

Uno se pregunta pero ¿hasta cuándo vamos a seguir soportando la violencia, los insultos, la persecución, el abuso de poder, de todos estos incultos descerebrados y enfermos de odio, de rencor?

Realmente se han propuesto despojar a España de todo rastro de decencia. ¿Cómo no van a querer prohibir los Toros, si quieren quitar de las calles el nombre de Muñoz Seca y el de D. José María Pemán, entre otros? ¡Hay que ser muy estulto, intonso, en definitiva falto de toda sensatez y espíritu cívico para hacer semejantes barbaridades!

Señores aficionados, señores profesionales del Toreo, ya es hora de unirse todos e impedir que toda esta banda de liberticidas, muchos de ellos inútiles, porque jamás han hecho nada verdaderamente productivo para la sociedad, continúen campando por sus respetos, destruyendo historia, cultura de España, y cercenando la libertad de los que no pensamos como ellos. ¡Están privándonos de nuestra libertad para ver Toros! ¿Por qué? Es inconcebible que a estas alturas del siglo XXI, en un país que se dice del primer mundo, puedan pisotear nuestra libertad como lo están haciendo y aún no haya pasado nada serio. Pero ¿quién se creen que son? ¡Que esto no es archipiélago Gulag, aunque cada día lo parece más!

Es necesario, con urgencia, advertir y solicitar del gobierno:

a) Que se aplique la ley, de una vez;

b) Recordarle que el que no hace cumplir la ley siendo esa su obligación está cometiendo un delito;

c) Cuando el principio de autoridad se quiebra los encargados de mantenerla han fallado y deben ser cambiados;

d) Que en un sistema de convivencia civilizado resolver un problema rompiendo el principio de autoridad es cerrar una herida dejando dentro la infección, que tarde o temprano aparecerá;

e) Que muchos alcaldes están prevaricando al ir en contra del Toreo;

f) Que debe garantizar la libertad de todos, no sólo de los liberticidas.

Si no lo hacemos las generaciones futuras nos podrán responsabilizar, con razón, de las tropelías que se están cometiendo mientras nosotros, los taurinos, nos limitamos a mirar para otro lado, todo lo más a decir, algún que otro, ¡esto no puede ser!

Así es que pongámonos manos a la obra ya, pero alguien deberá liderar ese movimiento y ese alguien tiene que ser de dentro del mundo del Toreo.

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