lunes, 3 de agosto de 2015

ISCAR: UNA OREJA CORTO EL REJONEADOR MANUEL MORENO


Fotografía de José Fermín Rodríguez

POBRE BALANCE EN UNA TARDE DE BUEN REJONEO


SEGUNDA DE LA FERIA DE ISCAR
UNA OREJA CORTO MANUEL MORENO


Santos Garcia Catalán
Un festejo de rejones concluyó con la segunda del abono iscariense con un pobre balance; tan sólo una oreja a Manuel Moreno en tarde de rejoneo delicatessen.

Los cuatro de La Castilleja y dos de Las Monjas y los fallos con los hierros tuvieron la culpa del desaguisado; aunque tan bien es cierto que el palco cuestionó un par de trofeos a Moreno y Moura, mientras que en la corrida que abría feria se daban un festin. Cosas de los nuevos presidentes.

Lo cierto es que la terna de jóvenes valores no tuvo su recompensa, pero brilló el arte del rejoneo con Manuel Moreno y Miguel Moura.Mala suerte para Lea Vicens.

El sevillano tuvo una actuación destacadísima con el que hizo sexto; un toro protestado por cojo, pero realmente rozaba la invalidez. Ello condicionó la lidia, pero no a su lidiador que estuvo realmente sensacional; tiene sello propio este jóven rejoneador que gana enteros en cada actuación. Uno se queda con tres banderillas al quiebro, mostrando los pechos de Ferrari y esperando al toro con auténtica maestría. 

El palco debió concederle la oreja, porque el rejón de muerte cayó en el sitio, lo que le había supuesto la salida a hombros tras obtener el premio del tercero en una faena de mucha frescura y de excelente rejoneo. La personalidad del sevillano es apabullante. Dio la vuelta al ruedo.

Miguel Moura hizo un rejoneo de muchos kilates con el que hizo quinto; un toro con buen son al que el dinástico dejó crudo en el castigo parando con mando y elegancia. Los pares de rehiletes fueron muy ajustados, hubo belleza en los embroques, temple a raudales; tanto al estribo como a la cola, excelente doma y amplia y preciosa cuadra. Además de disfrutar como uno de sus caballos intenta morder al toro tras el final de una faena. Pero el animal se descordó en el rejón de muerte y todo se fue al traste.

Con su primero arriesgó mucho por los adentros y el toro se paró enseguida. Los aceros le jugaron una mala pasada.Silencio

Lea Vicens no tuvo su tarde en Iscar; estuvo desconfiada con el marmolillo y despistado toro que abría festejo y desacertada al clavar toda la lidia. Con el cuarto, un toro complicado y mansurrón que se ponía por delante de las cabalgaduras, llegando a alcanzar a uno de sus corceles sin consecuencias, no acertó con el rejón final y su labor fue silenciada.

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