sábado, 15 de agosto de 2015

Murcia: En Blanca, “Silencios de luto, una oreja a Ginés Marín y su brindis al cielo para Rafael…” / Por Pepe Castillo Abreu,



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Ginés Marin corta única oreja y pierde la puerta grande al fallar con la espada en el que cerró plaza.
Francisco José Espada, muy por encima de su lote, no tuvo opciones de triunfo.

Se guardó un minuto de silencio. La banda de música ocupó su lugar, pero tan solo sonaron clarines y timbales para los cambios de tercio.

Fotos TNM.com
BLANCA (Murcia). Viernes, 14 Agosto 2015. Texto.- 
La tarde ha estado marcada por el luctuoso suceso de ayer en el encierro, en el que perdió la vida el blanqueño Rafael Ibáñez Miñano. Los Portavoces Municipales en reunión de urgencia ayer, como saben, acordaron declarar hoy viernes día de luto oficial, suspendiendo todos los actos, y que sí se celebrarían las novilladas programadas. La decisión que tomaron, para quién firma, ha sido la que procedía en toda regla, la acertada, la que tenía que ser, por fundamentadas razones. Y el luto era palpable esta tarde en Blanca, porque la calma y los silencios eran sepulcrales. Hasta sus calles, vacías, no tenían el bullicio y el jolgorio habituales en fiestas. Por otra parte, un Festejo Taurino es algo aparte, porque es un rito, con una liturgia y unas formas, con fondo y carácter de religiosidad, por la entrega y el sacrificio de todos sus protagonistas. Toros y Toreros. Una Fiesta, sí, pero, diferente, que en ningún caso, el que la novillada se haya celebrado, pueda ni deba interpretarse como una falta de respeto al fallecido. Todo lo contrario, desde los fundamentos de la Tauromaquia ha tenido, precisamente, evidencias de especial respeto y homenaje al finado.


Precedentes los hay, algunos los he vivido en primera persona; en Valencia, donde tengo lazos profundos, han sido diferentes tristes ocasiones idénticas, donde las Fallas y la Feria de Fallas no se suspendieron por tristes similares razones. Y es que la vida, debe, tiene que continuar. Muy fuerte quedaron marcados para mi los Sanfermines de 1997, en los que siguiendo a nuestro paisano Pepín Liria, que aquel año hizo dos tardes, los viví in situ. Imborrable quedó para todas las personas de bien el vil y cobarde asesinato a manos de la banda asesina ETA del joven Concejal de Ermua, Miguel Angel Blanco. Pamplona quedó muda, toda España, conmocionada, consternada, pero que no se interrumpiera la Feria de San Fermín, fue el mejor homenaje a Miguel Angel Blanco. Como todos lo vivimos fue lo importante, en sentimiento por tan cruel crimen, y en solidaridad con la familia de Miguel Angel y de todas las victimas del terrorismo. Aquello significó el principio del fin de la banda asesina ETA. Aunque los asesinos nunca tienen dicha su última palabra.

Entrando en la crónica urgente, resumida, sobre lo acontecido hoy en el ruedo de la portátil de Blanca, se guardó un minuto de
silencio. La banda de música ocupó su lugar, pero tan solo sonaron clarines y timbales para los cambios de tercio.


Los cuatro novillos de Torrestrella, de soberbia presentación, auténticos toros, flojos y complicados, a excepción del jabonero segundo, noble y con clase,notablemente muy por debajo en presencia. Espada y Marín estuvieron muy por encima de sus oponentes, de diferente comportamiento. Hubo que cuidarlos a los cuatro durante la lidia, se midió el castigo en el caballo y se cambiaron los tercios de banderillas con dos pares. Más cuajado y hecho Francisco José Espada, se fue de vacío al no tener opciones; su primero, sacó genio y fue complicado. 


En su segundo, la faena resulto anodina y con muchos enganchones. Momento de mucho peligro, cuando al intentar descabellar, el verduguillo fue con violencia al callejón, afortunadamente sin consecuencias. Ginés Marín estuvo más bullidor, más en novillero. 
Con su 1º muy flojo, pero noble y con clase disfrutó de las bondades del jabonero, pero se excedió de faena. Despenó de estocada entera y paseó la única oreja. En el que cerró plaza, apretó el acelerador buscando la salida a hombros. Lo habría conseguido de no fallar con los aceros. La faena fue la más aplaudida de la tarde por las ganas y los efectismos, que también los hubo. Por momentos vibrante, pero igualmente atropellada y falta de ligazón y estructura ante un novillo con hechuras de toro y muy astifino que tuvo sus dificultades. Pinchazo y pinchazo hondo tendido. Debió volver entrar a matar que no lo hizo. Y con el verdugillo fallo estrepitosamente perdiendo las opciones de salir a hombros.

FICHA: 
Novillos toros de Torrestrella, de excelente presentación 1º, 3º y 4º. De diferentes pelajes y juego, destacar por su nobleza y clase al 2º, el de menos volumen del encierro, al que le faltó como a todos fuerza. 
FRANCISCO JOSÉ ESPADA, palmas saludando desde el tercio y silencio. 
GINÉS MARÍN, oreja y silencio (un aviso). ENTRADA: Un tercio de plaza -es muy posible que muchos vecinos optaran por no asistir por el fallecido del encierro-. 

CUADRILLAS: Bien en general. 
BRINDIS: Espada brindó al público. 
Marin brindó su primero al cielo y en el que cerró plaza a su compañero Espada. 

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