lunes, 28 de septiembre de 2015

Real Madrid de baloncesto o la vuelta al éxito en 365 días / por Juan Manuel Rodríguez.



"...Por primera vez en su historia, el Real Madrid de baloncesto ha ganado Copa de Europa, Liga, Copa, Supercopa y Copa Intercontinental; por primera vez en su historia, y al menos hasta diciembre, el club blanco puede presumir de ser al mismo tiempo campeón mundial tanto de fútbol como de baloncesto..." 


Real Madrid de baloncesto o la vuelta al éxito en 365 días

Laso es el Benítez del baloncesto. Como a Benítez, a Laso también le negó el pan y la sal la prensa especializada y dijo que no valía. Si yo opté por el silencio con Laso no fue por respeto sino simplemente porque en su día aprendí la lección, o eso creo. Me explico: cuando, allá por el verano de 2006 y después de que varios entrenadores de relumbrón, entre ellos el madrileño García Reneses, dijeran "no" a la oferta de dirigir a un equipo que caía en picado, el Real Madrid fichó a la desesperada a Joan Plaza, yo dije del entrenador catalán una serie de sandeces de las que aún hoy, casi después de una década, continúo arrepintiéndome; con Plaza el equipo jugó un baloncesto increíble y ganó una Copa ULEB y una Liga ACB. Me prometí a mí mismo que no repetiría con Laso los mismos errores que con Plaza, así que mi silencio no se debió en absoluto al conocimiento sino a la mera precaución. En mi descargo he de decir que ha habido quien, aún teniendo delante de sus mismísimas narices a un entrenador ganador como Pablo, ha seguido ofendiéndole gratuitamente, y seguirá haciéndolo por muchos títulos que consiga.

Por primera vez en su historia, el Real Madrid de baloncesto ha ganado Copa de Europa, Liga, Copa, Supercopa y Copa Intercontinental; por primera vez en su historia, y al menos hasta diciembre, el club blanco puede presumir de ser al mismo tiempo campeón mundial tanto de fútbol como de baloncesto. Es un éxito incuestionable, redondo, perfecto; un éxito que no admite matices, por mucho que Alfredo Relaño siga empeñado en buscarlos; un éxito total. El director del As busca dobleces, regatea la realidad y le hace un requiebro a los hechos, y todo con tal de tratar de demostrar que el éxito del baloncesto merengue no tiene nada que ver con Florentino Pérez, quien, como Jekyll y Hyde, tiene dos caras: una, la más insensata, para la portería, y otra, la más pausada, para la canasta. No es debido a la casualidad que Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros estén ahí, y haciéndolo todo extraordinariamente bien por cierto, sino gracias al máximo responsable del club, que sigue siendo su presidente. Puentearle periodísticamente hablando sólo puede conducir al ridículo más absoluto, uno más.

El Real Madrid de Laso puso una pica en el Gimnasio de Ibirapuera, ante diez mil enfervorizados seguidores del equipo local, el Bauru, y con un árbitro, el dominicano Reynaldo Mercedes, que en 2012 se declaró culé y antimadridista a través de su cuenta personal de Twitter; Mercedes debió pensar que a él jamás le tocaría dirigir un partido del Madrid, pero miren ustedes por dónde así fue: la FIBA le designó para la Intercontinental, él aceptó y, ya sobre la cancha, puso todo de su parte (expulsión de Sergio Rodríguez incluída) para que nadie dudara de su absoluta parcialidad. Pues bien: aún así, contra todo y contra todos, el Real Madrid tuvo el coraje suficiente para sacar adelante el partido y conquistar el Mundial. Con Nocioni, Ayón, Llull, Reyes y compañía uno puede mandar sus naves tranquilamente a luchar contra los elementos con la certeza de que no naufragará y volverá a casa con el nuevo trofeo conquistado. Hasta Thompkins, que acaba de llegar, se salió. Es la vuelta al éxito en 365 días: cinco títulos en menos de un año, un hito mundial que Alfredo Relaño pretende demostrar que no tiene nada que ver con el máximo responsable del club blanco: ¿Alguien lo entiende?... Yo sí.

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