viernes, 2 de octubre de 2015

1ª de la Feria de Otoño en Madrid. Deprimente novillada / por J.A. del Moral



Deprimente novillada

Madrid. Plaza de Las Ventas. Jueves, 1 de octubre de 2015. Tarde agradable con rachas de viento y media entrada muy repartida.
Cinco novillos de El Torreón. Excesivamente justos de presencia y escasos de cuerna. Nobles y sin fuerza en distintos grados. Por devolución del más débil quinto, se corrió un sobrero de Dolores Rufino, basto de hechuras con tamaño de toro, manso total en los primeros tercios y manejable en la muleta.

Filiberto (salmón y oro): Dos pinchazos hondos y cuatro descabellos, palmitas. Pinchazo hondo bajo y estocada, división al saludar.
Alejandro Marcos (corinto y oro): Pinchazo y estocada muy trasera, aviso y silencio. Estocada y nueve descabellos, aviso y silencio.
Joaquín Galdos (tabaco y oro): Pinchazo hondo y tres descabellos, silencio. Pinchazo, media estocada atravesada y descabello, silencio.

Supongo que, en la intención de que los aspirantes triunfaran con facilidad, se escogió una novillada terciada, “bonita” y en tipo de embestir. Pero el propósito resultó baldío en gran parte por la escasa fuerza y nula raza de los animales por lo que el tiro salió por la culata. Había ilusión y salimos de la plaza deprimidos. La buena voluntad de los actuantes quedó estrellada a pesar de empeño que pusieron, pasándose incluso de la raya hasta ponerse pesados.

Y nos quedamos con las ganas de ver algo que mereciera la pena destacar. Se apreció el buen aire con el que torea de capa y de muleta el debutante Filiberto. Sobre todo con el nobilísimo y flojísimo novillo que abrió plaza al que hizo de todo sin que le importaran las muchas caídas del animalejo. Filiberto resultó ser un pinchaúvas. Y ahí quedó la cosa. Lo más aplaudido fueron los pares de banderillas de Curro Vivas y Pascual Mellinas. Filiberto había brindado su primera faena al público y volvió a lo mismo con el cuarto novillo, no tan fácil como su anterior oponente. Le molestó muchísimo el viento durante trasteo, sin que le importara al debutante que volvió a mostrarse tan empeñoso como inasequible al desaliento en su faena de muleta. Empeño y aguante. Pinchó menos que antes y como había escuchado palmas durante el trasteo y al cerrarlo, salió del burladero con la sana intención de saludar. Los del siete se lo impidieron.

El segundo novillo repitió mucho y algo atosigante en el saludo capotero del salmantino Alejandro Marcos. Pero de inmediato se desentendió. Bravuconcito en varas y muy noble por el lado derecho en la muleta. Marcos se templó por redondos que recetó muy agachado, es la moda, y tardó en matar.

El muy renqueante quinto fue devuelto y en su lugar soltaron un animal muy basto con hechuras y peso de toro que resultó manso integral en los primeros tercios. El banderillero Suso fue quien más destacó durante la brega del tercio de banderillas y el animal llegó manejable a la muleta del salmantino que se hartó de pegar pases tan cortos como los viajes del novillo. Tras enterrar el acero al primer envite, pegó un mitin con el descabello.

El peruano de Lima Joaquín Galdós pasó el trance sin más que destacar que su quite por chicuelinas en el segundo novillo. Fue lo único bonito que pudo hacer en su decepcionante actuación porque con ninguno de sus dos novillos pudo lucir sus habilidades. La mayor ovación en sus dos turnos, se la llevó el peón Raúl Andrada tras poner los mejores pares de banderillas de la inaguantable jornada. Me quedé con las ganas de comprobar si eran ciertas o no las cosas que me habían contado de Galdós. Hasta había leído que podría hacer pareja con Andrés Roca Rey. No creo que le llegue ni a la suela de las zapatillas.

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