martes, 15 de diciembre de 2015

EL NATURAL Y LA IZQUIERDA / por Antolín Castro


El natural, la muleta en la izquierda sin montar, o alargar, la muleta

"...A diferencia de lo que sucede en las faenas de muleta a los toros, esa política, la izquierda, utiliza esa mano para soltar tela, pues sus decisiones las toma con la guadaña que lleva en la derecha. Es con esa guadaña con la que dan muerte a la Fiesta, sin haber dado un pase siquiera..."


EL NATURAL Y LA IZQUIERDA

El natural es considerado como el más puro, el más preciado, el más auténtico de los pases que se dan con la muleta. Despojado de la ayuda de la espada, la muleta tiene un tamaño menor y por ello es obligado pasarse más cerca los toros. Y se le llama natural porque la muleta se porta en la izquierda (la mano) y en la derecha se porta la espada, con la que se va a dar muerte finalmente al toro.

Es así porque la inmensa mayoría son toreros diestros y de ahí que la suerte suprema se ejecute con la mano derecha, mientras la muleta, también en ese momento de cruzar el fielato, se lleve en la mano izquierda. Podría decirse que la muleta debería de estar siempre en la mano izquierda, de forma natural, de ahí su nombre. El portarla con la derecha obliga a tener que llevar ambas herramientas en la misma mano, lo que prolonga el tamaño de la muleta con la que se cita y torea al toro.

Por todo ello, siempre se dijo que se cotizaba más la mano izquierda, conociéndose aquella frase popular de ‘la izquierda es la que da los billetes’. 

Hoy, trasladándonos a la época actual, la izquierda tiene otro significado en el lenguaje de la calle. La izquierda, cuando se habla de ella, se refiere uno a la política, siendo en los últimos tiempos la gran protagonista también en el mundo taurino.

A diferencia de lo que sucede en las faenas de muleta a los toros, esa política, la izquierda, utiliza esa mano para soltar tela, pues sus decisiones las toma con la guadaña que lleva en la derecha. Es con esa guadaña con la que dan muerte a la Fiesta, sin haber dado un pase siquiera. Unas faenas que por cortas, y sin ningún interés artístico ni cultural, si se podrían llamar directamente maltrato o sencillamente muerte.

Matan con la guadaña sin que haya tiempo para estructurar la faena, sin debate, sin conciencia, sin respeto a quienes piensan diferentes a ellos. No dan ni un auténtico natural, puesto que en su naturaleza solo está el aniquilar la Fiesta y con el ello al toro que dicen defender. No defienden el toro, odian sencillamente a quien le cría y a quienes dan un sentido a su bravura, a su vida.

Ningún otro animal tiene una vida personal que contar. Esa debe ser la clave principal, basándonos en que suelen ignorar los pensamientos y vidas ajenas, queriendo a todos convertirnos en manadas de borregos para así hacer y deshacer a su antojo.

La izquierda en el toreo siempre supuso lo mejor, lo natural, hoy hablar de esa izquierda en el toreo es hablar de lo peor, lo antinatural. Representan estos grupos a unos exterminadores de razas, valores, culturas y tradiciones de varios países en el mundo que durante siglos veneraron la izquierda, esa que daba los billetes. Hoy, cuando se oye hablar de la izquierda nos echamos a temblar. Varios pueblos y ciudades lo saben muy bien. 

Con el genérico de izquierda nos hacen creer en lo natural, en la bondad, pero la guadaña la llevan bien afilada en la otra mano, para con ella segar cuanto no les gusta a ras de suelo.

Mantener firme la izquierda, la de arriesgar, templar y torear al natural, podría ser un gran antídoto contra la izquierda del prohibir y aniquilar.

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