Juan Lamarca
Redacción 'Del toro al infinito'
26 de Enero de 2016.-
Don Francisco Gutiérrez Márquez es su nombre, nacido y criado en el pueblo de El Carpio, al que se llega bajando hacia desde las estribaciones de Sierra Morena hasta el Guadalquivir, en un paisaje de fértiles tierras de olivos junto a la vega. Si ya adentrado en el pueblo pregunta por su nombre no sabrá responder nadie, pero si se pronuncia Paco el Barbero, la respuesta de los carpeños será de será de amable y sonriente acogida. Pues este es hombre carismático de esta laboriosa y andaluza población, el que con su tijera y navaja lleva más de cuatro décadas arreglando las cabelleras y rostros barbudos de sus paisanos, confidentes y amigos sobre el sillón giratorio, único, de su pequeña barbería.
Paco el Barbero se desvive por su pueblo, y entre corte y afeitado, entre galgo y galgo por esos terrones junto al río, derrama su amor a El Carpio a través de su Peña Cultural Flamenca; cuarenta años elevando el estandarte de su pueblo con magnos festivales de arte flamenco, y recitales continuos en la sede, de ese cante y baile que tanto arrebata y por donde ha desfilado la flor y nata del duende y el quejío, prestigiando a los artistas y a su pueblo. También como cauce de feliz convivencia y de unión comarcal. La visión de Paco de unir a ocho municipios de la comarca desde sus peñas flamencas fue el punto de partida de la creación de la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir.
Paco el Barbero pasea por su pueblo como un Juncal por Triana, conociéndolo piedra a piedra hasta en sus más recónditos rincones, y recibiendo el respeto y cariño de su gente.
Este año el tradicional festival Flamenco, celebrado en el Teatro, se lo ha dedicado a una artista excepcional del baile como es Inmaculada Aguilar, una belleza cordobesa que brilla por derecho propio en el siempre anhelado parnaso flamenco, y sin cuya aportación sería difícil comprender la historia reciente del baile flamenco en Córdoba y en toda España.
Y así fue como Inmaculada subió al escenario a recibir el homenaje de artistas actuantes y fervoroso público para recibir, de don Francisco Gutiérrez, Paco el Barbero, el merecido reconocimiento en nombre de los vecinos de El Carpio.
Todo fue una fiesta flamenca entre el entendido público encabezado por su alcaldesa Desiré Benavides, y con la actuación estelar de un cantaor singular, de personalidad única como El Capullo de Jerez y su guitarrista El Niño Jero, al compás de bulerías repicadas por tres palmeros de categoría.
La cantaora Gema Giménez, nacida en Úbeda y criada en Jódar, ganadora en su día de la Lámpara Minera de la Unión, dejó bien claro el merecimiento de ese y otros premios obtenidos en su todavía joven carrera.
Entre la jienense y el jerezano, se batieron el cobre jóvenes cantaores, palmeros, bailaores y tocaores, de la tierra cordobesa, y algunos ricos frutos del Conservatorio de Música Flamenca de Córdoba que dirige Inmaculada Aguilar.
Feliz jornada en El Carpio, feliz velada flamenca, y todo bajo el son y el compás de un maestro de la amistad y caballerosidad, don Francisco Gutiérrez Márquez, Paco el Barbero, cuya halo se extiende desde el eco de aquel "..entonemos el himno Sacrosanto del deber, de la Patria y del Honor ¡Honor!.." en Cerro Muriano, hasta las almenas de la Torre de Garci Méndez como fiel vigía sobre las figuras de las dos veneraciones carpeñas El Sagrado Corazón de Jesús y el "Ecce-Hommo" patrón de El Carpio.
Enhorabuena, fenómeno.
Gracias querido amigo.
Sagrado Corazón de Jesús
Torre de Garci Méndez
No hay comentarios:
Publicar un comentario