lunes, 18 de enero de 2016

Monumental México… Morante dos orejas ovejunas / Por José Mata



Monumental México… Morante dos orejas ovejunas

México, 18/01/2016
Con una entrada que sube con relación a la del viernes nocturno a unos seis mil asistentes en laMonumental Plaza de Toros México, se ha lidiado un impresentable encierro de PEQUEÑAJOS que procedió de la ganadería de Teófilo Gómez, han resultado mansos, descastados, débiles; el inútilbuenazo de Jorjazo que habitó el palco de la nula autoridad, regaló un arrastre lento al pequeñajo que hizo cuarto, por haber sido… ¡BOBALICÓN!

José Antonio Camacho Morante de la Puebla: Saludó en el tercio y dos orejas.
Octavio García El Payo: Silencio y saludó en el tercio.
Fermín Espinosa IV: Abroncado y abucheado.

Detalles:

El banderillero Gustavo Campos saludó al tercio tras parear al cuarto del festejo.

Tras concluir el paseo de cuadrillas se recordó al ganadero Alejandro Arena Torres Landa, quien como le informamos, falleciera hace ocho días.

Morante salió en hombros.
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Foto: Tere Mata


- La grandeza de la Monumental México añorando a su gran público

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La grandeza en toda actividad reside justamente en la verdad… no hay de otra; de lo contrario todo lo que se haga es fomentar el engaño, y vivir en un mundo ficticio; y eso, justamente es NO EXISTIR.

En la Fiesta de los toros, pareciera que el engaño es la esencia de todo aquel que se denomine figurín del toreo, y mucho más si se autoproclama artista, como en el caso de Morante de la Puebla.

Como parte inicial se debe recordar que el ARTE PRESUPONE VERDAD si no la hay, no puede haber arte.

En el arte de la tauromaquia esta inexorable verdad está representada por:

El toro auténtico para el torero de verdad.

Si no se cumple este precepto NO EXISTE EL ARTE…

... NO PUEDE EXISTIR el arte.

La faena de Morante, se puede definir como una aproximación esculpida en cobre, muy lejos de ser modelada en el metal áureo.

Porque en el redondel no estaba la luminosa presencia del TORO con toda su portentosa dimensión, ni tampoco habito la casta ni la bravura.

Al estar Morante frente a un diminuto pequeñajo bobalicón, propio para una tienta de erales, no habla ni de un artista ni de un torero, sino de la aproximación a estos títulos...

... y por lo tanto el único que detenta en este momento específico, es el de PEQUEÑAJERO.

Así el pequeñajero de Morante se hizo triunfador, porque así lo quiso el inútil buenazo de Jorjazo, pero nunca… 

… ¡nunca la verdad!… ¡nunca la ética!… ¡nunca la honestidad!… ¡nunca la honorabilidad!... ¡nunca la dignidad personal ni el respeto!

Ha sido la auténtica burla a la buena fe del respetable, y si bien hizo una pobre entrada, se merecía respeto, no ese aplastante engaño.

Que por otra parte, esa pobre entrada, confirma que Morante no es figura en México, y eso... dice todo.

Pero, que pasó con Morante…

… Debutante ha sido el pequeñajo bobalicón que hizo cuarto, con el que Morante dejó unos lances bailadores, sí… por piernas, porque nunca pudo asentar sus zapatillas en la arena. Después del intento de comparecencia en el caballo, el pequeñajero de Morante, hizo unas chicuelinas a ese bobalicón, que daban más vergüenza, porque sólo aprovechaba la borreguna embestida, pero no lo llevaba toreado, debido a que siempre salía huyendo el bovino y no quedaba sometido en el capote.

Ya con la muleta, el pequeñajo acudió como una linda ovejita campirana a la muleta lejana de Morante, quien aprovechando esa docilidad con la derecha, sumó series por whatsapp, en lo que fueron cuartitos de pases, producto de la falta de aguante.

La escena que se producía era grotesca, dos geografías corpóreas muy entradas en carnes, tan abultadas que no daban la sensación de un momento escultórico luminoso, ni de estética… 

… sí, las geografías corpóreas del pequeñajo y la del pequeñajero.

Mismo procedimiento llevó a cabo Morante por el lado natural… el toreo despegado, y sin armonía en su conjunto.

Como punto final, de este espejismo, Morante deja citando fuera de la suerte, una estocada estocada traserísima, tendida y caída. Y si bien hubo petición, no para el exceso.

El inútil buenazo de Jorjazo, regaló dos orejas a Morante y un inmerecido arrastre lento a un pequeñajo bobalicón.

Cosas veredes... una faena correcta para una placita de tentadero.

Amigo Nacho, ha sido el chiquillo que abrió plaza, resultó manso y además se hizo evidente cuando no peleó en caballos.

Morante, dejó lances que no dijeron nada. Ya con la muleta, inició con pases vulgares que son coreados por sus seguidores; prosiguiendo con cuartitos de pase con la muleta en la mano derecha, a la que acudeAmigo Nacho con la cara alta y deslucido.

Los naturales resultaron muy separados de su abundante geografía corpórea. Nuevamente, con la derecha, que no dice nada, aunque sí para sus seguidores. Más con la derecha, y más una copa de nada. Deja tres cuartos de espada baja, para que al escuchar las palmas de sus seguidores, salga a saludar en el tercio.

Al final, nos deja Morante la incógnita de verle alguna vez en México, una faena en verdad digna, con un astado que parezca toro y que tenga los elementos fundamentales de la casta y la bravura.

Esta tarde… fue un engaño más.

No, dice, fue el primer chiquitillo de El Payo, que fue manso, descastado, deslucido, acudió con la cara alta. Nada relevante con la capa, para ya con la muleta iniciar con una violenta arrucina que acentúa los defectos de debilidad del astado, sobre todo de los cuartos traseros. Deja una faena correcta con ambas manos, pero sin llegar a decir algo más que lo indicado por el común denominador de lo habitual. Un pinchazo hondo y cuatro descabellos, para irse en silencio.

Con Poeta, otro pequeñín manso que no peleó en varas. El Payo estuvo bien de capa. Suaves pases de tanteo pero se derrumba el bovino. Tuvo momentos brillantes con la izquierda; pero más sobre todo con dos series pegado en tablas con la derecha, destacando la que concretó en toriles, y tras el remate dobló contrario el pequeñajo. Citó El Payo muy de largo, y salió rebotado en el encontronazo, dejando pinchazo hondo trasero y caído. Saludó en el tercio.

Fermincitito Espinocita, sigue siendo INDIGNO de imponerse el título de Armillita.

Tanto con Vasir como con Corico, ha sido la negación del toreo, y curiosamente pareciera que siguen protegiéndole con exageración, porque le salieron los chiquitines más pequeñines. El público protestó, no lo suficiente, para que devolvieran al tercero, como no ocurrió así, durante la pésima comparecencia de Fermincitito, escuchó gritos de ¡novillero! ¡novillero! Va mal, muy mal, y no queda hablar más de él. Podría ser un buen aficionado práctico, y un mejor ciudadano en otro menester.

Otra tarde más desperdiciada, que nos deja sólo la gran desilusión de seguir viendo, como avasallan los figurines, con la inadmisible comodidad, la grandeza de la Fiesta.

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