Del toro al infinito: Roberto Domingo, pintor.

Colección de la familia Bienvenida

"Pepe, Antonio y Ángel Luis"

Fotografía: Constante

Durante medio siglo (1906-1956) la vida artística de Roberto Domingo es un ejemplo de laboriosidad y honradez. Vive únicamente de lo que pinta y dibuja. Celebra numerosas exposiciones personales en España y en el extranjero.

No limitó sus temas a las corridas de toros y a las capeas. Pintó también, y no poco, escenas de pesca y de playa, ﬁestas populares, carreras de caballos. Jamás daba una pincelada ante el natural; pintaba de memoria, con sus prodigiosas facultades nemotécnicas, metido en su taller, sin un solo modelo.

“Roberto Domingo en el Estudio”

París, 1883.-Madrid, 1956.
http://robertodomingo.com/

Hijo de Francisco. Vive en París 22 años. Teniendo 15, se publican de él, en Madrid, unas caricaturas. 1906, enero. Llega a España. Ve por vez primera una gran corrida de toros, al asistir, en Madrid, a la celebrada en mayo con motivo de 1a boda de Alfonso XIII. El espectáculo le deslumbra y le emociona. = Tercera medalla en 1908. Segunda en 1910. En 1915 el jurado propone la adquisición de su cuadro «El coleo». === 1910. Segunda medalla en la Internacional de Buenos Aires. 1911. Propuesto para premio en la Exp. de Roma. 1916. Caballero de 1a Orden de Carlos III. Son cuadros con el tema de las corridas de toros los que Roberto presenta en las Exps.

“Año de la Victoria. Saludo a Franco. Arriba España.”

Muy pronto se erige en el intérprete pictórico de 1a «ﬁesta nacional». Será hasta su muerte, sin discusión, «el pintor de los toros». Oleos, gouaches y dibujos a pluma, en cantidad copiosa, salen de sus manos; se exhiben, se buscan y adquieren por los aﬁcionados; se reproducen en revistas y diarios. Surgen, y en seguida crecen, sus imitadores. Crea, pues, una escuela, en la que su magisterio se mantiene siempre.

Domingo entra a colaborar en la Prensa de Madrid, para reseñar gráﬁcamente las corridas que se celebraban. En «La Libertad»; después, en el «ABC».