domingo, 21 de febrero de 2016

Madrid. Feria de Invierno en Vistalegre: Gran faena de Ginés Marín insuficientemente premiada / por José A, del Moral



"...Ya sabíamos que Ginés Marín es de los que saben hacer el toreo y decirlo con excelentes, finísimas y muy naturales maneras..."


Feria de Invierno en Vistalegre

 Gran faena de Varea insuficientemente premiada

José A. del Moral

Madrid, Carabanchel. Palacio de Vistalegre. Sábado 20 de febrero de 2016. Temperatura fría en plaza cubierta con floja entrada.

Seis novillos de Daniel Ruiz, bien presentados con buenas hechuras y de juego algo desigual en su general franquía. Noble aunque sin romper por el lado derecho y difícil por el izquierdo el primero. Nobles a menos en brío segundo y tercero. Muy bueno el cuarto, sobre todo por el lado derecho. Excelente al quinto. Desigual el sexto. . 

Álvaro Lorenzo (añil y oro): Pinchazo, estocada que hizo guardia, dos avisos y ovación con saludos. Tres pinchazos y estocada, gran ovación con más saludos.
Ginés Marín (amapola y oro): Más de media estocada tendida y tres descabellos, aviso y gran ovación con saludos. Estoconazo y oreja con petición de otra. 
Varea (granate y oro): Dos pinchazos y estocada corta, aviso y ovación con saludos. Tres pinchazos y estocada corta atravesada, aviso y silencio.
Muy bien Javier Ambel en la brega y en palos.

Poco público pero muy ambientado, esperanzado, con ganas de ver toros. No faltaron los antitaurinos que esta vez se manifestaron como espontáneos lanzados al ruedo tras el arrastre del tercer novillo. Las asistencias les sacaron del ruedo a gorrazos. No es suficiente. La policía debería intervenir y con determinación. Deleznable y fatal escena. Escandalizados los muchos taurinos y profesionales que coparon el callejón. Sobre el papel, buenos novillos y novilleros más que punteros. La corrida fue el primer examen para la terna. Estaban en Madrid y con las cámaras de televisión llevando las imágenes en directo a todo el mundo. Los milagros de internet. Trascendencia mundial, pues.

El primer novillo no pasó de manejable. Tampoco Álvaro Lorenzo pasó de querer y de valiente por su reacción al empeñarse en torear con la mano izquierda tras ser cogido por ese lado. He visto andar mucho mejor a Lorenzo que con este animal. Se pasó de faena y falló con la espada. Creo que no hubiera cortado oreja pese a este inconveniente a la hora de matar.

El cuarto novillo tuvo peso y hechuras de toro y resultó bastante mejor que sus hermanos anteriores. Y con este sí que vimos al Lorenzo que tanto nos agradó el año pasado. Clásico, dispuesto y enjundioso en el arranque por bajo de la faena y cuando toreó al natural. Un gran pitón izquierdo el de este animal. Valiente con la derecha Álvaro y mejor medida la faena que la anterior. Pero falló con la espada y perdió un buen triunfo.

Ya sabíamos que Ginés Marín es de los que saben hacer el toreo y decirlo con excelentes, finísimas y muy naturales maneras. Variado y muy suelto con el segundo novillo de la tarde que, siendo manejable, careció de clase y se vino pronto a menos. Bien con el capote y por encima de su vulgar oponente con la muleta Ginés. Andar como anduvo con este simplemente manejable animal, es un grado a tener muy en cuenta. Estar tan solvente y hasta a gusto con animales mediocres – que son la mayoría actualmente – es una de las virtudes que definen a las figuras. Condición imprescindible para regularizar los éxitos. No consiguió la oreja que buscaba cortar en este novillo por tripitir con el descabello.

Al quinto novillo, con más trapío que su anterior oponente, lo recibió Ginés Marín con una larga cambiada de rodillas en el tercio seguida de gráciles lances. Galleó por chicuelinas al paso para prologar el puyazo. Y quitó brillantemente después también por chicuelinas y largas en el remate. Tras una excelente labor banderillera de Javier Ambel y el brindis del matador al público, arrancó la faena arrodillado con magníficos redondos rematando con un excelente de pecho. Bueno el novillo y estupendo el novillero con la derecha ya en pie y un eterno cambio al natural. Siguieron los naturales, las arrucinas el pase del desdén, plenos de gusto y de capacidad. Ginés vio novillo por todas partes. Adornos enjundiosos. Y sobredosis final metido entre los pitones del burel, ayudados y cambios de mano sensacionales. Este muchacho también es de los tocados con la varita. La gracia y el poder de los fuera de serie. La completísima y variada labor muletera se cerró con un estoconazo y una oreja merecidísima. Yo le hubiera dado las dos.

Me encantó Varea en el recibo del tercer novillo por verónicas. Y me encantó su empaque con la muleta en su primera faena hasta que el novillo dejó de colaborar como lo había hecho hasta ese momento aunque gracias al empeño del castellonense el final del trasteo pareció mejorar si bien se pasó de metraje como sus colegas. También perdió Varea una oreja con la espada.

Una pena. En la primera mitad de la corrida, los novillos no fueron como todos esperábamos.
La decoración ganadera había cambiado a mucho mejor con el cuarto y quinto novillos. El sexto, sin llegar a tanto, se dejó en el aterciopelado capote de Varea aunque no al gran nivel de sus lances de recibo en su anterior oponente. Tampoco llegó la cosa a mayores en el quite que siguió a cargo del matador levantino. Remiso y distraído en varas y cortando en banderillas el animal, contrarió las buenas intenciones de Varea en su faena de muleta embistiendo rebrincado y cabeceante salvo en una breve ronda a derechas y otra de igual guisa al natural. No obstante, a Varea no le faltaron ganas y anduvo técnicamente por encima del burel. Volvió a fallar con la espada.

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