domingo, 7 de febrero de 2016

Valdemorillo. Feria de la Candelaria: Triunfo de Paulita / por Íñigo Crespo







El sello y la espada de Paulita se imponen en Valdemorillo. Puerta grande para el aragonés, que cortó dos orejas del cuarto toro de un importante encierro de Monte la Ermita


Fotos: FRAN JIMÉNEZ
Paso al frente de Martín Escudero, que deja una grata impresión y corta una oreja del tercero tras mostrarse más compacto y reunido que en años anteriores. Barrio dio la cara ante el lote de menos opciones y también paseó un trofeo.

Luis Antonio Gaspar “Paulita” salió a hombros al término del festejo celebrado este sábado en Valdemorillo, donde se jugó un encierro de Monte la Ermita que mantuvo el interés y dio un juego más que notable. Paulita demostró de nuevo su sello, su personalidad y su contundencia manejando la espada. El triunfo logrado supone un balón de oxígeno para su carrera. El aragonés ha vuelto a ganar crédito de cara al aficionado.

El primer toro, cuajado y bien hecho, tuvo transmisión y una movilidad poderosa aunque sin terminar de entregarse nunca. Excelente Paulita con el capote: un manojo de lances a la verónica a pies juntos fueron auténticas pinturas. El esmero y la naturalidad. La faena del aragonés estuvo presidida por la actitud y el esfuerzo. Más asentado por el lado derecho, más puro al natural. Buena estocada. Aplausos en el arrastre para el toro y saludos tras petición para el diestro.


Dos orejas le cortó Paulita al cuarto, un toro bravo, de buena condición, con mucho fondo, clase y transmitiendo mucho. Fue fuertemente ovacionado en el arrastre. El aragonés protagonizó una faena de menos a más, con una segunda parte importante. Toreó entregado y roto al animal, fajándose con él sobre todo por el lado derecho, bajando la mano, sometiendo y llevando larga la embestida. Ahí crujieron los tendidos. Buena actitud. Mató de una gran estocada, cayendo el toro rodado sin puntilla. Puerta grande.

El segundo fue un astado bajo, bien formado. Sacó movilidad aunque no acabó de emplearse y cuando lo hizo fue de forma intermitente. El segoviano Víctor Barrio cimentó una faena apretada y firme, de notable empeño y serenidad pero de escaso brillo por la dispar condición de su oponente. Erró con los aceros. Saludos.


Se movió el quinto que, al igual que el primero de Víctor Barrio, fue un animal con buena intención y nobleza pero sin entrega. Manejable. El segoviano puso corazón en una faena de buenas pretensiones en la que hubo dos puntos álgidos: el compromiso de su tirar siempre hacia adelante y las bernardinas finales. Paseó una oreja tras pinchazo y estocada.

Buena faena al tercero la de un torero con personalidad: Martín Escudero. Buen toro, con clase y fondo; y faena rica en matices y en un carísimo concepto de temple, reunión y precisión técnica. Valeroso en todo, el madrileño ha compactado una obra que ha tenido dos tandas, una por cada pitón, sensacionales. Y un final de faena cargado de ajuste. Buen toro y buen torero. Tras un pinchazo y una estocada ha paseado una oreja de peso tras aviso. Justa ovación para el toro en el arrastre.


Cerró plaza un toro serio, con mucha movilidad, que llevó la cara alta sin emplearse ni humillar pero que se dejó en las telas de Martín Escudero. El diestro toreó reunido, con buena expresión en una faena valerosa. Demostró de nuevo el paso al frente dado en su primer ponente, pero de nuevo falló a espadas. Silencio tras aviso.

Valdemorillo (Madrid), 6 de febrero de 2016. 
Segunda de la Feria de la Candelaria. Toros de Monte la Ermita -con el hierro de Carmen Segovia-. Bien presentados, con dos toros importantes, bravos y buenos, 3º y 4º; el 1º con transmisión y movilidad, aunque con menos duración; y manejables 2º, 5º y 6º, aunque éstos con menos clase. En general corrida de buen juego y que mantuvo el interés. 

Luis Antonio Gaspar “Paulita”, saludos tras petición y dos orejas.
Víctor Barrio, saludos y oreja.
Martín Escudero, oreja tras aviso y silencio tras aviso. Entrada: Tres cuartos.

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