domingo, 20 de marzo de 2016

Hoy es Domingo de Ramos: "El Borriquillo" de Úbeda / por Juan Lamarca


ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN


Juan Lamarca
Así es como los ubetenses llaman a este paso, "El Borriquillo" que abre, hoy Domingo de Ramos, las impresionantes procesiones de la fervorosa Semana Santa de Úbeda.
Y en "Domingo de Ramos el que no estrene nada se la caerán las manos..", es el dicho con el que el gracejo ubetense reflejaba el alborozo de la gente, su sentir ante la llegada de Cristo triunfante, y que evitaba que Úbeda se convirtiera en un pueblo de mancos. Todos, el nene y la nena, el abuelo y la abuela, tal como cantaba "Pirulí" empujando su carro de chucherías por las calles,  vestían o calzaban algo nuevo este grandioso día, el esplendor de la sacra festividad se realzaba con el resplandor del buen vestir acompañando a los desfiles procesionales. 

Los tiempos cambian que es una barbaridad, aunque hoy don Hilarión cantaría que degeneran, y por ello el recuerdo de épocas pasadas magnifican el orgullo de haberlas vivido. Ya desde el cielo y entre los luceros, don Manuel Fernández Peña, revivirá cuando a su casa de la Avenida de los Mártires -actualmente llamada Libertad, claro la libertad de ultrajar su memoria- llegaban al son de tambores y trompetas sus penitentes del "Borriquillo", para entregarle el varal de mando a su presidente. Para los vecinos del señor Fernández Peña, y los del populoso barrio, siempre fue un momento esperado; para ellos la Semana Santa comenzaba en ese instante, cuando su admirado y respetado don Manuel se colocaba al frente de sus "penitronchos" y a paso cuasimilitar, tambores y trompetas al viento, se dirigían veloces por la calle Trinidad abajo hasta la Corredera de San Fernando, al encuentro con su Jesús sobre el trono de Palma Burgos, y llevárselo en devota procesión por las calle de Úbeda.

Un nuevo año pues con la pasión de Cristo entre el pueblo de Dios, y cuando precisamente más se sufre la persecución religiosa de ésta época por el odio y la zafiedad del rojerío resentido -arderéis como en el 36, braman ya estas alimañas- que lanza contra los católicos y sus devotas tradiciones como es ésta secular y grandiosa de la Semana Santa. A pesar de ello es hoy cuando  en horas vespertinas y en la católica Úbeda, la multitud se agolpará frente al pórtico de la iglesia de la Santísima Trinidad para ver descender por la cuesta hacia la Corredera de San Fernando esa obra maestra del recordado escultor malagueño Francisco Palma Burgos ubetense de adopción, el trono con Jesús a lomos de un borriquillo. Las palmeras en manos de los feligreses se agitarán entre ramos de olivo ya bendecidos por la mañana en misa de doce, al son de los acordes de la magnífica banda municipal de música, -gloria al maestro Plaza- a la que seguirá el rítmico estruendo de los tambores para que el agudo cornetín ordene a "los trompetas" aclamen al hijo de Dios. Todo un alborozo la aparición de Jesús escoltado por  sus penitentes de capiruchos blancos, capas doradas ondulantes sobre un hábito verde de esperanza. Es el día cumbre del pueblo de Úbeda, la culminación del fervor de los cofrades y vecinos de una ciudad que durante todo el año dedica su ilusión y esfuerzo a su Semana Santa, y hoy es...¡Domingo de Ramos!





ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN Y NUESTRA SEÑORA DEL AMOR

PASO DE CRISTO

Cristo montado en un burro, de Francisco Palma Burgos (1951), restaurado en 1997 por Carlos Guerra, junto a un pequeño borriquillo de Fernando Cruz (1940). Potencias de Orfebrería Sevillana (1999) Monumental trono de Francisco Palma Burgos (1956), en proceso de restauración por Arte y Restauraciones Moreno.


PASO DE VIRGEN

Imagen de Nuestra Señora del Amor, de José María Palma Burgos (1986). Trono de Ramón Cuadra Moreno y José María Palma Burgos (1989). Orfebrería de Villarreal: barras (1989) y corona (1997) y de Blas Pérez (Candelería) (1994). Jarras de Orfebrería Sevillana (2002). Manto de terciopelo verde, bordado por Perales, aún en su segunda fase (2004). Saya de Javier García y Martín Suárez (2001) Gloria de Esther Moreno (2004).

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