viernes, 8 de abril de 2016

López Simón estalla en Sevilla / Por Paco Mora



"...Ahora solo falta que los ganaderos dejen de criar la “burra Flora” que se deja hacer cucamonas por los acomodados del escalafón..."
  • Mucha carencia de casta, escasa fiereza y como resultado toros rodando por la arena, pero no por falta de fuerza sino por absoluto descaste. ¡Señores ganaderos, ustedes tienen la palabra! Pónganse de acuerdo y échenle casta y un poco de picante al toro y el que no los quiera torear que se meta a buzo.

López Simón estalla en Sevilla

No me equivoqué oficiando de profeta del nacimiento del Mesías verdadero de una nueva religión de la Tauromaquia. A la orilla del Betis, el fenómeno ha vuelto por sus fueros. Ha conquistado Sevilla y se ha convertido en el mayor punto de interés de la temporada que comienza. ¡Ha vuelto López Simón!

López Simón ha tocado con la punta de los dedos la gloria del toreo esta tarde en La Maestranza. Confieso que he pecado de desconfianza, pido perdón y proclamo humildemente mi propósito de enmienda y de cumplir la penitencia que me fuera impuesta. En Valencia lo vi fuera de su estilo y también en Hellín. Deduje que el peso de la púrpura había hecho mella en su ánimo. Precipitada deducción la mía. Después de verlo en 2015 en la feria de Cuenca y en la de Albacete escribí sin rubor alguno, y creo que en justicia, que si el de Barajas continuaba pisando el terreno que pisaba y jugando las muñecas como las estaba jugando, habría un antes y un después de López Simón. Ahora reconozco que no me equivoqué oficiando de profeta del nacimiento del Mesías verdadero de una nueva religión de la Tauromaquia. Fue en la duda donde erré. Metí el remo hasta el corvejón. Hoy en el coso del Baratillo, a la orilla del Betis, el fenómeno ha vuelto por sus fueros. Ha conquistado Sevilla y se ha convertido en el mayor punto de interés de la temporada que comienza. ¡Ha vuelto a ser López Simón!

López Simón abrió el fuego de la revolución juvenil que viene arreando, y como gran capitán de ese movimiento ha demostrado hoy en Sevilla que los que el año pasado nos ilusionamos con el nacimiento de una nueva figura grande del toreo acertamos de plano. Ha vuelto a ser el glorioso samurai que nos alegró las campanillas a quienes estábamos echando de menos un torero con una personalidad tan arrolladora que fuera capaz de mover las aguas quietas en que estaba navegando el barco de la Tauromaquia.

Sevilla tuvo que ser. Esa ciudad a la que le cantan que tiene un color especial –y es verdad- merecía ser la catapulta que lanzara, junto con Madrid, un torero que devolviera la emoción a la Fiesta. Un torero destinado a revolucionar el toreo con el más noble y profundo de los sentimientos. Un torero al que hay que ver en pie, y en pie ha puesto esta tarde López Simón los tendidos de La Maestranza.

Ahora solo falta que los ganaderos dejen de criar la “burra Flora” que se deja hacer cucamonas por los acomodados del escalafón. Esta tarde López Simón le ha declarado la guerra al bostezo. Con él en el ruedo, que levante el dedo quien sea capaz de cascar pipas de girasol. Hasta ahora, lo único que está fallando –salvo alguna excepción que confirma la regla- en la sevillana Feria de Abril de hogaño es el toro. Mucha carencia de casta, escasa fiereza y como resultado toros rodando por la arena, pero no por falta de fuerza sino por absoluto descaste. ¡Señores ganaderos, ustedes tienen la palabra! Pónganse de acuerdo y échenle casta y un poco de picante al toro y el que no los quiera torear que se meta a buzo. Manden ustedes en sus ganaderías. Que esta no es la fiesta de los toreros ni la de los empresarios sino la de los toros. Y del público que paga, y para bostezar ya tiene bastante con los discursos de los políticos...

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