lunes, 9 de mayo de 2016

El chaparrón / por Juan José Sánchez Sánchez-Ocaña


Media hora para intentar arreglar infructuosamente 
el ruedo (Juan Pelegrín/Las Ventas)


"...Chaparrón de lágrimas descargó también José Manuel Más después de que le echaran el sexto al corral, incapaz de matarlo. Pudo ser un poco más generoso el presidente y haberle dejado un par de intentos más con el descabello. Mala suerte para un torero que se jugaba mucho más que una temporada y que se presentaba en Madrid con dos corridas en dos años..."


El chaparrón 

La tarde olía a suspensión. Y a lo mejor es lo que debió hacerse, pero los toreros impusieron su criterio acogiéndose al Reglamento y se dio. El ruedo impracticable después de toda una noche bajo la lluvia, sin lona que lo protegiera. Y todo para casi nada. Para este lunes una novillada de lujo. ¿Cambiará el signo de los cielos?.

El disgusto para la empresa cuando los toreros echaron la corrida adelante debió ser tremendo. Estaban deseando que se suspendiera e hicieron todo lo posible, pero pudieron más los toreros y, por lo visto después, con razón.

Se cumplieron todas la previsiones del día anterior y cayó la mundial durante casi toda la noche y todo el día, pero no hubo lona. Como siempre tienen una excusa para todo, esta vez resulta que no lo recomendaban porque, si la ponían, el ruedo no se iba a secar después de los caballos. Yo me pregunto si acaso se iba a secar más dejándola expuesta a los 30 litros que han debido caer. Quizá si la hubieran cubierto ayer y descubierto hoy, el arreglo del ruedo hubiera sido más fácil.

Chaparrón de lágrimas descargó también José Manuel Más después de que le echaran el sexto al corral, incapaz de matarlo. Pudo ser un poco más generoso el presidente y haberle dejado un par de intentos más con el descabello. Mala suerte para un torero que se jugaba mucho más que una temporada y que se presentaba en Madrid con dos corridas en dos años.

Juan Bautista tiene un buen historial con las tardes de lluvia en Madrid y ésta no fue menos. Una oreja a un buen toro de Montealto que puso el nivel muy alto para sus compañeros de camada. Morenito, que tiene gusto y al que se le da muy bien esta plaza, ha llegado a San Isidro especialmente motivado. Lo demostró ya en la segunda inspección del ruedo, donde le bastaron tres pasos para decidirse, y lo ratificó con el segundo, un manso que se movió y le pegó un volteretón muy feo.

Mediada la corrida la empresa facilitó un número de asistentes, once mil y pico. Me pregunto si lo sabrán contando las esquinas que cortan de las entradas los porteros. Seguiremos investigando.

Y este lunes primera novillada y uno de los carteles más rematados del abono. Presentación y despedida de los tres.

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