sábado, 7 de mayo de 2016

Mezquindad sin límites / por Rafael Comino Delgado



"...Así son las cosas, así está montada la Política, para que muchos desvergonzados, rémoras de la sociedad, que jamás han hecho otra cosa que medrar por la vida, nos manipulen..."

Mezquindad sin límites

Rafael Comino Delgado
Cuando veo y oigo a muchos políticos mentir constantemente, insultarse unos a otros, culpar a los demás de todo lo malo sobre la Tierra y atribuirse ellos todo lo bueno, me doy cuenta de lo vil, miserable, mezquino e indigno que puede llegar a ser el ser humano, solo por un puñado de votos. 

Hay políticos que dicen, sin rubor, una cosa en Madrid, otra en Barcelona, otra en La Coruña, otra en Sevilla, etc. Lo dicen y no se les cae la cara de vergüenza, simplemente porque no tienen vergüenza, es un concepto que ellos ignoran.

Hoy mismo he oído a uno de esos trileros decir que "todo lo hace para salvar a España". Espero que no gane porque si lo hace España se hundirá más de lo que está. ¡Qué hipócrita!

Pero siendo esto grave me parece peor aún, y me causa gran tristeza, que muchos se crean las mentiras (denota incultura e ignorancia ilimitadas) o que sin creérselas les apoyen, lo cual denota carencia total de inteligencia, ética y dignidad.

Los políticos a los que me refiero, y que sin dar nombres todos sabemos quiénes son, envenenan la mente de las gentes, calientan su sangre, para convertirles en ganado lanar, más que en humanos, que les voten y ellos alcancen el poder desde el que roban, se enriquecen, engañando a los ciudadanos que, a decir verdad, se lo merecen por haberles votado.

Pero el problema es que las consecuencias de su nefasto hacer las sufrimos todos, los que les votaron y los que no les votamos ni les creemos.

Así son las cosas, así está montada la Política, para que muchos desvergonzados, rémoras de la sociedad, que jamás han hecho otra cosa que medrar por la vida, nos manipulen.

Políticos de estos los hay en todos los países, los ha habido siempre y siempre los habrá, pero ahora en España hay demasiados, muchísimos, lo que nos ha llevado a una situación casi insoportable. En verdad, no sé cómo se puede resolver esto. Creo que no tiene solución; simplemente esperar a que vaya pasando el tiempo, como mejor se pueda, puesto que nada es eterno.

Sin embargo reconforta saber que hay miles, millones de personas en todo el mundo trabajando en silencio por el bien de los demás. Es decir, que hay seres humanos muy mezquinos pero también los hay infinitamente bondadosos. Unos y otros han salido de nuestra sociedad. ¿Cómo es posible tanta diferencia?

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