miércoles, 29 de junio de 2016

HUELE A SANGRE / por Pla Ventura


Escribano torea bellamente al natural

"...Quedó claro que, los toros de Adolfo Martín son los de que hieren, sencillamente porque son toros con los que hay que asumir el riesgo que llevan implícito..."

HUELE A SANGRE

España
Los toros de Adolfo Martín lidiados en Alicante vinieron a demostrar muchas cosas, entre ellas que, con dicho toros, la parodia no existe. Y esa es la diferencia que siempre hemos querido mostrar al ponderar dichos toros que, aparentemente, hasta salieron terciados pero, las ideas que llevaban dentro no se parecen en nada al resto de las demás ganaderías llamadas comerciales.

En realidad, hubo toros y toreros, parece algo baladí lo que digo porque no hubo salidas en hombros ni amagos triunfalistas por doquier. Pero si habían, además de los toros, tres hombres dispuestos a jugarse la vida de verdad; y digo de verdad porque allí se palpaba el peligro y se venía venir, de lejos, el riesgo que los diestros asumían.

Y de forma lamentable se consumó la tragedia con el segundo toro de Manuel Escribano que, dos días después, todavía el ruedo de Alicante huele a sangre, sencillamente porque la cornada que sufrió el diestro de Genera fue espectacular y dantesca. Entró a matar Escribano, dejó una estocada de ley y, el toro, amo y señor de la situación le infirió una gravísima cornada.

Momento de la dramática cogida de Escribano en Alicante

Quedó claro que, los toros de Adolfo Martín son los de que hieren, sencillamente porque son toros con los que hay que asumir el riesgo que llevan implícito. La terna de espadas lo tenían clarísimo; todos se jugaron la vida, desde el admirable Manolo Escribano que cortó dos orejas de ley, hasta Francisco José Palazón que lo intentó, incluso llegó a sacar buenos muletazos, pero no tuvo fortuna a la hora de matar. Paco Ureña cortó una digna oreja, prueba más que evidente que demostraba que se había jugado la vida.

Son las dos caras de la moneda; el glamour de las figuras y sus toros y los toreros machos que suelen enfrentarse al llamado toro de verdad, allí se dieron las pruebas. Menos mal que, Escribano cayó herido en Alicante y quedó en las manos del doctor Reyes; dicha cornada, en un pueblo, sin lugar a dudas, Escribano sería historia ahora mismo para la tauromaquia.

Andy Cartagena se adorna con su enemigo

Y se cerró la feria con la recomendación del Manzanares rejoneador que, tras su fracaso el día de José Tomás, ayer repetía en Alicante. Recordemos que, cuando se tienen padrinos, te bautizan. Eso le pasó a Manuel Manzanares que, al final, hasta cortó una oreja.

Espectacular, fantástico, maestro, sencillamente genial estuvo Andy Cartagena que cortó tres orejas y un rabo, mientras que, la bellísima Lea Vicens daba una muestra total de su gran preparación como rejoneadora. Cortó una digna y merecida oreja mientras que don Ángel Peralta lloraba de emoción entre barreras.

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