martes, 9 de agosto de 2016

Dr. Crespo: no va a haber suficientes médicos especializados en heridas por asta de toro


En la enfermería de Ciudad Rodrigo, 
donde cada día se gana experiencia

"...¿Cómo puede ser que cada año esté creciendo el número de fallecidos en capeas y encierros? Yo conozco la mayoría de los casos del año pasado, en el que hubo dieciséis muertos por asta de toro. Y seis de ellos, creo yo, no debieron morir..."


CIRUJANO ENRIQUE CRESPO RUBIO: El problema que van a tener a corto-medio plazo los toreros va a ser muy serio: no va a haber suficientes médicos especializados en heridas por asta de toro

Los profesionales del toro y los aficionados le conocen bien. A él y a su dinastía quirúrgica, la cuarta generación, es Enrique Crespo Rubio. Uno de los más prestigiosos y solicitados en el cada vez más escueto y avejentado escalafón de cirujanos taurinos. 

Había muchas ganas de entrevistarle, por sus lazos con el pueblo del que escribe, Ciudad Rodrigo, y por su actualidad, cada vez más constante en los medios. 

Quedamos dos veces con él, en su consulta del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid. Entre llamadas e interrupciones de enfermeras y pacientes, desarrollamos nuestro primer encuentro.

El Dr. Enrique Crespo Rubio nos relata 
todo lo que afecta a la cirugía taurina

-Acabas de regresar de un congreso del gremio

Del Congreso Internacional y Nacional de Cirugía Taurina, en Úbeda, organizado por Rafael Fuentes Martos, el cirujano de Jaén. Los congresos nacionales se celebran anualmente, mientras que los internacionales son cada dos años, y se van rotando las sedes. Dentro de dos años tocará América, luego se volverá a Europa pero en Francia… y así sucesivamente.

-Ahí, desde fuera, los neófitos vemos a un grupo de colegas… y siempre los mismos

Desgraciadamente, con excepciones, somos los mismos y cada vez con más edad y, por tanto, aumentando el número de los jubilados. De hecho en la Sociedad Española de Cirugía Taurina la cuarta parte de sus miembros están retirados. Esto nos preocupa enormemente a la Junta Directiva y debería preocupar a los interesados, a los propios toreros, no en el futuro, sino ya. Por otra parte, y son las excepciones que citaba antes, en los últimos cuatro años, se han ido incorporando médicos jóvenes aunque no en la cantidad que hubiéramos deseado.

-Que se dedican a esto por amor al arte, por vocación

Algunos, los más veteranos, por el condicionante de la edad, no van ya a los toros. Yo hasta este año he sido Vicepresidente de la zona de Madrid y ahora soy Secretario General, el Presidente es Pascual González Masegosa, de Albacete. Y hemos cogido el cargo, como no podía de ser de otra manera, con ilusión sí, pero también con profunda preocupación porque el problema que van a tener a corto-medio plazo los toreros va a ser muy serio: no va a haber suficientes médicos especializados en heridas por asta de toro. Fíjate que ya hace dos años se lo transmití al maestro Enrique Ponce, pues ahora que nos hemos vuelto a ver la cosa se ha acelerado y así se lo hemos dicho. En cuatro o cinco años va a ser tremenda la situación de la cirugía taurina, tengo la impresión, y te lo dice alguien como yo que no soy nada pesimista en general. Esto es algo que a final de temporada pensamos compartir y debatir con toreros, empresarios, banderilleros y demás profesionales del sector. 
En las plazas de primera y segunda la asistencia sanitaria y las dotaciones personales van a estar más o menos asegurada. Pero ¿en el resto de las plazas ? … O ¿en los festejos populares? … no sé. 

¿Cómo puede ser que cada año esté creciendo el número de fallecidos en capeas y encierros? Yo conozco la mayoría de los casos del año pasado, en el que hubo dieciséis muertos por asta de toro. Y seis de ellos, creo yo, no debieron morir. No se debería admitir que en los tiempos actuales se mueran heridos por una cornada en la femoral. Algunas de esas personas no debieron morir, repito, y lo digo con mucha pena; esto ya lo he manifestado públicamente y lo hemos avisado antes. Son cifras muy duras y no debemos aceptarlas pero se sabe, nos enteramos, porque los medios de comunicación, que muchas veces solo se preocupan de las desgracias que, si o si, conlleva la fiesta de los toros, lo difunden. Pero los infortunios no acaban solo ahí ¿Y todos los heridos que quedan con secuelas de por vida? ¿Y aquellos que sufren, por ejemplo, amputaciones por no recibir la atención adecuada? De esos no sabemos tanto y hay muchos, muchos.

Hace algún tiempo un cirujano de provincias me dijo: claro que no puedo practicar una cirugía de urgencia en condiciones; voy con el equipo que reglamentariamente me exigen y, entre otras cosas, no me obligan a llevar un anestesista. Y no lo lleva. En mi equipo, aunque no nos lo requiera una legislación, sí está presente un anestesista.

-¿Pero no es obligatorio eso?

En determinadas legislaciones de festejos populares, no. Pero es que en algunos festejos de Castilla y León no es obligatorio ni un cirujano. Con un médico y un ATS es suficiente. Esto se lo advertí a la Vicepresidenta de Castilla y León, Rosa Valdeón, y nos prometió crear una comisión para estudiar y modificar esto. Pero ¿y en Extremadura? ¿Y en Levante?

Yo, en Ciudad Rodrigo, legalmente, no tendría que llevar anestesista. Si yo cumplo exclusivamente con lo que el Reglamento me requiere, se me hubiera muerto más de uno de los gravísimos heridos que hemos tenido allí; y, desde luego, yo no acudiría, si cumplo tan solo con los mínimos que exige la reglamentación, a una enfermería de una plaza de toros. A nosotros nos pagan muchas veces, por ejemplo un Concurso de Recortes con novillos, como un festejo menor y yo dejo de ganar dinero por llevar un anestesista y otro cirujano; o por ir a sitios donde, en teoría y con la legislación en la mano, no hago falta. Así que ya hay pueblos donde los profesionales sanitarios que van están insuficientemente preparados y se conforman con unos honorarios ridículos, que esa es otra…

A Coria, por ejemplo ¡¡A Coria, donde sueltan esos toros tan grandes!! Van dos médicos y un ATS. Por eso, cuando el año pasado hubo un muerto y preguntaron al alcalde por la cobertura sanitaria, manifestó que se cumplía escrupulosamente la ley… Y realmente era así, pero claro… No sé si éticamente es aceptable.

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