Crónica de Joaquín Vidal:
El vídeo no muestra el tercio de varas de este torazo, manso y reservón, y es una lástima, porque Dámaso lo lidió mejor que Domingo Ortega. Fue un espectáculo que arrancó el entusiasmo del público Las Ventas de cara a la faena de muleta.
El caso es que el toro se pudo picar y Dámaso apostó por la sorpresa, y la primera fue brindar al público. La segunda fue su enorme y adornado valor, el temple (en el corazón, sobre todo, porque se puede tener temple hasta sin torear) y el gran sentido escénico que Dámaso exhibió ante un toro que apenas tenía faena.
Remitido por José María Portillo / Córdoba
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