viernes, 2 de septiembre de 2016

Bilbao ¿Feria de ferias? / por Ricardo Díaz-Manresa



"...Se oyen muchas exageraciones y Justo Hernández- justo también antes de pegar un petardo histórico- dice que Bilbao “es la feria de las ferias”. Y un jamón. Igualito que Madrid con abono todavía muy compacto y grande, 30 festejos isidriles, 70 al año y una segunda feria en otoño y lanzador de toreros. Justo, dime a cuánto está la oreja de Las Ventas y la de Vista Alegre bilbaína..." 


¿Feria de ferias?  

Ricardo Díaz-Manresa
Escribo mucho de la feria de Bilbo porque me duele y la considero fundamental para que siga íntegro el edificio de la fiesta. Edificio que ha empezado a presentar grietas. La Junta lleva ya muchos años y la oposición pide renovación. Y lo de Matías, en la poltrona desde creo 1994 (o sea, 22 años) pasa de castaño oscuro. Y además, la gerencia la tienen los Chopera supongo en recuerdo y homenaje al gran don Manuel, pero la monarquía hereditaria taurina no siempre acierta porque le ha caído todo privilegio de la chimenea.

El caso es que a la falta de público y a los fallos de la Junta se une un palco enloquecido del que hay que apear ya, urgentemente, al popular Matías, que lo hizo bien durante unos años y apuntaló el prestigio de la plaza (sin que nadie le pidiera tanto) pero que ahora desbarra casi siempre tanto cuando da como cuando quita.

Soy totalmente partidario de períodos de poder de 8 años como máximo. Estados Unidos es el mejor ejemplo político. A los 8 años a su casa, sea quien sea. Y creo que en la vida política, social, artística, etc en todas las modalidades de la vida con estos años es suficiente. Los norteamericanos llegan a más y dicen que -tras ese período- hay que cambiar de pareja, de piso y de coche, pero esto es ya discutible. Muchos aguantan más.

Comparen con lo que pasa en Bilbao y saquen consecuencias. Eternizarse en el poder conlleva creerse que el puesto es de propiedad particular y que puede hacer cada uno lo que le venga en gana. Estar años y años en el mismo sitio nunca acaba bien. La rutina se hace poderosa. Se arrutina la gente, se rutiniza. Y así no hay manera de progresar porque no se rectifica. Pueden ocupar, eso sí, si se lo ganan, otros puestos, pero siempre con el mismo límite.

Esto claramente le pasa a Matías que no puede estar más en ese palco. Me río cuando comparan Bilbao con Madrid. En Madrid está la única afición –repito la única- que exige el toro. A Pamplona llegó por una muy buena idea del Potra, ya desaparecido, cuando en una feria se negaron a venir las figuras y trajo el toro más grande para compensar y convirtió los sanfermines en la Feria del Toro. Y a Vista Alegre la dejó con “el toro de Bilbao” traído, sin que nadie lo pidiera, por componentes de entonces de la Junta Administrativa que eran aficionadísimos y querían prestigio y personalidad para el Bocho taurino. Algo diferente y mejor, en una feria, ciudad, ambiente, gastronomía, coloquios, hoteles siempre agradabilísima.

O sea, que les ha caído también por la chimenea. Igual pasó con la dureza de Matías. Traída sin petición pero que le vino muy bien a la plaza. En Bilbao debe haber pocos aficionados, digan lo que digan, y su feria se sustenta, más que la de Sevilla, en la gente de fuera, en los aficionados de verdad que quieren ver juntos toros y toreros, que viajan para disfrutar y que dejan de hacerlo en cuanto los carteles no les convencen en una feria cara dentro y fuera de la plaza.

Hablemos también de la entendida afición de Bilbao. Comprensiva, paciente, amable, generosa. Todo eso, que es mucho y…punto final. Suponiendo que esa media plaza o menos diaria vea las 9 corridas, no me dirán que es un número suficiente para tenerla por entendida. Si no, díganme por qué no van a la plaza. Aunque algunos poquitos van a las ferias de los alrededores.

Pero triunfa Urdiales y a la segunda van menos que a la primera…Lo mismo con Garrido…No es que se sumen más, es que desaparecen unos cuantos…

Los he visto aplaudir a un picador por no picar.

Se oyen muchas exageraciones y Justo Hernández- justo también antes de pegar un petardo histórico- dice que Bilbao “es la feria de las ferias”. Y un jamón. Igualito que Madrid con abono todavía muy compacto y grande, 30 festejos isidriles, 70 al año y una segunda feria en otoño y lanzador de toreros. Justo, dime a cuánto está la oreja de Las Ventas y la de Vista Alegre bilbaína. Petardo enorme en lo que dijo y en lo que hicieron sus toros, como los de Victorino, Alcurrucén (éste con un toro maravilloso) y Fuente Ymbro (con un sobrero que tapó la tarde negra).

¿La feria de las ferias sin público, sin palco, sin aficionados, sin número consistente de abonados, sin lógica para dar trofeos?

Comparar Madrid con Bilbao es como creer que hay algunos encierros superiores a los de Pamplona. Ni soñando.

Pero es que llega José Luis Lozano y afirma que a las ganaderías el sitio que más prestigio les da es Bilbao. Y otro jamón, querido que tú sabes de esto. Los toros en Madrid de Julio Aparicio hijo, Castella y David Mora, entre otros, ¿para qué te sirvieron?. Y esto lo dice uno que fue empresario de Madrid y que es un demonio sabio y veteranísimo. Y que lo ha sido todo, y en la cumbre, menos torero. ¿Nos hemos vuelto locos?

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