jueves, 8 de septiembre de 2016

EL TORO NUNCA TUVO LA CULPA DE LO QUE PASO EN LA FIESTA



"...ahora más que nunca es importante que los políticos y los “buenos taurinos” rescaten y regeneren la Fiesta. Sin fraudes, sin mentiras y con la única verdad que pone a cada uno en su sitio. Sencilla y llanamente “Porque el Toro de Lidia nunca ha tenido la culpa de lo que pasa en la Fiesta.”. Y si no es así…que lo demuestren..."

EL TORO NUNCA TUVO LA CULPA DE LO QUE PASO EN LA FIESTA

Por JDPM
La situación actual de conflicto que existe en España y en nuestra Andalucía entre poder político (Administración), poder civil (pueblo) y Tauromaquia(taurinos) está en caída libre, totalmente desestructurada, desequilibrada y sin un control que la pueda hacer volver a la realidad de sus raíces.

Son demasiadas las tensiones sociales que está viviendo nuestra “Fiesta Nacional” cuestionada hasta como sinónimo de españolidad ligada al régimen político de turno y que sinembargo históricamente nunca ha sido verdad. Es más, incluso tuvo un origen casi contrario, en la medida que tal denominación “Nacional “ nació precisamente frente a los absolutismos reales del siglo XIX y para dotar a la Fiesta de un contexto civil muy diferente y mucho más amplio.

“La Fiesta de los Toros fue creada por el pueblo siendo su expresión política la Nación para el pueblo. Sólo así se entiende en su verdadera acepción esa expresión de Fiesta Nacional: la fiesta que es propiedad del pueblo, de la gente, no de ninguna clase de casta. (Antonio Petit Caro.)”

Ahora, estamos asistiendo atónitos a contemplar, como partidos políticos con siniestra radicalidad, mala casta y nuevo hierro, se están extralimitando. Apoyados por el “acojone” de otros que hasta hace poco vendían, lo mismo cien años de honradez, que la defensa a ultranza de la pureza e integridad de la Fiesta y que ahora no venden más que “defenderse en tablas” “taparse” y “oponerse a todo lo que se mueve” 

Y los otros, porque quieren eso, ser “oposición” cree que por poder, pueden hasta suprimir las fiestas de toros y actúan como si realmente pudieran, cuando ni legalmente pueden, ni el pueblo lo debe permitir. Porque o no saben o no se han enterado, que estas tensiones sociales siempre han nacido precisamente de las profundas raíces populares, que de siempre han caracterizado al mundo del toreo y a la fiesta de los toros: una tras otra, han sido las firmes reacciones del pueblo las que han hecho rectificar al poder político, cuando se ha extralimitado en sus funciones.
Y “ahora “se están extralimitando. Y quieren hacerla desaparecer, craso error.

S. Fermín, Toros en Pamplona. ¿A ver quién se atreve a prohibirlos?

La Fiesta desaparecerá no por imposición de los políticos sino por la desidia de los que pagan.

Voces autorizadas ya han dado la voz de alarma: Si los toros existen es porque hay gente, mucha, que acude a verlos después de pasar por taquilla. Y si esa gente —la afición— dejara de ir, las corridas también dejarían de celebrarse y la tauromaquia moriría en el acto, fulminada, y no a volapié o recibiendo, por arte de valor y estoque, sino de muerte natural. (F. Sánchez Drago).

El toreo hoy es una mafia, un grupo organizado para la defensa de sus intereses sin demasiados escrúpulos, que actúa al margen de sus clientes, a los que engaña y decepciona tarde tras tarde. Por eso, la gente no va a las plazas, porque está cansada de mentira y aburrimiento. Por todo ello, y por fuertes razones políticas y animalistas, la fiesta de los toros desaparecerá más pronto que tarde. Pero no sucederá tal cosa por imposición de los que mandan, sino por la desidia de los que pagan. Y todo ello sucede con la cooperación necesaria de unos periodistas aquí nos incluimos todos empeñados en cuidar, proteger y preservar la fiesta de los toros, y, en consecuencia, ocultar sus pecados. El periodista, ya lo dijo el crítico Alfonso Navalón, “no debe erigirse en publicista del sistema”, ni en agradador de toreros, empresarios y ganaderos, ni en besamanos de todos ellos. El periodista debe buscar la verdad y contarla. Sin más. (Antonio Lorca, articulo del País 29-8-2016)

Decía el ilustrado Montesquieu, cuidado: “Podréis cambiar las leyes de un pueblo. Podréis incluso atentar contra su libertad. Pero no se os ocurra nunca tocar sus diversiones”. Así de sencillo. Sin duda entra en lo posible que la Fiesta de los Toros desaparezca algún día, pero si así fuera, acabara de muerte natural, no por decreto, ni por imposición.

Ortega y Gasset aseguraba que para saber lo acontecido en España en los últimos trescientos años, había que asomarse a las plazas de toros .Cierto, no quedan muy lejos aquellos años de pelotazo y EREs en que, en nuestra Andalucía había “over booqing “en los burladeros de las plazas,los nuevos centros de negocios sociales. Y los políticos diestros y siniestros, alargaban el pescuezo como pavos reales floreados y hasta se dabanhostias políticas por asomar la cabeza.

Lo que es la puñetera vida, entraron a saco en esto de los toros, con la excusa de arreglarlo y ahora “repuchándose humillados” en cobarde retirada, ni se atreven a tener un canario en el patio de su casa, porque se criminaliza absolutamente todo, tal es el acojone que incluso se han dado instrucciones a bases y cargos en algunos Ayuntamientos andaluces mayoritariamente algo menos siniestros que los siniestros de verdad, para que ni de coña se note su presencia en los burladeros y colaboren lo menos posible con esto de la Fiesta Nacional.
Hombre digo yo, que mesura, sensatez y equilibrio, ni la intervención tan exagerada de entonces ni dejar esto a su libre albedrio.

Frente a esta situación ¿qué hacer? Pues no queda más que una solución.
La Fiesta Nacional necesita un “rescate”

“El Toro nunca tuvo la culpa de lo que ha pasado en la Fiesta”

“Rescate” al que nos vemos abocados por culpa de la mala praxis de todos y la muy dudosa gestión a la que se ha visto sometida la Fiesta en los últimos tiempos. Y tendrá que venir como siempre, cuando el pueblo soberano decida reaccionar (con todo el peso de sus votos) frente a la intromisión indebida de la mano política en parcelas para las que no fueron elegidos, nuestra Fiesta Nacional es parte del patrimonio histórico y cultural de España, y esto es algo que debe quedar al margen de la vida rutinaria y mucho más de la confrontación política.
Rescate que por otra parte en Andalucía no se soluciona con mandar, a los sorprendidos equipos gubernativos y veterinarios, desde “el Sevilla”un “motorista”, amenazante con instrucciones como si fuera el arcángel S. Gabriel, una semana antes de que comience la Feria porque a alguien le preocupa salir en los periódicos. O para justificar “no sé el que” en la materia, y se quiere trasladar la responsabilidad a profesionales que nada pueden solucionar si la voluntad política ni está, ni existe ni se la espera, con la excusa que el laboratorio de referencia de análisis del fraude de“el Madrid” esta sin actividad. ¡A buena hora¡

O tal vez porque Andalucía es diferente y es de tal magnitud el “acojone” que se pretenda sin “alternativa” y con “el Sevilla” de primera figura del cartel, un “festival” de medidas supuestamente progresistas e innovadoras, revolucionar todo el mundo del toro para la próxima temporada, nueva legislación, humanización, acortar suertes, suerte de varas, fuera puntilla, fuera descabello, fuera peso en las tablillas, y todo lo que se le ocurra a cualquiera de su rollo que opine, y además rapidito y de espaldas a todos, para que no haya posibilidad de respuesta, ….que se lo piensen.

Hagamos las cosas bien.
Esto es mucho más serio, estamos hablando de "hacer las cosas bien” no “desiguales”. Seguro que habrá que revisar, modificar y adecuar una legislación obsoleta y anticuada, que además nunca se ha cumplido, y sino que le pregunten “al Sevilla”, cuantos pitones se han mandado desde la maestranza “al Madrid” en los últimos 10 años, y si tiene que ser única, o que pueda servir de modelo a otras, que se consensue, pero por favor no dejemos otra vez que “La Ley contra los Incendios la hagan los pirómanos”, habrá que preguntarles democráticamente, bien, pero para hacer precisamente lo contrario, sino estaremos igual o peor que ahora.

Sobre la sustitución de la puntilla
Habrá que hablar seguramente de la sustitución de la puntilla por la pistola de perno cautivo, una pistola que dispara un cartucho de fogueo, empujando un pequeño perno metálico por el cañón, el perno penetra en el cráneo del toro, produciendo una conmoción al lesionar el cerebro e incrementar la presión intracraneal, causando un hematoma. (Coño….que diría un profano y ¿a esto se le llama bienestar animal?). Pues que se hable, pero cuidado, vayamos a introducir un problema mayor que el existente con tal de “despistar” a los defensores de Wall Disney.

La puntilla es un ritual normalizado y aceptado por todos, otra cosa es que a los excepcionales puntilleros profesionales se los hayan cargado los terceros taurinos y haya mucho inútil que no sepa utilizarla.

La pistola es un artefacto nuevo, no está engrasado en la Fiesta que conocemos y su mala utilización puede ser mucho más impactante para el público y hasta denigrante para el toro.
Y pregunto, ¿ sustituiremos el puntillero profesional de Plaza, por el pistolero profesional de Plaza con titulación y contratado por la empresa?, o cualquier subalterno como ahora, la podrá utilizar para ahorrar costes y personal, que adiestramiento se le va a exigir, que variante de pistola y cartuchos se va a homologar, cualquiera en cualquier Plaza estará autorizado etc, cuidado con esto, porque el espectáculo puede ser dantesco en caso de utilización inexperta e inadecuada y la verdad tampoco aporta gran cosa al bienestar animal. O lo que es peor, vaya a ser que realmente lo que se pretenda sea el dos por uno es decir sustituir el descabello y la puntilla por la pistola y entonces veremos multitud de situaciones vergonzosamente ventajistas con el toro de pie, parecidas a la de la imagen difíciles de justificar. Que se lo piensen los defensores de la supuesta innovación. 


"..El peón Emerson Pineda utilizó hasta en siete ocasiones el artefacto de matadero “Perno cautivo” en lugar de la puntilla tradicional, para conmocionar a los novillos 1°, 4°, 5° y 6°, ser arrastrados y luego muertos fuera del ruedo..."Lo peor, el amartillamiento de los toros (“innovación”) que infama la suerte fundamental, la suprema, la razón de ser de la corrida. Los toros deben ser muertos en el ruedo, de manera honorable, y no contundidos cerebralmente (“noqueados”) con modos y armas innobles, para luego de arrastrados morir en la trastienda. Así sea con buena intención, esa barrabasada da la razón a los antitaurinos. No puede ser.

Sobre las Técnicas analíticas y el procedimiento

Biológicas:
Habrá que estudiar la adecuación de las técnicas analíticas del siglo pasado al siglo XXI, no me cabe la menor duda. La sociedad en general ha evolucionado y “el Procedimiento Reglado” debe ser acorde con las exigencias legales actuales. La Orden de 7 de julio de 1997 por la que se determinan el procedimiento y el material necesario para la toma de muestras biológicas de las reses de lidia y los caballos de picar en los espectáculos taurinos está obsoleta y parece no ser la más adecuada, ni la más garantista de los derechos de todos los intervinientes.

Y hoy con la cantidad de abogados expertos, que dispone el despacho de Moekel, todo debe estar perfectamente garantizado, protocolizado y ser de fácil cumplimiento, para ello se deberá dirimir entre otras razones, desde quienes deberán estar presenten en el acto de tomarlas, hasta que técnicas analíticas son las más adecuadas según qué caso, y la naturaleza de las sustancias que se pretenden investigar, no es lo mismo buscar Clorhidrato de Xilacina (Rompun, Xilagesic) que Clorhidrato de Ketamina mas Clorbutamol (Imalgene) o Tiletamina más Zolacepán (Zoletil). Ni dexametasona (Resdex, Deyanil, Voren), Fenilbutazona, Meloxicam (Metacam), que Indometacina, Diclofenaco, Ibuprofeno, Flunixin meglumina (Finadyne) o Carprofen (Rimadyl) y el laboratorio designado para llevarlas a cabo deberá ser el que defina las pautas o protocolo en función de las especificaciones técnicas que tenga establecidas para llevar a cabo la analítica oportuna.

Cuernos:
En cuanto al totalmente fiable actual análisis de cuernos, parece una broma o cuanto menos raro raro, que en la era digital, de la electrónica, y del 3D, todavía se sigan midiendo cuernos ¿cómo es posible que las técnicas no hayan evolucionado? ¿Qué pasa…. que en esta parte de la Fiesta nadie quiere innovación? Alguien debería explicarlo.


Si en el toro vivo, y sin sacarlo del cajón de transporte, se puede realizar el diagnóstico con un aparato portátil de Rayos X. Y si se quiere, se puede repetir la radiografía de los cuernos, en el toro, una vez lidiado y muerto, sin separar los apéndices del cuerpo del animal. Con la ventaja que se puede rechazar para la lidia el toro que esté manipulado, sin bajarlo del camión. Por qué no se realizan todas estas técnicas es algo difícil de entender y demasiado obvio para explicar (Manuel Isidro Rodríguez García sobre Modificaciones en las astas del toro de lidia afeitado. Radiografías para detectar cambios y mutilaciones en los cuernos del toro de lidia.)

Sin duda las Facultades de Veterinaria y en particular la de más solera en Cordoba algo tendrán que decir en relación a explorar otras posibilidades que complementen o sustituyan a las actuales.
Por todo ello se deberá de hablar dado la complejidad del asunto de: Formación de unos equipos profesionales específicos en relación al procedimiento de toma de muestras, de cuernos, orina y sangre, (porque ¿realmente todos los veterinarios de las plazas, disponen de los conocimientos actualizados, medios y preparación? ¿Y los presidentes saben de lo que estamos hablando?). Sin duda habrá que estudiarlo. Al igual que la responsabilidad del ganadero, del empresario, del torero, medios, presupuesto, costes, laboratorios, custodia de las muestras, defectos de forma, recursos para que las resoluciones no se alarguen en el tiempo, sanciones acordes con la realidad, etc. Estará en juego la credibilidad de unos profesionales y las garantías de un procedimiento reglado, donde hay que inculcar la garantía, transparencia y los derechos de todos, empresarios, ganaderos, toreros y público.

Regeneración basada en la verdad
Todo esto que se haga y sin duda estará muy bien, pero no será suficiente. Esta regeneración además, debe tener mucho mayor calado y estar basada en la verdad, en la transparencia y en la autenticidad del espectáculo, y si en el Senado, como ocurrió en los años 1983-84 o en el“ficticio juzgado popular de guardia de los de ahora”, deben volver a comparecer: toreros, ganaderos, empresarios, médicos, veterinarios, presidentes de plazas de toros, periodistas, apoderados, veedores, puntilleros, el que pinta las rayas etc, dando a conocer la situación real de la Fiesta, incluidos pecados, vicios y defectos. Pues se tendrá que hacer.
No queda otra solución: Hay que regenerar y recuperar la limpieza, la honradez, y la autenticidad de una Fiesta Única en el Mundo.

Ahora bien si se siguen ocultando, o tapando con “el despiste”, los pecados, vicios y fraudes en todas sus formas, instaurados, totalmente extendidos y hasta aceptados por casi todos, de afeitado de cuernos y manipulación genética de la ganadería brava para transformarla en lo que se ha convertido, un toro previsible, sin emoción, sin casta, sin fuerza y con peligro más reducido. Si no se defiende la verdad del toro, si se sigue sin escuchar al aficionado abandonándolo a su suerte. La política seguirá siendo culpable de esta decadencia, compartiéndola con los que desde dentro del espectáculo y sin escrúpulos, preocupados solo de hacer dinero fácil, actúan como mafias cerradas, impidiendo la necesaria evolución.

Eso, o de una vez por todas abandonarla, dejándola en manos de la privada “autorregulación del sector” como el cine o el teatro con sus matices diferentes, pero sin intervención pública, llámese Mesa del Toro, Federación de Asuntos Taurinos o el nombre que se designe, y que se humanice hasta en los carteles, indicando para que el público sepa a qué atenerse “6 terroríficos toros 6 convenientemente manipulados” cosa, que nos tememos que el sector nunca aceptaría porque ¿para qué? Si ya hacen lo que quiere y le da la gana y encima tienen a la Administración para, justificar y salvaguardar sus intereses.

Hay que tomárselo en serio
Así que vamos a tomarnos este asunto de una vez por todas, muy en serio. La política y sus administraciones tienen que respetar la realidad, que en este caso es la Fiesta de los Toros y no “taparse” ni “despistar” porque no han sido capaces en todos estos años de arreglar el problema, haberlo pensado antes. Los políticos de ahora podrán ser aficionados o no, partidarios o no de su existencia y sin duda se reflejará en la defensa futura que hagan por la autenticidad del espectáculo o en esta dejación de funciones actual que estamos soportando con estoica resignación. Y esto, cuando “el cabreo del público soberano llegue a su límite” debería tener consecuencias.

La trascendencia de los antitaurinos morados de ahora y verdes de antes no ha sido nunca determinante en la Fiesta de los toros, a no ser que se utilicen como excusa para “despistar”. Política y toros siempre ha sido un binomio en permanente tensión, en la que siempre ganó el pueblo llano, porque es el público que asiste el que paga y manda y ese pueblo soberano ya los tiene “calados” sabe que esta mala casta con nuevo hierro interpreta y utiliza con exageración, un toreo falso de salón del Pleno, sin sitio, sin conocer los terrenos del toro, y asustando sin embestir por derecho, sencillamente porque nadie…… y repito nadie…., democráticamente por supuesto, se ha “doblado con ellos” y les ha parado los pies.

Por eso ahora más que nunca es importante que los políticos y los “buenos taurinos” rescaten y regeneren la Fiesta. Sin fraudes, sin mentiras y con la única verdad que pone a cada uno en su sitio. Sencilla y llanamente “Porque el Toro de Lidia nunca ha tenido la culpa de lo que pasa en la Fiesta.”. Y si no es así…que lo demuestren.

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