"...¿Qué se puede esperar en Venezuela? Nadie duda de su repugnancia por el régimen de Maduro y, en consecuencia, no es amigo. Tampoco le gustan los amigos de Maduro y su política internacional antinorteamericana. De modo que nada bueno para el régimen, lo que no significa necesariamente oportunidades para la oposición..."
LA TRUMPADA
Fortunato González Cruz
Mérida-Venezuela, 11/11/2016
Fui de los sorprendidos por el triunfo de Donald Trump en las elecciones norteamericanas. Las encuestas y los exit-poll daban ganadora a la señora Clinton y a la final no estaban tan lejos porque se referían a las cantidades de votos ciudadanos (más para la señora Clinton) y no al número de compromisarios (más para el señor Trump). En fin, también caí en las percepciones o paradigmas que se preconstruyen a partir de los propios valores y de las informaciones de los medios de comunicación. En efecto, parece que la política norteamericana está pasando por un mal momento al colocar en la competencia presidencial a dos personajes muy cuestionados y obligar a los ciudadanos a escoger entre dos males. Contrastan tan malas ofertas con la gran calidad de su intelectualidad, de sus empresarios, de los políticos en los condados cuyas gestiones colocan a las ciudades norteamericanas entre las de mayor calidad de vida, y en general de su gente que busca el bienestar y la prosperidad mediante la educación y el trabajo. No es casual que millones de habitantes de todo el mundo quieran vivir en los Estados Unidos.
No analizaré las razones del triunfo de Trump porque no soy experto en asuntos de los Estados Unidos, sino el impacto (que denomino “la trumpada”) que podría tener el gobierno del nuevo presidente sobre Venezuela. Lo hago a propósito de una pregunta en ese sentido me que me hizo un amigo español y para ello parto de quién es ese señor, su formación, su personalidad y leyendo las cosas que dice.
Se trata de un presbiteriano, es decir, su ética es calvinista que es, a decir de Max Weber, el espíritu del capitalismo, del neoliberalismo más salvaje. De pocos escrúpulos que se dedica a los negocios inmobiliarios, a montar casinos y hoteles. Neoyorquino de Manhattan, militante republicano, conservador en política pero sumamente liberar en cuestiones éticas y morales; libertino mejor, y populista en el discurso, no en las políticas. No bebe, ni fuma, ni se droga. Defiende a ultranza los intereses norteamericanos desde una perspectiva individual y egoísta; también el capitalismo salvaje, el neoliberalismo más extremo. Respecto de su discurso, una cosa es ser candidato estridente y otra sentarse en la sala oval, el centro de poder del mundo.
¿Qué se puede esperar en Venezuela? Nadie duda de su repugnancia por el régimen de Maduro y, en consecuencia, no es amigo. Tampoco le gustan los amigos de Maduro y su política internacional antinorteamericana. De modo que nada bueno para el régimen, lo que no significa necesariamente oportunidades para la oposición. Lo peor es que no compre nuestro petróleo porque EU es el único cliente de contado y sin descuentos. Probablemente vaya contra los bienes que los corruptos y narcotraficantes del “proceso” tienen en EU y en los paraísos fiscales. O que aproveche la crisis económica, presione y haga buenos negocios en Venezuela sin importarle el infortunio de la población. Es difícil predecir, pero él y los nombres que se asoman para integrar su gabinete deben, al menos, producir culillo a la boliburguesía.
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*Fortunato González, es Académico de Mérida, Catedrático de la U.L.A. de Mérida-Venezuela / Miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales / Fundador y Director de la Cátedra de Tauromaquia "G. Briceño Ferrigni" de la U.L.A.
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