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Balañá y la Monumental: dejadez
y falsas ilusiones
Se veía venir, pero no por esperada ha sido menos frustrante. Me refiero a la noticia publicada sobre la decisión del mandamás propietario de la Monumental de no dar toros “de momento”.
Es muy curioso el matiz “de momento”, ya que la ley ofrece todas las garantías legales para dar toros, si Balañá quisiera. Pero,¡ah!, como decíamos hace menos de un mes, el empresario está más ocupado en recibir premios cinematográficos como el Gaudí (al mismo tiempo que se cerraba un cine emblemático de su propiedad: el Urgell, ahora víctima de la especulación inmobiliaria), que de pensar en toros. Esto último, sospecho que le produce pesadillas…
Lo advirtieron en la Federación de forma misteriosa el viernes 3 de Febrero, Lo que no se dijo es que dos miembros de la misma se habían reunido con Pedro Balañá Mambrú (el hijo) dos días antes: el 1.Pero curiosamente la noticia, a buen recaudo, no apareció impresa en La Vanguardia hasta el lunes 6 de Febrero o sea anteayer. ¡Menudo día!, pues coincidía con la comparecencia del triunvirato Mas, Ortega, Rigau en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. O sea, que de tal forma la noticia pasaba más desapercibida. Aunque bien es cierto que lo recogieron otros periódicos, algunos sin citar la fuente, (práctica poco ética en periodismo, y que por desgracia abunda.)
Está muy bien que la Federación se reúna con Balañá, aunque tarde (recordemos que el Tribunal Constitucional dictó sentencia el 20 de Octubre). Probablemente el empresario estaba ocupado en otros menesteres “más importantes”. También la asociación Anatur pidió por carta a la empresa la cesión por un día de la Monumental para organizar una corrida de toros. Resulta bastante iluso pensar que Pedrito, tan “apasionado de la Fiesta”, acceda a abrir el coso porque se lo pidan una o dos entidades. .
Lo que habría hecho falta hace mucho tiempo, o al menos desde octubre, una manifestación por ejemplo, a la que acudieran toreros de renombre, empresarios apoderados y gente de la cultura. Como ocurrió en Bogotá, y véase que allí han vuelto los toros. Cuatro años después, pero han vuelto. De nada sirven comidas, otorgar trofeos y mirarse el ombligo, para que una cosa tenga realmente difusión, incluso internacional. Una figura del toreo, todavía en activo, me reconocía hace pocos días que había faltado unión por parte del sector taurino para reclamar al empresario la apertura de la Monumental. Ni siquiera un festival (antes de la prohibición), ni un acto multitudinario, después.
No ignoro que, caso de anunciar la vuelta de las corridas de toros, el Govern de Cataluña y el ayuntamiento pondrían todo tipo de trabas legales (o bien la emprenderían con la cadena de cines de la empresa Balañá). Pero también se han encontrado con graves problemas políticos en otras zonas de España y al final han conseguido su propósito: que puede tener lugar un espectáculo totalmente legal.
Así estamos, los aficionados de Cataluña, de Barcelona, incluidos los periodistas amantes de la Fiesta: compuestos y sin toros. Era de prever, conociendo al personaje que ha mal dirigido la Monumental, al menos en la etapa que arranca en los años 80..Pero todavía está a tiempo el sector taurino, mientras alguno se auto promociona, de alzar la voz y clamar por la reapertura de una plaza emblemática en la historia del toreo.
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