jueves, 13 de julio de 2017

Deberes y Derechos / por Rafael Comino Delgado


En resumen puede decirse que nuestra sociedad, en España (también en otros países, pero quizás más acentuado en España), es un gran coche que va cuesta abajo sin frenos, y no se vislumbra la forma de pararlo. No se ve en el horizonte algún político, o algunos políticos, con capacidad intelectual y moral como para detenerlo y cambiar el rumbo, ni tampoco vemos que la sociedad sea capaz de poner las cosas en su sitio.

Deberes y Derechos

Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
El ser humano, una vez engendrado, tiene el derecho a la vida, el derecho a nacer y el derecho a que se le cuide adecuadamente para que pueda desarrollarse hasta valerse por sí mismo.

A partir de ese momento todos los derechos deben estar precedidos por unos deberes; se tienen derechos porque primero se cumplen unos deberes.

Esto es lo que debería ser, porque en la práctica dista mucho de la realidad. De entrada en muchos países, entre ellos España, el derecho a nacer es vulnerado legalmente, y cada día se asesinan miles de niños (en estadio evolutivo de feto), precisamente por aquellos que se llaman defensores de los derechos humanos. ¡El colmo de la hipocresía!

Pero vamos a referirnos a esos llamados "derechos humanos", que constantemente son esgrimidos por los demagogos para hacer Política, para conseguir votos y vivir del cuento.

La lista de Derechos cada día se hace más larga. Si llegamos a un aeropuerto, a un hospital, a cualquier institución pública o privada, se encontraran largos listas de derechos y brevísimas de deberes. Pero si nos detenemos a analizar tantos derechos inmediatamente nos damos cuenta de que la inmensa mayoría son irrealizables, son brindis al sol, son sencillamente un gran engaño. Por ejemplo se dice, "todo ciudadano tiene derecho a un trabajo digno", pero digo yo, ¡eso será si hay trabajo y si el ciudadano en cuestión es capaz de realizarlo! 

Pero si seguimos profundizando, la lógica nos dice que para tener derechos hay que cumplir antes deberes. Y aquí surge la contradicción: ¡queremos tener derecho a todo, queremos que nos lo den todo hecho, pero a cambio de nada, sin aportar nada, sin esforzarse! 

Por ejemplo en los colegios se pasa de curso a niños con muchas asignaturas suspendidas (no saben casi nada), para no traumatizarles frente a los que las aprobaron porque se esforzaron , porque estudiaron mientras los otros jugaban. Hay pues una discriminación positiva para los mas vagos, par los menos capacitados. Los llamados progres , que son los defensores de este sistema, creen que les están favoreciendo, pero en realidad les están engañando, les están robando su futuro, porque llegará un día en que se tengan que enfrentar con la realidad, y esta es que están muy mal preparados para abrirse camino en la vida, y generalmente ocuparán los peores puestos.

No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta de que eso no puede ser, ¡ni debe ser! Para nosotros aquel hombre que primero pone sus derechos, y solo después sus obligaciones, seguro que es de mediocre para abajo, por el contrario el hombre superior se ocupará más de sus deberes que de sus derechos. Cuanto más mediocre e incapaz se es más se cree merecer y más derechos se demandan. Una sociedad, una comunidad, que exige muchos derechos sin pensar antes en que tiene unos deberes, está condenada irremisiblemente al empobrecimiento económico, social y moral, por ello inculcar a la población la filosofía de muchos derechos y pocos deberes es una irresponsabilidad populachera y popular, que conducirá al desastre.

Hace unos días he leído, y oído, en los medios, que una pareja de jóvenes delincuentes han maltratado, hasta causarle la muerte, a su bebe, y ahora el joven ha denunciado a la Junta de Andalucía por negligencia, por no haber actuado antes quitándoles el mencionado bebé, por haberles permitido cuidar del niño siendo ellos unos inmaduros que no saben nada de bebés. Tal vez la denuncia hubiese sido más ajustada a realidad si dijera que, " ellos de bebés solo saben hacerlos, porque eso se aprende por instinto ( igual que los animales irracionales), pues si hubiera que aprenderlo, pensando y esforzándose, ellos no serían capaces de tal cosa".

Es obvio que la denuncia parte de los consejos de un picapleitos, de los muchos que andan por ahí enredando, liando, engañando a la gente. 

Otro ejemplo demostrativo de lo que decimos está relacionado con el trabajo. Conozco muchas personas que siguen en paro tras haber rechazado varios trabajos, porque les obligaba a desplazarse a otra ciudad o porque no les gustaba. Les resulta más rentable seguir cobrando. Ocurre que en su casa son varios los que lo cobran, a pesar de lo cual hacen cuatro (o cuarenta) chapuzas que cobran y no declaran. Dicen que así viven bastante bien. Opinan que ellos tienen derecho a un trabajo, según la Constitución, pero no cualquier trabajo, sino aquel que decidan. Por lo menos a mí, inmediatamente se me viene a la mente una pregunta: ¿Pero bueno y si Vd. no es capaz de hacer ese trabajo que le gusta, que pasa? ¿Si Vd. quiere un trabajo de mecánico pero no sabe ni apretar un tornillo, que pasa? Mejor no hacerla porque seré tachado de misántropo, de fascista. ¡A pesar de ello la hago!

Creo que estos ejemplos nos dan idea del concepto que hoy se tiene en España de los derechos y de los deberes. Y este concepto está llevando a que cada vez haya más inútiles, incapaces, que no aportan nada a la sociedad, pero el Estado se tiene que gastar mucho dinero en mantenerles inútilmente.

Y como consecuencia el "estado de bienestar", del que tanto hemos hablado en años anteriores, se ha deteriorado y sigue deteriorándose, porque cada vez lo mantiene menos gente y cada vez hay más inútiles que se aprovechan de él. Cada vez hay más que exigen derechos pero ignoran totalmente los deberes. Así les han educado, así educan ellos a su prole y así acabaremos por destruir nuestra civilización.

Pero todo ello ocurre porque hay unos políticos, autodenominados progres, absolutamente incapaces, carentes de escrúpulos, que han propagado la doctrina del relativismo, del todo vale: Quitan autoridad al superior (por ejemplo los profesores) y la dan al inferior, desacreditan el esfuerzo, la excelencia, la disciplina, el orden, la constancia en el trabajo para no traumatizar al incapaz, incitando a la vagancia. Basan su discurso en prometer lo que saben no cumplirán, para poder seguir viviendo como rémoras de aquellos que si trabajan y aportan al bienestar común.

El ex- presidente de Francia Nicolás Sarkozy, decía: "Debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones antes que los derechos. Estos se ganan haciendo valer y respetar los anteriores", y nosotros pensamos que, "Si quieres merecer antes debes hacer, si quieres recibir antes debes dar, si quieres respeto antes debes respetar; en definitiva, si quieres el fruto antes debes cultivarlo y si quieres derechos antes debes cumplir unos deberes. Si pretendes lo contrario vas caminando mal y peor acabarás”.

En resumen puede decirse que nuestra sociedad, en España (también en otros países, pero quizás más acentuado en España), es un gran coche que va cuesta abajo sin frenos, y no se vislumbra la forma de pararlo. No se ve en el horizonte algún político, o algunos políticos, con capacidad intelectual y moral como para detenerlo y cambiar el rumbo, ni tampoco vemos que la sociedad sea capaz de poner las cosas en su sitio. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario