sábado, 1 de julio de 2017

La Divisa: Las Ventas Mentidero de la Villa / por Pedro Javier Cáceres




EDITORIAL
Programa La Divisa del 26 de junio 2017

LAS VENTAS MENTIDERO DE LA VILLA

PEDRO J. CÁCERES
La noticia confusa, corregida y enmendada sobre la suspensión de la temporada en Las Ventas y el cierre cautelar, total, del recinto de la Monumental ha sido la comidilla de la semana.

Mienten.

O no dicen verdad, o no toda. O verdades a medias, que, aunque poquitas, son la peor de las mentiras, la causa de lo peor: la confusión.

Confusión de pasado, presente y sobre todo de cara al futuro no sólo del recinto sino de su reconversión y su afectación a la explotación, a sus abonados, al público y los precios venideros.

Incluso su modelo de gestión.

La mala de la película es Carmena.

Pero los ayuntamientos de Gallardón -y sobre todo Ana Botella- ya venían advirtiendo de las irregularidades de infraestructura en materia de normas de seguridad vigentes para poder otorgar licencia de espectáculos sin que desde Esperanza hasta Cifuentes -pasando por el presunto delincuente González- hayan hecho caso o llegado a acuerdos de viabilidad, aun siendo del mismo color político.

Miente la Comunidad.

O no dice verdad cuando maquilla las cifras de inversión en el inmueble e intenta explicar, balbuceante, donde han ido a parar los millones de euros recibidos por canon de explotación de gestión taurina, pongamos, desde el 2.000.

Miente la Comunidad, o no dice verdad, sobre la legalidad del vigente pliego si su función principal, los toros, o los otros espectáculos y actividades posibles se desnaturaliza.

Falta de verdad y transparencia en hacerse “la longi” cuando se le pide el contenido de la oferta de licitación escudándose que es asunto privado de la licitante y le pone burladero a ésta, que tampoco es clara, la empresa, para guarecerse en tal trinchera como una supuesta autorización para saber los términos finales contractuales.

No tiene, la Comunidad, va en su ADN – desde Aguirre-, intención de gastar un puto euro.

Sólo ganar tiempo y ver quien paga la juerga como lo de la Escuela de Tauromaquia con la que sacan pecho.

Y no dice verdad, o a medias, para explicar por qué en los pliegos se da la posibilidad de generar recursos con otros espectáculos metiendo a los licitantes en la boca del lobo cuando no tiene potestad para autorizarlos; cobrar su mordida sí, a eso no le hacen ascos.

De hecho, todo apunta a que el cataclismo mediático provocado a mediados de semana fue consecuencia de un recurso, o algo así, a través del despacho de Arauz de Robles, reclamando la anterior gestora el lucro cesante de los espectáculos no taurinos y otras acciones (de restauración y ocio, por ejemplo) que no pudo celebrar por contemplar el pliego su posibilidad sin tener autorización para ello.

Miente el Ayuntamiento.

Porque en el oscuro objeto de deseo podemita y los lacayos de los restos socialistas en acabar con la Fiesta taurina le pega morisquetas por la variante sabedores del impacto negativo que tendría en las urnas y que San Isidro, aunque lo nieguen, es una máquina de hacer dinero en y para la ciudad.

Tampoco son directos en argumentar la lógica preocupación por si se pudiera repetir un Madrid Arena en cuyo caso recaerían sobre técnicos y políticos del municipio graves responsabilidades.

Más si, como cunde el rumor, en esta feria hubo alarma por una mochila sospechosa y nadie sabía, de ser en su caso, como desalojar a 23.000 almas sin incidentes ad hoc que lamentar.

De ahí que no hayan otorgado ¿o sí? licencia para el evento “Red Bull” (pese a todo se siguen vendiendo entradas) y que pusieran en entredicho la Feria de otoño por aquello de los llenos, sin poner objeción a que la temporada continuase con entradas como las de ayer de 5 o 6.000 personas y de asequible evacuación en caso de necesidad pese a las carencias respecto de la ordenanza de seguridad en vigor.

Ahí es donde parece entró en juego Plaza 1.

O una parte de Plaza 1 que, con los números de San Isidro, similares a 2016 pero con 10% de ingresos menos por lo ofertado a los abonados en el concurso, no salían cuentas sin el refuerzo de la pretendida gran Feria de Otoño con 10 espectáculos de abono obligatorio si se quiere conservar para mayo 2018. Amén de las “cuentas de la lechera” de eventos en suspenso o en suspense.

Por lo tanto, si no había Otoño, mejor dejarlo así; suspender temporada y empezar obras cuanto antes para llegar a tiempo de la temporada próxima con todo lo que ello conlleva contractualmente y que sería ¿es? objeto de negociación bajo cuerda.

O al menos en la cuerda (entre fuerte y floja) en la que los intereses de las dos partes de la UTE no parecen confluir.

La empresa (Plaza1 y Plaza 1.1) mantiene silencio y de momento ha programado 2 novilladas de perfil bajo, similares a gestiones anteriores, para los próximos domingos.

Y ¿ahora qué? Pues si con barbas San Antón y si no La Purísima. Otra UTE.




No hay comentarios:

Publicar un comentario