Ambos, diestros mexicanos de Aguascalientes, se están adueñando de la segunda fila del toreo y el menor, Luís David, va camino de ocupar puesto en la primera.
Gran debut ganadero de El Parralejo
y sembrados los hermanos Adame
J.A. del Moral · 14/08/2017
Ambos, diestros mexicanos de Aguascalientes, se están adueñando de la segunda fila del toreo y el menor, Luís David, va camino de ocupar puesto en la primera. Así de claro lo dejaron ayer en la segunda corrida de La Semana Grande donostiarra. Faltó público. Un tercio de entrada muy repartido. Los que no acudieron al coso de Illumbe se perdieron un estupendo espectáculo. Debutó en corrida de toros la ganadería de El Parralejo y lo hizo con un gran éxito. Una gran corrida tanto por su presentación como por el juego que dieron en distintos grados de fuerza y de bravura aunque los seis con sobrada nobleza. El quinto fue premiado con una vuelta al ruedo por su gran clase en la muleta, con el que López Simón se entendió bien en la primera parte de su faena no después al alargar excesivamente el trasteo que pasó de limpio a muy sucio. No obstante, le fue concedida una generosa oreja tras matar de pinchazo hondo y descabello. La presidencia no anduvo tan complaciente con los hermanos Adame que fueron los grandes protagonistas del festejo. Joselito cortó una oreja del primer toro con petición de la segunda y podría haber cortado las dos del cuarto tras cuajar de cabo a rabo, fallando con el descabello tras una estocada recibiendo. Dio una vuelta al ruedo entre unánimes ovaciones. Su hermano Luís David estuvo sensacional toda la tarde con su variado y brillante capote, con las banderillas en el sexto toro y en sus dos faenas de muleta. Especialmente en la del toro que cerró plaza, un muy serio aunque blando animal con el que supo administrar la faena con inteligentes pausas. Un trasteo a la par efectivo y exquisito en sus varios pasajes. Luis David cortó una oreja de cada uno de sus dos enemigos. La presidencia se negó a concederle las segundas orejas a cuenta de lo caídas de las contundentes estocadas con que mató, rodando los toros a los pies del torero inmediatamente de recetarlas.
San Sebantián. Plaza de Illumbe.
Domingo 13 de agosto de 2017. Segunda de feria. Tarde medio calurosa con un tercio de entrada muy repartido.
Seis toros de El Parralejo, muy bien presentados y abundantemente armados. Dieron vario juego en su mayoría nobles en distintos grados de fuerza y de bravura. Excelente el primero, sobre todo por el lado derecho. Noble aunque muy débil el segundo. Estupendo el tercero. Magnifico el cuarto. Con sobrada clase el quinto, premiado con vuelta al ruedo. Y noble aunque débil el sexto.
Joselito Adame (perla y oro): Buena estocada, oreja y petición de la segunda. Estocada trasera en la suerte de recibir y dos descabellos, aviso y vuelta al ruedo.
López Simón (amapola y oro): Bajonazo trasero y estocada trasera, aviso y palmas. Pinchazo hondo y descabello, aviso y oreja generosa.
Luis David Adame (canela y oro): Estocada caída de muy rápidos efectos, oreja. Estocada caída de efectos fulminantes, oreja y fuerte petición de la segunda.
Las cuadrillas se lucieron ampliamente, tanto en la brega como en banderillas. Destacaron los peones Fernando Sánchez, Sergio Aguilar, Jesús Arruga y Vicente Osuna.
Los hermanos Adame protagonizaron una gran tarde y demostraron que la lidia y el toreo en sus manos puede convertirse en un brillante a la vez que variado espectáculo. Hace unos días, también les vimos triunfar por todo lo alto en la plaza francesa de Saint Vincent de Tyross con una corrida muy seria de Pedrés que apenas tuvo eco. Ni siquiera en la prensa gala. Pero ayer ha debido tenerla dada la categoría de la plaza de Illumbe. Claro que sin la anuencia del público que pasó de acudir porque, sobre el papel, el festejo no era de relumbrón. Menos mal que se pudo ver en directo por televisión. Y ya se sabe que cuando una corrida es televisada, la repercusión que tiene es enorme. Habrá pues que felicitar a los que lo propiciaron.
Joselito Adame se hizo torero en España y en Francia. Cuando volvió a sus tierras mexicanas, ya estaba hecho, experimentado y cuajado. De ahí sus éxitos allende los mares. Pero desde el año pasado, su hermano menor, Luis David, no solo le va a la zaga. Le está superando gracias a unas cualidades superiores en las que combina el valor, la inteligencia, la gracia y un sentido del toreo realmente espectacular por el preciado don de la improvisación. Sus actuaciones no solo son vistosas, también sorprendentes porque las resuelve con tanta facilidad como repentina enjundia. Ayer le vimos expresarse a tope con el capote en variados pasajes, tanto en los recibos como en los quites que hizo, incluso en los toros de sus dos colegas. También con las banderillas cuando decidió parear en solitario en el toro que cerró plaza. Un toro ciertamente noble aunque tan falto de energía que no resultó fácil de lograr lo que Luis David consiguió pausando el trasteo para que el animal respirara y durara lo que duró. Una faena que, curiosamente, no fue amenizada por la música ni falta que hizo porque la música la puso el torero con su privilegiada gracia. No exagero si digo que Luis David Adame puede ser una gran figura del toreo.
No tengo tan claro que López Simón pueda conseguir parecida trascendencia porque pese a haber mejorado tras cambiar de apoderado, por el momento no lograr pasar de torero monocorde y productivista. El quinto toro fue de revolución y el diestro de Barajas no supo o no pudo aprovechar tan magna oportunidad.
La corrida, en su conjunto, resultó feliz y enormemente interesante además de emocionante. Ya quisiéramos que todas fueran como la de ayer en Illumbe.
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