sábado, 5 de agosto de 2017

Sobre los números y las impresiones de los que encabezan el ranking de 2017 / por J.A. del Moral


Festejos en plazaOrejas en plaza
No.LidiadorFestejoOrejaRaboReses lidiadas
1Andrés Roca Rey2535110969161051
2Juan José Padilla232806891111646
3Cayetano2327061075121046
4Alejandro Talavante222301084611645
5José María Manzanares212211173412643
6Alberto López Simón20281983712940
7Ginés Marín202101055810340
8El Fandi193325771122038
9Enrique Ponce19231784581039
10Morante de la Puebla1912068504839
11Miguel Ángel Perera18272567381636
12Curro Díaz18160819401236
13El Juli17291692716634
14Juan Bautista172629171121338
15Rivera Ordóñez Paquirri16190376161232
16Paco Ureña1611094362333
17Manuel Escribano1514082542830
18José Garrido1512075355232
19Sebastián Castella14161761310328
20Antonio Ferrera1310085037026
21Joaquín Galdós11191119001922
22El Cid11141218101322
23Juan del Álamo1111041620923
24Iván Fandiño119042521621
25Román112080320021
26Daniel Luque10253217122222
27David Mora108071232320
28Fortes92041411018
29El Cordobés8221017041816
30Rafael Rubio Rafaelillo86061130316
31Álvaro Lorenzo77033116017
32Morenito de Aranda76042124018
33Rubén Pinar6121303101113
34Sánchez Vara6122015001216
35Joselito Adame650321230

Estos son los números. Aunque valen por sí mismos y por lo que significan, no definen del todo la situación de cada cual porque las impresiones sobre el devenir de cada torero, también cuentan y mucho.


Ahora mismo, Ginés Marín, es el nuevo valor más consistente porque es de los que lo tienen todo: valor, cabeza y clase. De ahí que, quien fue predilecto hasta este año, Roca Rey, ha ido perdiendo enteros pese a ser quien encabeza el escalafón. Pierde enteros No porque ya no es novedad y también porque sus continuos percances y cogidas, además de por haber tenido peor suerte con los toros que en su gran temporada anterior, han limitado su infalibilidad triunfal. Ello sin contar que, en sus maneras, el limeño parece haberse decantado por el neotremendismo en vez de ir progresando en el toreo clásico. 

No obstante, Roca Rey mantiene su valentísima personalidad y es de suponer que vaya rectificando sus defectos y progresando en sus virtudes digamos estéticas. Lo digo porque a veces le hemos visto torear muy bien, lo que indica que podría avanzar enteros en ello aunque, si así lo hiciera, sus actuaciones irían mejorando en las formas al tiempo de ir disminuyendo en emoción. Aunque la perfección les puede parecer al común de los aficionados menos importante que el arrojo más extremista, lo cierto es justamente al revés porque lo más difícil del toreo es practicarlo con tanta naturalidad como facilidad. Que es, muy precisamente, en lo que Ginés Marín está avanzando sin descanso.

López Simón encabezó el ranking de la temporada 2016. Aunque ha bajado del puesto primero al sexto, todavía le dura la inercia que ganó en sus primeras tardes en la feria de Otoño de Madrid de hace tres temporadas pese a haber caído enteros en la apreciación de los buenos aficionados. Y no digo de la crítica en general porque hay división de opiniones al respecto. Los altos números de López Simón también se han debido a su buen manejo de la espada, suerte de la que depende la concesión de trofeos. No obstante, en la presente campaña hemos comprobado una cierta recuperación del diestro de Barajas y una mejora de sus modos y formas de hacer el toreo. Ignoro si estos progresos se deben a haber cambiado de mentor. Y supongo que el propio torero habrá terminado por hartarse del sujeto que le dictaba a voces desde el callejón, obligándole a realizar cosas que, claro estaba, no eran las idóneas y, desde luego, alteraban los nervios e impedían la calma necesarias para que cualquier torero necesita para llevar a cabo sus íntimos deseos.

Si he empezado este artículo con los nuevos valores es porque, por primera vez en muchos años, una hornada de jóvenes toreros ha logrado imponer sus nombres en la cartelería de las principales ferias junto a las figuras consagradas.
Todos habíamos especulado sobre si estas nuevas estrellas podrían quitar de en medio a los consagrados. Por fortuna no ha sido así. Los que están arriba siguen estándolo, incluso con más fuerza que nunca. Y en algunos casos con progresos notables en los aspectos artísticos.

A la cabeza de todos, continúa el incombustible gran maestro, Enrique Ponce. Seguido en permanencia por El Juli a quien últimamente le hemos visto torear más relajado y derecho en no pocas ocasiones. Ambos no han notado lo más mínimo la irrupción de los nuevos. Alternan con ellos y les ganan la partida muchas veces. Al que menos le han afectado las novedades – siempre fue así – es a Enrique Ponce que está toreando mejor que nunca sin que se le adivine techo pese a los treinta años que continúa arriba. Un caso excepcional que ha superado en duración y en triunfos a todos los toreros de la historia, incluyendo a Lagartijo y hasta a Pedro Romero. Impresionante y creo que irrepetible.

En una línea parecida porque en su persona reúne virtudes exclusivas de los más grandes, figura por derecho propio José María Manzanares que es el que torea con más empaque y el que mejor mata por su estilo y certeza con notable diferencia.

Alejandro Talavante, Miguel Ángel Perera y Sebastián Castella también están siendo capaces de triunfar con gran regularidad cada cual en su estilo. El más genial de esta terna es Talavante. Y los más valientes, Perera y Castella. Estos dos últimos han superado los baches que han sufrido en mayor o menor grado durante pasadas campañas. Pero es el caso que, repito, lo han superado, lo que habla de su resistencia y su persistencia sin dejarse ganar la partida en la medida de sus posibilidades.

Sobre los que les siguen en números, algunos ya comentados, Juan José Padilla resiste ocupando nada menos que el segundo lugar pese a sus tardes digamos declinantes. No obstante, su mérito es incuestionable.

La sorpresa mayor de esta temporada es la de Cayetano que ha logrado ocupar el tercer puesto en pos del estado de gracia que está disfrutando, cada tarde mejor y fiel a la línea artística de su abuelo, Antonio Ordóñez, lo que ha añadido a sus gestos de incuestionable raza, por herencia paterna.

El Fandi, Morante y Curro Díaz continúan donde ya estaban cada cual en su estilo. El más apreciado como grandísimo artista sigue siendo el de la Puebla del Río a quien le da igual ocho que ochenta porque es – siempre lo fue – un caso aparte.
Lo de El Fandi se debe a su persistencia en el triunfo en todas las plazas donde ha actuado y este año hasta distinguido en las plazas de más categoría como las de Sevilla y Madrid. Si sigue manteniendo sus privilegiadas facultades es porque las cultiva a diario. El Fandi es un sacrificado excepcional.
Respecto a Curro Díaz, a mejor cada año que pasa, se lo está ganado a pesar de los percances que viene padeciendo sin que se note al reaparecer. Y a este Curro Díaz nunca supusimos que tuviera tanto valor…

El francés de Arles, Juan Bautista Jalabert – decimo cuarto en el ranking – ha progresado tanto que, ahora mismo, es uno de los toreros más atractivos del planeta taurómaco. Bien lo ha demostrado en su histórica tarde de Mont de Marsan y en la importantísima de San Vincent de Tyrosse.

Paco Ureña ha merecido estar situado en lugares más altos – ocupa el decimo sexto – por la gran pureza de su estilo y sus avances contra cualquier contingencia. Ureña es de los que se crecen tras sufrir todos los percances que tiene por la verdad de su toreo.

Algo parecido aunque sin clase en sus formas, podemos decir de Manuel Escribano en esta temporada cuasi milagrosa de regreso a la lucha, una vez superada su terrible cornada del año pasado.

El lugar número dieciocho de esta privilegiada lista lo ocupa otro de los nuevos, José Garrido. De este dijimos sobre su matinal actuación en solitario con seis novillos en la plaza de Vista Alegre de Bilbao que iba para figura. Ha tardado un poquito en confirmarlo. Pero todo indica que lo conseguirá a poco que la suerte le acompañe.

No se acaba aquí el ranking de los mejores actualmente. El primero de estos últimos es Antonio Ferrera por la espectacular transfiguración artística que ha protagonizado, independientemente de la irregularidad de sus triunfos, perdidos en su mayor parte por culpa de su irregular espada. Ferrera ha pasado de ser un meteórico entusiasta a un calmoso creador de arte, no pocas veces sublime.

El Cid anda protagonizando no pocos Cantos de el Cisne en su enésima temporada de esfuerzos continuos para no desaparecer del mapa.

Juan del Álamo, por fin consiguió cuajar faenas grandes, sobremanera la de Madrid por San Isidro. Debe repetirla en cuando tenga oportunidad de conseguirlo.

Román, Daniel Luque, David Mora, Fortes, Rafaelillo, Álvaro Lorenzo, Morenito de Aranda, Rubén Pinar y los hermanos Adame, cada cual en su particular estilo, están luchando sin descanso. Unos por recuperar los puestos perdidos y otros para situarse donde deberían.

De todos los nombrados estos seguiremos opinando mientras dure la temporada. Unos y otros, componen un plantel de toreros realmente importante. Los agoreros que tanto abundan, deberían recapacitar y alegrarse de que están viviendo y gozando. De uno de los momentos más estelares de historia del toreo. Negarlo es una soberana estupidez.


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