jueves, 17 de agosto de 2017

Un toro de vacas / Por Paco Mora



 ¡Para que luego les hagan ascos las figuritas de pitiminí 
a los pupilos de Los Romerales!

Un toro de vacas

Paco Mora
A “Bullicioso” le han dado el premio en Málaga, pero era más; era un toro de vacas. ¡Cuántos se han indultado por esas plazas de Dios con la mitad de merecimientos que el de Fuente Ymbro, al que Ureña le tenía cortadas las dos orejas con una faena más pura que el Espíritu Santo, malograda con la espada! La cosa quedó en una oreja, con su correspondiente vuelta al ruedo en olor de multitudes. Toda la corrida embistió pero es que “Bullicioso” se salió del marco. Bravo, entipado, codicioso, con el trapío propio de la casa, fue un toro de consagración y Paco Ureña dio con él dimensión de figura del toreo. Que mérito tiene el de Lorca pisando cada tarde terrenos auténticamente volcánicos. “Bullicioso” le habría consagrado definitivamente en Madrid, porque fue un toro de verdadera importancia. ¡Para que luego les hagan ascos las figuritas de pitiminí a los pupilos de Los Romerales!

Jiménez y Garrido no tuvieron su tarde. Quizás les sorprendió tanta bravura. Fue la corrida de Fuente Ymbro material adecuado para jugar fuerte, y se hubieran podido cortar cuatro o cinco orejas en la tarde malagueña. Pero el público demostró una vez más que el toro es el elemento principalísimo de la Fiesta, porque aplaudió a casi todos los toros de la corrida.

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