A su espartana actitud frente al lote menos propicio de la por todo variada corrida de Núñez del Cuvillo, el murciano Ureña añadió su reconocida aptitud. Vamos, que es de los que se la juegan sin abandonar su admirable estilo en el que enlaza la verdad con el clasicismo. Cortó una valiosa oreja del tercer toro y se negó a dar una solicitada vuelta al ruedo tras matar al quinto con el que dejó muy claro que posee un enorme valor. Confirmó su alternativa el menor de los hermanos Adame. Muy injusto el sector contestatario con el de Aguascalientes mientras muleteó al muy noble primer toro. Se reconcilió con el sexto del que pudo cortar una oreja de no haber fallado con los aceros. Sebastián Castella, con el lote medio, no fue ni su sombra. Muy mal y destemplado el francés.
J.A. del Moral · 30/09/2017
Madrid. Plaza de Las Ventas. Viernes 29 de septiembre de 2017. Tercera de feria. Tarde medio calurosa con más de dos tercios de entrada.
Seis toros de Nuñez del Cuvillo, desigualmente presentados aunque bien armados. Dieron vario juego. Muy noble el primero, sobre todo por el lado derecho. Manejable aunque tardo y derrotón el segundo. Noble aunque sin apenas fuerza y nulo brío el tercero. Noble por el piton derecho el cuarto. Encastado y también más fácil por el lado derecho que por el izquierdo el quinto. asimismo encastado y muy manejable el sexto.
Sebastián Castella (salmón y oro): Estocada baja, aviso y silencio. Estocada trasera trasera caída, aviso y silencio.
Paco Ureña (caña y oro): Estoconazo trasero, aviso y oreja. Estocada perpendicular desprendida y descabello,aviso y y gran ovación que no quiso aprovechar para dar una vuelta al ruedo.
Confirmó su alternativa Luís David Adame (blanco y oro): Estocada trasera caída, leve división de opiniones. Dos pinchazos y media estocada, ovación de despedida.
Bien a caballo Oscar Bernal. En banderillas destacaron Fernando Sánchez, José Chacón, Raphael Viotti y Miguel Martín.
Suele ocurrir en esta primerísima plaza de Las Ventas que basta que un torero nuevo llegue con cierta vitola y serias posibilidades de llegar a lo alto, para que los intransigentes no le pasen ni una. Este ir a la plaza con la escopeta cargada, lejos de prestigiar el comportamiento del público, lo desacredita. Y eso ocurrió mientras Luis David Adame muleteaba al toro de su confirmación. Cierto fue que este animal fue muy noble y, por lo tanto, fácil. Luis David ya se había lucido en un quite por chicuelinas, media y revolera. Y en su faena de muleta que arrancó en los medios con diestros pases cambiados, cometió el error en algunos tramos con la mano derecha de no dar el paso adelante tras cada muletazo, quedando por las afueras pasa dar los siguientes. Bueno, pues los sietemesinos le armaron la marimorena. Señal que, en Las Ventas, indica que el novel tiene futuro. A los naturales que siguieron no les faltaron las palmas de tango de los subsodichos. Matraca que continuó hasta el final del trasteo con más naturales y muy toreros ayudados por bajo con la desgracia de sufrir un desarme. Una estocada trasera y caída, dejó la cosa en una tibia división de opiniones absolutamente injusta. Aunque el daño ya estaba hecho, a Luis David no le afectó para nada en su actuación con el último toro de la tarde con el que anduvo valentísimo. Tanto en el muy firme quite por gaoneras como en su faena inició brevemente de rodillas y pronto en pie sobre ambas manos, ya sin la enemiga de los energúmenos porque el animal repitió y no hubo ocasión para las descolocaciones, sino para derrochar aguante, valor y hasta mucho tragar cuando el toro empezó a pararse. Fue una pena que pinchara porque de haber matado pronto y bien, podría haber caído una oreja.
El testigo de la confirmación fue Paco Ureña que actuó en sustitución del anunciado Antonio Ferrera, razón por la que el murciano quedó convertido en el protagonista de la feria porque el domingo también actuará como ya estaba previsto. Digo esto para significar la heroica tarde que nos regaló Ureña quien, lejos de administrarse a sabiendas de que tendría otra oportunidad, se entregó totalmente como si la de ayer hubiera sido su única actuación. Nada de darse coba. Ureña empezó por naturales sin pruebas previas y echó el resto para provocar las apagadas embestidas del soso burel, convirtiendo tal sosería en trances enormemente emocionantes hasta lograr tapar el pobre juego del animal como si hubiera sido un bravo ejemplar. La bravura la puso el torero con su incondicional entrega y bien hacer hasta cerrar la obra con precisos y preciosos ayudados por alto y más naturales de remate. Lo efectiva de la estocada con que mató, puso en sus manos la que fue única oreja de la tarde.
Si valiente sin tacha estuvo Ureña con su primer oponente, más si cabía con el que hizo de quinto frente al que tuvo que exponer mucho y tragar todo lo tragable, dadas sus bastante peores que el anterior. Al punto de resultar cogido aparatosamente sin más consecuencias que las del susto. Momento en el que la valentísima actitud del torero tomó carta de naturaleza porque el toro no cesó de acosarle en un dramático toma y daca emocionantísimo que, desgraciadamente, no tuvo pronta solución a la hora de matar. No obstante, Ureña salió de la plaza entre ensordecedoras ovaciones. Suerte para el domingo con los “adolfos”.
Contrastó mucho con sus compañeros el veterano espada francés, Sebastián Castella, ayer como un zombi. O como un fantasma que se limitó a cubrir un largo y aburrido expediente. O esa fue la mala impresión que nos dio porque siendo cierto que le correspondió un lote escasamente propicio, en las manos de Castella, sus dos toros parecieron peores de lo que fueron.
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