viernes, 1 de septiembre de 2017

LA CORUÑA. En el Homenaje a Hilario Taboada


Fernando Paramío peón de confianza de Hilario Taboada


Hilario reivindicó a Galicia como tierra taurina y dijo que en esta jornada la fiesta más española “falaba galego” en clara alusión a la ciudad de La Coruña, privada desde 2015 de la fiesta de los toros por una injusta decisión de un sectario y ruin gobierno municipal de la marea podemita.




En el Homenaje a Hilario Taboada.

Carlos Fernández Barallobre
La Coruña, 29 de Agosto de 2017
Alrededor de cincuenta aficionados de ambos sexos, tributaron en la tarde del pasado 29 de agosto, en el restaurante Boavista del Sporting club Casino de La Coruña, en una de cuyas plantas tiene su sede la acreditada peña taurina de La Coruña, un homenaje de respeto, cariño y agradecimiento a Hilario Taboada Pérez, el torero gallego, que durante años fue el asesor taurino del coliseo municipal de La Coruña.
En las mesas del restaurante, donde destacaba la presencia de varias distinguidas y bellas aficionadas, se hallaban entre otros, Fernando Paramío, quien durante un tiempo fue el subalterno de confianza que
acompañó a Hilario en su trayectoria taurina ; el reconocido pintor de escenas taurinas y gran aficionado, Marcial Ortiz, hijo del recordado novillero coruñés de la década de los años veinte del siglo pasado y asesor taurino durante una década del desaparecido en 1967 coso coruñés de la avenida de Finisterre, Julio Ortiz “Zitro”; el también pintor Rafael Castro; el catedrático de derecho del Trabajo, Alberto José Carro; los reconocidos aficionados coruñeses Manolo Vázquez, Rafael Mariño, Adrián Sellés, el doctor Alberto Veraza, Joaquín García, Nicolás Badía, Andrés Puente, Javier Rodríguez, directivos de la Peña Taurina coruñesa y el joven Pablo Rodríguez, presidente de la Plataforma Galicia Taurina, que no quisieron perderse la ocasión de acompañar a Hilario, quien a la temprana edad de 16 años decidió abandonar en 1957, su aldea de Maroxo en la muy querida villa de Arzúa para hacerse torero. 

Fue uno de aquellos coruñeses como decía José Millán-Astray fundador del Tercio de Extranjeros” con alma de hierro, de espíritu austero,
Alfonso Cela ""Celita"
poetas, soñadores, luchadores arrogantes que cruzan los mares en busca de gloria y aventura”
.
Y cumplió su sueño de novillero, actuando en varios lugares de Galicia, y sobre todo en Valencia, una de sus plazas talismán y en diversas ciudades de la América hispana y taurina, donde cosechó en los años sesenta rotundos y clamorosos triunfos. Por circunstancias, no llegó a tomar la alternativa como matador, para acompañar en el escalafón de la historia de la Galicia taurina a Alfonso Cela Celita”, el único torero gallego hasta la fecha que se hizo matador, alternado en aquella segunda década del siglo XX con Joselito, Belmonte, el papa Negro, entre otros.
Tras un distendido almuerzo, a la hora del café, Hilario, que se hallaba acompañado de su distinguida esposa, Annick, se ajustó la montera, colocó firmes las zapatillas en el piso y dibujo un pinturero quite por delantales en forma de agradecimiento a sus amigos por el homenaje que le brindaban, manifestando que llevaría ya de por vida prendido en los vuelos del capote de su corazón esta jornada. Hilario reivindicó a Galicia como tierra taurina y dijo que en esta jornada la fiesta más española “falaba galego” en clara alusión a la ciudad de La Coruña, privada desde 2015 de la fiesta de los toros por una injusta decisión de un sectario y ruin gobierno municipal de la marea podemita.

Ni que decir tiene que Hilario Taboada se llevó las dos orejas y el rabo, en esta ocasión a modo de una cerámica de Sargadelos donde figuraban motivos de las cuatro provincias gallegas, entregada por el presidente de la peña Taurina de La Coruña, Álvaro Fernández, que ejerció de alguacilillo. Terminadas la intervenciones orales, Hilario Taboada dedicó varios ejemplares de su libro “Memorias de un Torero Gallego” editado por Egatorre, poniéndose así punto final a una jornada inolvidable donde de nuevo se puso de manifiesto la elegancia, el señorío y la grandeza de alma y corazón que posee Hilario Taboada. Fue una típica tarde de toros coruñesa, donde se habló apasionadamente de amistad, de la Fiesta Nacional y de nuestra querida España.

 


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