sábado, 7 de octubre de 2017

ANTONIO BIENVENIDA EN 2017. SU RECUERDO. / por José María Sánchez Martínez-Rivero


¡Antonio Bienvenida! Rebosante de savia taurina, cuya semilla florece en los ruedos con garbo y esplendidez, y que alentado por el engrandecimiento taurino, medio en ruinas por tantos detractores y desertores de nuestra Fiesta, es un torero alegre, selecto y copioso con el capote, fino y elegante con las banderillas, dominador artístico. ¡¡Maestro!! Con la muleta y decidido y valiente al matar. ( Antonio Vera 1955)




ANTONIO BIENVENIDA EN 2017. SU RECUERDO


José María Sánchez Martínez-Rivero

Octubre de 2017 en Collado Villalba.

El 7 de octubre de este año se cumplirán 42 de la muerte de Antonio Mejías Jiménez, Bienvenida VI. Un año antes de su fallecimiento, el 5 de octubre de 1974  y, en la plaza de toros de Vista Alegre (Madrid), se despide Antonio Bienvenida, definitivamente, del toreo. Lidió toros de Fermín  Bohórquez alternando con Curro Romero y Rafael de Paula. De esa memorable tarde, en la que no cortó orejas sobresalieron dos lances magistrales rematados con media inigualable. Como director de lidia estuvo sensacional. La faena de muleta del último toro se la brindó a su hermano Ángel Luís con estas sentidas palabras:

- Te brindo este toro porque es el último que mataré en mi vida. Te doy mi palabra de honor que no te haré sufrir más.

Finalizada la corrida el maestro, cruzando el ruedo, salió de la plaza andando, sin dejarse alzar a hombros; pensativo, solo, camino de la calle, donde le esperaban multitud de aficionados que le dieron el último homenaje – en vida- al salir de una plaza de toros. Su cuadrilla le seguía  a distancia para darle todo el protagonismo.

Es Antonio Bienvenida completamente diferente a lo común, porque además de ocupar la cúspide del toreo es poseedor de una vasta cultura y de una arrolladora simpatía.

¡Antonio Bienvenida! Rebosante de savia taurina, cuya semilla florece en los ruedos con garbo y esplendidez, y que alentado por el engrandecimiento taurino, medio en ruinas por tantos detractores y desertores de nuestra Fiesta, es un torero alegre, selecto y copioso con el capote, fino y elegante con las banderillas, dominador artístico. ¡¡Maestro!! Con la muleta y decidido y valiente al matar. ( Antonio Vera 1955)

 Fijémonos en la fecha en que se escribe lo anterior, 1955, y centrémonos en la frase:
Alentado por el engrandecimiento taurino, medio en ruinas por tantos detractores y desertores de nuestra Fiesta.

Transcurridos 62 años estamos igual, o mejor dicho peor; con tantos desertores y detractores del toreo actual, debido a múltiples causas que no son de analizar en este modesto ensayo. La cosa viene de lejos; pero siempre ha renacido la Tauromaquia de sus cenizas: Post fata resurgo.

La trayectoria taurina de Antonio  Bienvenida queda reflejada en la estadística de su impresionante carrera.
Intervino en 829 corridas de toros y estoqueó 1628 reses. En novilladas mató 113 novillos. La temporada que más corridas toreó fue la de 1966 con 52. Y la que menos la de 1974, ya al final de su carrera,  con 11. La palabra mató puede inducir a error, sería mejor decir creó arte siempre que actuó ante los toros.
Destacan sus actuaciones en la plaza de toros de Las Ventas con 106 paseíllos -cinco en novilladas-, siguiéndole la de Barcelona con un total de 55. Llegó a torear en Argelia, dos tardes y en Marruecos, cuatro tardes.

Antonio Bienvenida prefería los toros del campo charro y, concretamente, los de don Antonio Pérez de San Fernando, que son los que ocupan la primera posición en cuanto a los estoqueados por él con un total de 98. Carlos Núñez también fue una ganadería predilecta para el torero que mató 54 toros a lo largo de su carrera.

De los compañeros con los que más actuó destaca Luís Miguel Dominguín con el que alternó en 73 tardes. Le sigue Antonio Ordóñez con 55. Con su hermano Pepe Bienvenida lo hizo en 39 ocasiones. Destacar que al lado de Manolete actuó en 15 corridas.  Difícil trance era torear al lado del Monstruo de Córdoba; pero cómo torearía Antonio, en Bilbao, que Manolete le comentó a Pepe Bienvenida lo que sigue:

-¡Que torero he visto Pepe! Te voy a decir que si a ese toro del Conde, lo toreamos con la muleta todos los que dicen que toreamos bien, pero todos los de ahora y los de antes y, después, coge la muleta tu hermano Antonio, nos echa a todos al estribo”. Añadió: “La ventaja que tenemos los demás frente a él es que durará en esto veinticinco años, y como así no se puede torear todas las tardes, cuajará en todo ese tiempo, cuatro o cinco toros, como el que le he visto en Bilbao.
Estuvo en activo en el toreo 29 años. Se retiró temporalmente desde 1966 hasta 1971 año de su reaparición.

Alguien comentó al maestro, que Manolete, hacía siempre la misma faena y que parecía que la llevaba siempre en la maleta; a lo que Bienvenida contestó:

-Ojalá los demás fuéramos capaces de inventar una que gustase tanto, meterla en nuestra maleta, sacarla todas las tardes y estar lo bien de verdad que él está con tantos toros distintos. Perdona, añadió, pero los que no os ponéis delante de los toros, no tenéis  ni idea del mérito de Manolete.

Expresaba así su admiración por el Monstruo de Córdoba.

Otorgó 26 alternativas siendo la primera la que dio  a su hermano Ángel Luís en Bogotá en 1944. La última fue la del 27 de agosto de 1973 a Everildo Segura en San Sebastián de los Reyes.  Igualmente, confirmó en veinte ocasiones. La primera a Morenito de Talavera en el año 1942. También confirmó en 1944, el día 18 de julio, al mexicano Carlos Arruza en una corrida triunfal para el diestro azteca que cortó dos orejas a su cuarto toro de nombre Melonero, berrendo en negro, nº 16, de 481 kgs. de la ganadería de don Vicente Muriel de Salamanca. Posteriormente, confirmó a Marismeño, Manolo González y  Jaime Ostos entre otros.

Antonio Bienvenida era un torero de gestos y de gestas y así toreó en 49 ocasiones mano a mano con sus compañeros de escalafón. Como único espada lo hizo en 10 corridas. En la plaza de las Ventas, plaza de gran responsabilidad, actuó en 5 tardes mano a mano. El día 16 de junio de 1960, en Madrid, estoqueó una corrida por la tarde y otra por la noche. En esta solo pudo matar tres toros al resultar lesionado.

Fue un magnífico intérprete de la chicuelina. Con el capote lanceaba despacio y artísticamente. Arte y garbo en la revolera. Con las banderillas se dejaba ver y, sin prisas, paso a paso, las colocaba en todo lo alto. Muletero clásico de la mano izquierda. Buen estoqueador. En fin, una manera de ser en los ruedos. Una estampa antigua. Un chispazo de arte.

Antonio García Ramos le escribió:

Torero, por la gracia de Dios. Torero, colocándose el capote de paseo. Torero, haciendo el paseíllo. Torero, banderilleando. Torero, dando la vuelta al ruedo. Torero, saludando. Torero, hasta sonriendo.

Bienvenida supo ser fiel a sí mismo.

Siempre estuvo dispuesto a colaborar en corridas benéficas y en festivales taurinos. Por sus grandes valores humanos, en 1956, se le concede la Gran Cruz de Caballero de Beneficencia. Esta condecoración premiaba toda una vida dedicada a la defensa de la fiesta de los toros; y también, a la ayuda que prestaba a los más necesitados incluyendo a sus compañeros de profesión.

Fue Presidente del Montepío de Toreros. Por su participación desinteresada en las corridas que el referido Montepío celebraba, obtuvo la Medalla de Oro. Estaba en posesión de la Medalla del Mérito Civil y la del Mérito Taurino.

La crítica de la época no escatimaba elogios al diestro. Don Indalecio -seudónimo de Ramón de la Cadena y Rualla-, decía:

-    Es el torero más fino, más puro, más clásico, de los salidos de la casa “Bienvenida”. Si un toro, en Barcelona, el año de su alternativa, no le hubiera producido una cornada gravísima, de las que quitan de en medio a un torero, restándolo ánimo para mucho tiempo, no sabemos a donde hubiera llegado. Con los años de vida torera de Antonio Bienvenida, su categoría ya está bien afirmada; su calidad artística es indudable; verle torear un toro a gusto es una delicia; su visión de lo que debe ser un director de lidia es perfecta.

¿Que era para Antonio Mejías Jiménez el toreo?

-    El toreo siempre ha sido un motivo de alegría porque lo he hecho con una gran satisfacción y con una gran afición y eso produce alegría. Yo creo que dentro de mi personalidad he tenido momentos melancólicos y momentos alegres; pero yo creo que lo importante en mi vida del toreo ha sido la profundidad que he intentado darle a todo lo que he hecho con el toro.

Nos dice lo que sentía cuando no toreaba:

-  Siento dentro de mi un enorme vacío cuando no toreo. No sé lo que va ser de mí cuando me retire definitivamente de los toros, porque yo preciso, como si fuera una droga, este desasosiego que se experimenta cuando se viste uno de luces. Es algo incomparable.



Octubre de 1975, día 4, finca Puerta Verde, de Amelia Pérez Tabernero-Montalvo en los campos de El Escorial. Fiesta familiar con tienta. El maestro quería ver, junto a unos amigos, torear a su sobrino. Una vez terminó su sobrino Miguel de torear a la becerra Curiosa,  le dice:

- ¡Déjala ya!, Miguel, después de otro capotazo dale puerta.

Abierta la puerta que da al cerrado, en nuestra foto marcada con una x, otra becerra, de nombre Conocida, que estaba en el campo, se quedó fija en la figura del maestro, que se hallaba de espaldas a la puerta  y, entrando en la plaza, le embistió por detrás sin que pudieran hacerle el quite. Le dio una voltereta que a la postre, por las lesiones causadas en el cuello, le llevarían a la muerte.

La afición antes de su entierro –día 7 de octubre- paseó el féretro –cubierto por un capote de grana y oro- por el ruedo de las Ventas. Capote de grana y oro, el color de los valientes. La sonrisa infinita del maestro dando vueltas triunfales al anillo, en tardes de gloria, ya no se volvería a ver nunca más. Se marchó por la senda de la Historia del Toreo.

Rafael Duyos escribió al colosal diestro:

¡Que silencio en la Plaza!
    Nadie respira...
Cairel y grito: “¡Toro.
    eh, toro, mira...!
   Y en el testuz,
la rosa del asombro.
  prende su luz.    


Autógrafo de Antonio Bienvenida



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