El entorchado de Colombo está tejido con los hilos que se anudan con los triunfos de la temporada del 2017 en especial, campos de batalla que lo exaltaron al sitio que se ha ganado a ley y que este domingo, en la Plaza de Acho de Lima, la que une la ciudad con la Alameda y por el puente al que cantó Chabuca y que, esperamos, cruce esta tarde de a hombros de los peruanos escuchando una triunfal Marinera.
Este domingo 26 de noviembre ha sido esperado por la afición taurina de Venezuela con paciencia, ilusión y mucha esperanza. Pacientes hemos aguardado la cita de la alternativa, luego del trancazo que provocó la cornada a Jesús Enrique Colombo en Valencia, tres días antes de su anunciada investidura en Zaragoza. Ilusión porque su arte y condiciones profesionales resaltan entre todos los toreros de su generación, con quienes ha competido y superado en arenas de Venezuela, México, Francia, España y el Perú, lo que ha servido para abrir el camino hacia Acho donde se le espera como espera la grey las buenas noticias.
Un encierro de la ganadería salmantina del Puerto de San Lorenzo que tiene al venezolano Ney Zambrano de mayoral. Toros de muy buena presencia y diríamos que de exagerada romana, por que algunos de los astados rozan los 600 kilos de peso.
Jesús Enrique este domingo es el representante de América en la ciudad virreinal, ya que el venezolano alternará con la primerísima figura del toreo francés Sebastián Castella y el sevillano Ginés Marín, torero ya reconocido por el exigente aficionado limeño.
la corrida se podrá ver por Facebook:
No es extraña la presencia de la torería venezolana para la afición del Perú. Mucho menos en Lima, por que en Acho han escrito historia en la bicentearia arenas grandes maestros del toreo nacional. El primero fue el josefino Eleazar Sananes “Rubito” quien como relata el cronista Rafael Durán “Curro Puya”, periodista de Ocupare del Tuy que escribió para La Esfera y El Nacional y para la revista Elite, donde escribió eufórico y apasionado:
- El año 1920 marcó una era de evolución en el toreo nacional. Rumores que llegaban de tierras de los Incas señalaban la aparición de un muchacho venezolano, rubio por añadidura, y que les hacía a los toros “cosas de torero grande". La vieja plaza de Acho se conmovió en sus cimientos ante las hazañas del diestro que todas las tardes de corrida se ganaba una salida en hombros. Y los toros de Asín y El Olivar, bien toreados y superiormente matados, fueron cimentando el prestigio del muchacho rubio. La leyenda empezó a tejer sus hilos invisibles y el romance, la copla de ciegos, saltó espontánea invadiendo las calles, yendo de boca en boca: “Cuando “Rubito” salió de Lima, toda la prensa lo publicó, y en la estación de La Guaira, Capriles Power lo contrató”.
Es el maestro caraqueño el que marca el camino, sendero del futuro taurino nacional, ya que Rubito indicaría el rumbo hacia Madrid, hacia la España de Joselito y de Belmont; y, más tarde, junto al también torero caraqueño Julio Mendoza forjaría la base fundacional del toreo nacional, con la rivalidad más torera jamás vivida por los aficionados taurinos en Venezuela.
Eleazar y Julio, junto a los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, convirtieron la fiesta de los toros en Venezuela en “el espectáculo más nacional” vestido con la rivalidad de sus toreros, la pasión de sus aficionados y el apoyo de sus gobernantes.
LIMA TERRITORIO DE GIRÓN
Mucho después destacaron en Acho los hermanos César y Curro Girón. Lo hicieron como triunfadores. César Girón escribió en su muy breve autobiografía estas líneas dedicadas al Perú, su afición y su plaza de Acho, que es menester copiar a continuación:
- Vine otra vez a Venezuela en el 54. Entonces tuve la gran sorpresa y el gran orgullo de ver que me recibían 10.000 personas. Además me enviaron un avión especial para venir de Lima. Llegaba a mi cumbre, a mis sueños.
En Lima me dieron el Escapulario de Oro y me tributaron la máxima ovación de toda mi vida. Me demostraron que me querían como si fuera limeño. Recuerdo una anécdota de don Miguel Otero Silva. Iba en avión a Lima y una limeña le dijo:
“Usted es de la tierra del gran hombre, ¿verdad?”. Y don Miguel, con gran venezolanismo le contestó: “Sí, soy de la tierra del Libertador”. La limeña dijo: “No, hablo de historia. Hablo de César Girón”.
Quiero expresar que si bien ha sido el Perú el que me rindió mayor homenaje, yo sigo siendo venezolano, aunque profundamente agradecido de Lima.
Curro Girón, reconocido como figura del toreo, también conquistó el corazón de Lima. Los limeños, como lo declararía Chabuca Granda un día, eran Gironistas…por Curro que fue un torero grandioso en el Perú, como lo sería en Madrid. Auténtica figura del toreo como lo fue en España. Su última visita al Perú fue en la Feria de 1974 cuando alternó con el 27 de octubre con dos toreros de Sanlúcar de Barrameda, José Martínez “Limeño” y José Luis Parada. Los toros fueron de la divisa peruana de Salamanca. Le tocaron en suerte a Girón dos grandes toros, los que aprovechó con emotiva intensidad. Cortó las orejas y salió a hombros de Acho. Las peñas “lo secuestraron”, se lo llevaron por el puente dejando atrás la plaza de Acho de y a un lado el camino de La Alameda. Curro estuvo por las calles de Lima hasta altas horas de la noche. El diario El Comercio tituló “Magistral faena de Curro Girón” y su comentario fue:
“… el valor de la maestría y el pundonor de Curro Girón, equilibrado por la bravura y nobleza de sus toros hizo revivir el sentido de la fiesta brava en tarde sin sol ayer en Acho… Lima se le ha entregado a los Girón desde que César se llevó la última pata que cuenta la historia de Acho”.
Para ser reconocido como figura del toreo, dicen los más exigentes, hay que triunfar en plazas de primera y alternar con toreros importantes. Ya Curro lo había hecho en Barcelona, en Madrid y lo hizo en Lima y el 23 de abril de 1958 como también lo haría en la Maestranza de Sevilla ante una corrida de Villamarta cuyo triunfo fue la llave para que se abriera La Puerta del Principe como se había abierto antes la Puerta Grande de Las Ventas en Madrid..
Otros matadores de toros venezolanos que pasaron por Acho han sido Rafael Ponzo y José Nelo Morenito de Maracay, muy buenos toreros sin que les acompañara la suerte… Con mucho cartel en Acho los novilleros Lucio requena y Ramón Abascal, sin que participaran en festejos mayores o correspondientes al abono de la Feria del Señor de Los Milagros.
EL PERÚ RICO Y GENEROSO
El Perú ha sido generoso con los toreros venezolanos, muy en especial con los novilleros como Jesús Colombo, que hizo brillante campaña como becerrista junto al hoy matador de toros Andrés Roca Rey, y su germano Fernando. Rafael del Castillo, matador de toros, vive en el Perú. Rafael Cariel “El Amarillo”, Rafael Girón, Luis Prato, Rafael Orellana, José Navarro Gregorio Torres “Maravilla”, Javier Cardozo, Antonio Ramos –ganador de Rosario de Oro de la Chinita 2017 -, Ángel Ramos, César Vanegas, Carlos Sulbarán, Alejandro Barragán, Tomás Martínez , Fabio Castañeda, Eduardo Valenzuela. Manolo Zapata, … y un montón más que mi memoria es incapaz de recordar. Grave falta. Lo reconozco. Pero son cosas de la edad.
AHORA ACHO SE LLENA DE VENEZUELA
Hoy llega al inmenso ruedo de Lima otro venezolano, un torero que como novillero viste los galones de figura del toreo por triunfador en plazas importantes como Madrid, Nimes, Cali, Medellín, San Cristóbal, Mérida y México. El entorchado de Colombo está tejido con los hilos que se anudan con los triunfos de la temporada del 2017 en especial, campos de batalla que lo exaltaron al sitio que se ha ganado a ley y que este domingo, en la Plaza de Acho de Lima, la que une la ciudad con la Alameda y por el puente al que cantó Chabuca y que, esperamos, cruce esta tarde de a hombros de los peruanos escuchando una triunfal Marinera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario