Verdadera obra de arte este capote de Joselito 'El Gallo', bordado en Lorca |
LOS TOROS Y LA CULTURA
No parece discutible que la Fiesta de los toros sea cultura, se pongan como se pongan los que quieren abolirla, ya que los hechos así lo demuestran.
La cultura no es más ni menos que las raíces de los pueblos y la fiesta brava está perfectamente entroncada en esas raíces de España y de los otros pueblos que la tienen vigente. Y no precisamente a través de una moda pasajera o de unos cuantos de años. Para poder denominarla así, han de sellarla varias generaciones. Si, además, como es el caso, las generaciones son capaces de ocupar siglos, sin duda estaremos hablando de cultura con mayúsculas.
Pero la Fiesta de los toros ha ido mucho más allá, ha inundado otras parcelas de la sociedad. Así, determinadas artes se asociaron a la misma a través de su propia identidad: la música, la pintura, la poesía, la literatura, la escultura… no siendo solo ellas quienes se posicionaron para difundirla y apoyarla. Hay más.
De esos más les traemos muestra hoy en estas líneas. El bordado también es un arte muy ligado al mundo de los toros. Como saben, consiste en la ornamentación de determinadas telas y los vestidos de torear saben mucho de esa expresión artística.
Capotes de El Juli y Cayetano
Pero si ya queremos rizar el rizo en el bordado nos encontramos con los capotes de paseo. Verdaderas obras de arte se han hecho a lo largo de la historia. Una breve pero jugosa muestra se ha visto en una exposición en Lorca hasta hace unos días. Una maravilla detrás de otra se asomaba a los ojos de los visitantes.
Tuve ocasión de visitarla la pasada semana y les puedo asegurar que me vi rodeado de belleza, pero mucho más, de cultura. Lorca mantiene una tradición de bordadores/as que de ese arte hacen profesión de amor y cultura. Siglos contemplan su Semana Santa, donde se pueden contemplar los milagros de sus manos para orgullo de sus pasos, pero también lo han hecho en los capotes de paseo de varios toreros.
La exposición de capotes de paseo rezumaba esa cultura que emana del pueblo y que se acerca al mundo del toro porque toda su simbología es la propia de la vida y la muerte, como lo es la propia Semana Santa. Por eso muchos de los capotes que hemos visto a lo largo de la historia llevan reflejados Nazarenos y Vírgenes que hacen, e hicieron, los mismos paseíllos que Joselito o Belmonte, Manolete o José Tomás, Curro Romero o Morante, Rafaelillo o Paco Ureña…
Una muestra que no te deja indiferente, en ella palpas qué significa la cultura, qué significan quienes la ensalzan y, de igual modo, qué lejos están los que la denigran. La cultura somos todos, porque todos hemos ayudado a que lo sea. No basta con que unos no la quieran o no les guste, la cultura permanece.
Otros: De Paco Ureña y Rafaelillo.
Al fondo de Pedro Barrera bordado en Lorca
Uno de Cristina Sánchez. Toros y cultura de la mano
Las bordadoras en plena tarea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario