Gritemos muy alto: ¡Sí a los toros, no a los políticos!
LOS POLÍTICOS Y LOS TOROS
Antolín Castro
España [ 22/01/2018 ]
No sabemos qué fueron antes ¿los políticos o los toros? Sea como fuere, el caso es que habrá que ir pensando con quienes acabamos antes.
Y lo decimos ahora y no antes porque es ahora cuando ese dilema está encima de la mesa. El siglo XXI nos está poniendo frente al espejo de muchas cosas, en algunos casos demasiadas.
Está claro que no se llevan nada bien los políticos y los toros. A los primeros les gustan muy poco los toros y quieren erradicarlos y a los aficionados, que son quienes de verdad defienden a los toros, no los profesionales, que ellos solo los usan, nos parece que sería mejor acabar con los políticos.
Veamos: Los toros, el toro bravo ha de entenderse, no dicen nada y permanecen al margen de esta guerra establecida contra ellos de modo tan injusto. Son seres vivos que, como todos, cuando nacen ya llevan consigo la imperiosa necesidad de morir. En el transcurso de su vida tienen garantizado su cuidado sanitario, el alimento y un gran espacio donde disfrutar de su libertad. Nada cogen de más mientras esperan su hora final.
Los políticos, por el contrario, creen que no van a morir nunca y por ello quieren que el mundo se rija por sus santos caprichos. Además, si han de coger, cogen y vaya forma de coger (entiéndase el verbo en español y no en su versión hispano americana). Todo lo hacen en su propio beneficio según sus propios ideales.
Curiosamente no ha aparecido una corriente popular para que desaparezcan como con los toros. Ellos sí que hacen daño a la sociedad con sus actos. Curiosamente cuando salen unos despotricando de ellos, finalmente se convierten en partido político para quejarse pero a cuenta del contribuyente. Es decir, los del 15 M se hicieron políticos también. Bonito ejemplo para luchar contra la clase política. Todos tienen ahora un suculento sueldo a costa de todos nosotros.
Los políticos en general nos joden la vida. Los catalanes en todo
Pues todos ellos se empeñan en joder a los aficionados a los toros -ahora en Valdemorillo también tocan los cojones- y es por lo que ya va siendo hora de que el movimiento popular sea contra todos ellos. Para jodernos valen todos los políticos, vivan en España o en Bruselas. Por unas causas, las taurinas, o por otras, la corrupción, no merecen nuestro aplauso, ni siquiera la división de opiniones. Todos merecen una bronca monumental.
Gritemos muy alto: ¡Sí a los toros, no a los políticos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario