Silvia Barquero, presidenta del Pacma, partido animalista, radical y violento, ha mantenido un debate en televisión con Hélder Milheiro, director de comunicación de Protoiro -Federación portuguesa de Tauromaquia- del que, a nuestro entender, no ha salido bien parada, ya que la superioridad intelectual, argumental y expositiva del portugués fue tan aplastante que casi daba pena verla titubear sin saber qué decir para defender la prohibición de los toros.
Las carencias de Silvia
Rafael Comino Delgado
Silvia Barquero, presidenta del Pacma, partido animalista, radical y violento, ha mantenido un debate en televisión con Hélder Milheiro, director de comunicación de Protoiro -Federación portuguesa de Tauromaquia- del que, a nuestro entender, no ha salido bien parada, ya que la superioridad intelectual, argumental y expositiva del portugués fue tan aplastante que casi daba pena verla titubear sin saber qué decir para defender la prohibición de los toros.
Pero nosotros nos vamos a referir a una frase concreta que pronunció Silvia y que pone de manifiesto su escasa formación no solo en Tauromaquia sino también en cultura general. Dicha frase es: "No pretendemos fastidiar a las personas aficionadas a las corridas de toros. Defendemos una postura ética hacia los animales". No pretenderán fastidiar pero ¡agreden física y verbalmente a los aficionados a la puerta de la plazas! ¿Eso cómo se entiende?
Pero a lo que vamos, ¿de qué ética nos habla Silvia? Tengo la impresión de que usted utiliza la palabra ética sin saber su significado.
La ética estudia el comportamiento de las personas en su relación unas con otras y no hay una sola ética (la suya), como pretende Silvia. La ética de Sócrates, Platón, Plutarco, Kant, David Hume, Baruch Spinoza, Ortega y Gasset, etc. son diferentes, pero hay un principio básico y es que todas las éticas deben respetarse, cosa que desconocen los animalistas y la señora Barquero. Las éticas judía, cristiana, islámica son diferentes, pero todas admiten que los animales irracionales están en el mundo para que el hombre los utilice como mejor convenga, siempre que se les respete. Y al toro de lidia se le respeta fuera y dentro de la plaza mucho más de lo que dicen respetarle los antitaurinos, pues si se prohibiesen los toros, como ellos demandan, el toro desaparecería.
Fernando Savater, catedrático de Ética, hizo unas declaraciones en la revista Aplausos, número 2079 del 31/07/2017, en las que decía textualmente: "La ética trata de buscar el sentido de las relaciones entre las personas, no entre las personas y los animales o las plantas. La ética es humanista, no es una especie de religión panteísta. El argumento de que no se puede causar dolor y que es inmoral es un invento de los animalistas, no tiene fundamento ético ninguno". Y continuaba: "Existen ideologías y opiniones que se defienden, personas que explican por qué no les gusta esto o aquello en un terreno artístico o literario, pero luego hay maníacos cuya obsesión es la persecución y la prohibición de aquello que les disgusta. En el caso de los toros se juntan dos tipos de maníacos: los maníacos animalistas, que por supuesto no se preocupan para nada del bienestar animal sino por el malestar de los que piensan distinto a ellos; y los maníacos del nacionalismo separatista".
Creo que con esas declaraciones queda meridianamente claro dónde están y qué son los antitaurinos, entre ellos Silvia Barquero, una persona con escasa formación pero que vive fenomenalmente gracias a la falacia animalista.
Un vividor ilustrado, con iniciativa e ilusionado es tremendamente peligroso, y la señora Barquero es algo ilustrada, no mucho, se puede decir que tiene una sola mano de barniz, pero sí tiene mucha iniciativa y gran ilusión por seguir viviendo sin dar golpe, salir todos los días en los periódicos y en la televisión y así sentirse alguien importante, disfrutando del dinero que aportan, para la causa animalista, los multimillonarios que se lucran del enorme negocio que es el animalismo a nivel mundial. El bienestar animal, como decía Savater y han demostrado tantas veces, les trae sin cuidado.
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