sábado, 7 de abril de 2018

Muere a los 93 años Ángel Peralta, 'El Centauro de las Marismas'


Ángel Peralta, en las Ventas en 1954

Desaparece un hombre polifacético que fue capaz de destacar en todo lo que se propuso: Figura cumbre del rejoneo, poeta, caballista, criador de toros y de caballos, apoderado, entre otras ocupaciones.

Muere a los 93 años Ángel Peralta,
 'El Centauro de las Marismas'

GONZALO I. BIENVENIDAEL MUNDO / 7 ABR. 2018 
Ángel Peralta, genio y figura del toreo a caballo, ha fallecido en su finca sevillana de La Puebla, rodeado de los suyos, a los 93 años de edad. Se va un innovador del rejoneo, un revolucionario clave en su evolución, que supo disfrutar de una extensa trayectoria plagada de éxitos y muy variados proyectos. Desde el arte ecuestre, pasión, su vocación desde la cuna, hasta su amplia obra literaria pasando por destacadas actuaciones como actor protagonista en películas como La Novia de Juan Lucero junto a Juanita Reina y Cabriola con Marisol. Un genio polifacético que será recordado por su brillante carrera y su grandeza humana.

En el mundo del toro se le consideró siempre un señor por lo que se le conocía como Don Ángel. Nació en la Puebla del Río (Sevilla) en 1925, municipio bañado por las marismas del río Guadalquivir. Allí comenzó su pasión por el caballo que en seguida ligó a la atracción que sentía por el toro bravo. Su carrera como torero a caballo arrancó en 1945 en la plaza de La Pañoleta de Sevilla.

Se presentó en Las Ventas en el año 48, a partir de ese momento se posicionó en la cumbre de los rejoneadores logrando ser el rejoneador más importante del siglo XX por la intensidad de su larga carrera (55 temporadas en activo) y por el ingente número de suertes que aportó a la lidia a caballo. En los años setenta comenzó a torear con su hermano Rafael formando collera (que fue una invención suya, como innumerables suertes: la rosa, el par a dos manos sin cabezada...). Bajo su influencia nacieron "Los Cuatro Jinetes del Apoteosis": su hermano Rafael, Lupi y Álvaro Domecq. Y las corridas de rejones empezaron a cobrar bajo su influencia entidad propia. Hasta entonces, el rejoneador abría plaza en las corridas a pie a modo de telonero. El rejoneo subió de categoría por su impulso. Y generó el escalafón de rejoneadores, inexistente hasta la fecha.

La Maestranza disfrutó de su arte en más de 60 ocasiones y la afición aún recuerda la faena cumbre de 1971 -esa temporada bate el récord de corridas con 126 tardes, premiada con un rabo, y la de 1979 por su emoción. En la década de los ochenta continuó alcanzando cifras importantes ya que sumó más de setenta festejos en algunas temporadas. En 1992 sufrió en La Zubia (Granada) un terrible percance que a punto estuvo de acabar con su carrera. Nada podía con Don Ángel. Continuó y montó a caballo hasta que cumplió 88 años. Durante 50 temporadas organizó, junto a su hermano, el festival benéfico de Medina de Río Seco.

A lo largo de su trayectoria recibió innumerables galardones y homenajes, los más importantes fueron la Cruz de la Beneficencia en 1979, la Cruz al Mérito Civil en 1992 y la Medalla de Oro a las Bellas Artes en 2013. El escultor Luis Sanguino le inmortalizó con un busto en bronce que se encuentra en el Museo Taurino de La Maestranza de Sevilla.

Ángel Peralta con Ava Gadner

Si el toreo a caballo ocupó la parte más pública de su vida, el Centauro de Las Marismas también destacó en su obra literaria. Sus inquietudes como escritor alcanzaron una gran variedad de obras. Compuso junto a Manuel Pareja Obregón coplas y soleas así como letras de sevillanas que se han popularizado. Entre sus libros publicados encontramos: Cabriolas (1960), Caballo torero (1971), escrito en colaboración con el pintor Capuletti, Cucharero, Mi sueño con el Pájaro y el Toro(1995), La sabiduría de un jinete (2011), El mundo del caballo y del toro a cielo abierto (2012) y El Centauro de Las Marismas, en el que se relata la historia que Peralta escribió para que Ava Gadner interpretase pero que nunca se llegó a rodar.

Las personas que le trataron disfrutaron de su sensibilidad. Una forma de ser que plasmó en toda su composición poética, como se reconoce en estos versos: 

"En la distancia te sigo y en la distancia te encuentro / Porque te llevo tan dentro que es así como consigo / Tenerte siempre conmigo abrazada al sentimiento / Te siento en cada momento alimentando ilusiones / Espero las ocasiones que muchas se lleva el viento".

Ángel Peralta en un espectacular salto campero con el caballo 'Discutido'

Una forma de ser que no sólo recoge su obra si no también detalles cotidianos como cartas, dedicatorias, etc. En una de las fincas más emblemáticas del campo charro, en San Fernando, impresiona a cualquier visitante una fotografía de Ángel Peralta saltando a caballo una valla de palos de forma espectacular. La dedicatoria, de su puño y letra, dice lo siguiente: "Para don Antonio (Pérez Tabernero) en primavera vida en las camadas sueños de conquista rompen alambradas. Su representante en Andalucía, Ángel Peralta".

Su última ilusión fue la rejoneadora francesa Lea Vicens que lleva más de ocho años instalada en la finca del maestro en Sevilla (Rancho El Rocío). La acompañó a todos sus compromisos profesionales hasta el mes de agosto del año pasado dando un auténtico ejemplo de afición. Y con 87 años llegó a hacer el paseíllo en Nimes a caballo para darle la alternativa de forma simbólica. El mundo del toro despide a un caballero, en la más amplia definición de la palabra.

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