domingo, 1 de abril de 2018

RETAZOS TAURINOS (XL) / por Eduardo Soto Alvarez

César Girón en el Coliseum de Nimes

El 26 de marzo se cumplieron cincuenta y siete años del apoteósico triunfo de nuestro César Girón en la Monumental de México, cuando cortó cuatro orejas y un rabo a ejemplares de Tequisquiapan y resultó ganador de La Pluma de Oro, pues se trataba de la Corrida de la Prensa.


RETAZOS TAURINOS (XL)

Eduardo Soto Alvarez - 31/03/2018.
El mundo taurino de luto, se nos ha ido Kike Rosales, cuando su bonhomía, sapiencia y tesonera labor, eran más necesarias que nunca en la enrarecida atmósfera de la Fiesta Brava que prevalece en  nuestros días. Paz a sus restos y un abrazo solidario a sus familiares.

•También nos ha dejado Luc Jalabert, miembro de una conocida familia taurina de Francia y padre del diestro Juan Bautista. Luc era un personaje amable, de desbordante simpatía y profundos conocimientos de los asuntos del toro. QEPD y para  sus deudos  nuestro sentimiento de pesar.

•En la segunda mitad del siglo XIX, Cuba era el primer país taurino de América, pues tenía cinco plazas de toros: La Habana, Cienfuegos, Matanzas, Regla  y Trinidad, cuando en México para la época había solo cuatro. La plaza Carlos III de La Habana, tenía una capacidad para 10.000 espectadores y era totalmente de madera, por lo cual un incendio la destruyó en veinte minutos, a fines de 1897. Nunca se reconstruyó y   a principios del año siguiente, comenzó la Guerra Hispano-Estadounidense,  la Casa Blanca recibió de España, el control de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y   Guam, con lo cual empezó a fenecer la Fiesta Brava en esos territorios.

•De La Habana Taurina se recuerda el paso de Luis Mazzantini, pues  cautivó a la sociedad habanera con su valor y su porte de señorito español. En la temporada 1886-87 toreó 16 corridas y fue despedido con aclamaciones y cohetes, pues se había convertido en un verdadero ídolo. En 1905,  Don Luis, toreaba en Guatemala y su esposa lo esperaba en México, pero ella enfermó y falleció, lo que precipitó su retiro. Prometió que  más nunca se vestiría de luces, se cortó la coleta y la enterró atada al  cadáver de su esposa. Mazzantini, a quien se debe la implantación del sorteo en las corridas de toros, se dedicó  luego a la política, fue Concejal en Madrid y Gobernador de Guadalajara y Ávila.

•Otro recuerdo taurino de La Habana, fue la muerte en 1868 de Francisco Arjona “Cúchares”, a consecuencia de la fiebre amarilla. Torero de gran trascendencia en la historia de la tauromaquia, que incluso se conoce como el Arte de Cúchares, al igual que  Pedro Romero, tampoco recibió nunca una cornada y fue el primer torero de la historia en hacerse ganadero de bravo, al comprarle reses  al Duque de Veragua. En 1895, sus restos se trasladaron a la Parroquia de San Bernardo en Sevilla, en donde reposan actualmente.

El 26 de marzo se cumplieron cincuenta y siete años del apoteósico triunfo de nuestro César Girón en la Monumental de México, cuando cortó cuatro orejas y un rabo a ejemplares de Tequisquiapan y resultó ganador de La Pluma de Oro, pues se trataba de la Corrida de la Prensa.
En algunas publicaciones se dice que fueron dos los rabos cercenados por nuestro Gran César esa tarde, pero  los anales del Coso de Insurgentes indican  solo uno. Cualquiera que haya sido el saldo de trofeos,  se trató sin duda de una de sus colosales tardes, como las tres históricas de 1954: la de Acho, orejas, rabo y  pata y las dos consecutivas con orejas y rabo en la Feria de Sevilla. Curiosamente, una de sus tardes más recordadas  en Venezuela, fue su debut como novillero en Caracas en 1950, cuando por percance de su  alternante, al  banderillear a su primero, se vio obligado a enfrentar los seis novillos, pinchó solo una vez y dio seis espadazos, salió a hombros e inició así su andadura de gloria por todo el orbe taurino.


•Hace unos días, leí una cita del periodista riojano Don Pablo García Mancha, que rezaba: La largura de un muletazo la marca la lentitud no la longitud, es el tiempo que se alarga. La frase da pie para reflexionar y aunque desde el punto de vista físico, por ahora, no es posible alargar el tiempo,  si se podría, al referirlo a la percepción subjetiva de cada quien. Para todo en la vida, es necesario el espíritu de superación y  el aficionado debe estar en constante aprendizaje, para poder apreciar cabalmente el cúmulo de sensaciones que para solaz del espíritu, ofrece ahora el arte de torear. Las descargas de adrenalina  siempre son necesarias, pero ya no son suficientes, pues, en los tiempos que corren, el toreo  requiere de un creciente componente estético, que pueda infundirle sello de perennidad.

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