Lo que va de ayer a hoy
Mientras París era escenario de uno de los acontecimientos que marcó la historia contemporánea de Francia, el llamado Mayo Francés del 68, caracterizado por una sucesión de huelgas y protestas espontáneas originadas por los movimientos estudiantiles y que se contagió a los sindicatos obreros, generando una protesta jamás vista en el país vecino, en la plaza de toros de Las Ventas se celebraba una feria de San Isidro tan triunfal como reivindicativa.
Hace medio siglo España era ajena, todavía por entonces, a buena parte de lo que sucedía en el mundo. Pero no a lo que pasaba en la Monumental madrileña, escenario aquel año también de grandes hechos y alguna que otra revolución.
Dieciséis fueron los festejos que se dieron en 1968 en la feria de San Isidro. Un serial que fue del 11 al 26 de mayo y en el que las figuras no tuvieron inconveniente en anunciarse algunas hasta tres tardes -Antonio Ordóñez, El Cordobés, Diego Puerta, Paco Camino o Miguelín- y otras en dos -Antoñete, Curro Romero, Mondeño…-. No defraudaron y triunfaron -Ordóñez, Benítez, Puerta y Camino lograron salir a hombros en aquel ciclo-, como también lo hicieron los nuevos matadores que iniciaban su carrera y algún modesto que dio la sorpresa: Agapito García “Serranito”, que salió a hombros el día 23 al cortar tres orejas a toros de Pablo Romero.
Fue también aquella feria pródiga en triunfos de nuevos valores, como Miguel Márquez y Manolo Cortés, ambos alternativados unas semanas antes -en Málaga Márquez, a principios de marzo, en Valencia, en la feria de fallas, Cortés- y los dos también logrando salir a hombros en Madrid.
Miguel Márquez paseó dos orejas el día de su confirmación, el 17 de mayo -otorgada por Antonio Ordóñez en presencia de Rafael Jiménez “Chicuelo”, dando una vuelta al ruedo al acabar con su primero, un ejemplar de Conde de la Corte, ganadería que envió un encierro con dos toros extraordinarios,“Ocho Picos” y “Cara de Perro”, ambos premiados con la vuelta al ruedo-, y otras dos el día 25 de mayo a un toro de Antonio Pérez de San Fernando.
Junto al malagueño salió a hombros aquel día Manolo Cortés, que no había logrado el éxito deseado en la confirmación de su alternativa – concedida también por Ordóñez, el 14 de mayo, al cederle la muerte de una res de Carlos Urquijo, en presencia de Miguelín-, acreditando con un lote desigual que era un torero con temple, ritmo propio, estilo personal inconfundible y bastante inteligencia para medir las posibilidades de sus oponentes.
La polémica llegó cuando Miguelín saltó como espontáneo a un toro de El Cordobés y reclamó animales de más entidad y seriedad. Fue el sábado 18 de mayo, durante la faena de muleta de Manuel Benítez “El Cordobés” a su segundo toro, un ejemplar de Soledad Escribano de Bohórquez. Miguelín se lanzó al ruedo desde una localidad encima de chiqueros donde presenciaba el festejo con Antonio Chenel “Antoñete”.
Sin ningún tipo de engaño se dirigió al terciado toro y le acarició el lomo en un gesto desafiante y despectivo mientras el público, que lo había reconocido, gritaba y coreaba su nombre: ¡Miguelín!, ¡Miguelín!… El torero fue detenido por la policía y trasladado a la comisaría donde pasó la noche, prohibiéndole torear al día siguiente en esa misma plaza -en la que estaba anunciado junto a Rafael Peralta, Pedrín Benjumea y Víctor Manuel Martín, a quien debía confirmar su alternativa y siendo sustituido por El Pireo- e imponiéndole una altísima multa e incluso barajándose la posibilidad de que no torease nunca más como castigo ejemplar hacía su rebelde actitud, lo que, afortunadamente, no se cumplió, actuando de nuevo en Las Ventas en la Corrida de la Prensa de aquel mismo año, celebrada el 6 de junio, y en la que compartió cartel con Miguel Márquez y Manolo Cortés, enfrentados con un encierro de Antonio Pérez, del que el diestro de Algeciras tuvo que estoquear tres toros debido a una cogida de Márquez, paseando un total de seis orejas. Todo un éxito.
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